Evangelio Martes II Semana de Adviento. Ciclo C. 11 de Diciembre, 2012.
Santoral: San Dámaso
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (18, 12-14)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron.
De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
El profeta Isaías anuncia otra actitud de Dios para con su pueblo: el consuelo. Consolar es trasmitir valor, fuerza, fortaleza. En los momentos de tristeza y adversidad se necesita consuelo, ánimo, esperanza. Es lo que hace el pastor con la oveja extraviada. Se asegura de que las demás queden bien cuidadas y protegidas y se va en busca de la perdida. Ése es el modo de proceder de Dios, revelado en Jesucristo. Es un Dios preocupado por todos los seres humanos. Un Dios que está pendiente de todos; que sale al encuentro de todos. Es tarea de la Iglesia, como signo visible del “cuerpo místico de Cristo”, el continuar la misión de Jesús. Salir al encuentro de las personas que están extraviadas o destrozadas no sólo en el orden moral, sino en todas las dimensiones de la vida. La caridad, la solidaridad y la compasión son actitudes evangélicas necesarias en nuestro mundo. Hoy muchas comunidades cristianas han organizado de una manera eficaz el “ministerio de la consolación” mediante procesos de acompañamiento a personas que se sienten víctimas de problemas de toda índole. – Preguntémonos qué podemos hacer como comunidad eclesial para hacer efectivo y eficaz el “ministerio de la consolación”.