Evangelio XXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Sábado, 22 de Septiembre, 2012.
Santo del día: Santo Tomás de Villanueva, Arzobispo
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (8, 4-15)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mucha gente se había reunido alrededor de Jesús, y al ir pasando por los pueblos, otros más se le unían.Entonces les dijo esta parábola:
“Salió un sembrador a sembrar su semilla. Al ir sembrando, unos granos cayeron en el camino, la gente los pisó y los pájaros se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, y al brotar, se secaron por falta de humedad. Otros cayeron entre espinos, y al crecer éstos, los ahogaron. Los demás cayeron en tierra buena, crecieron y produjeron el ciento por uno”. Dicho esto, exclamó: “El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Entonces le preguntaron los discípulos:
“¿Qué significa esta parábola?”
Y él les respondió:
“A ustedes se les ha concedido conocer claramente los secretos del Reino de Dios; en cambio, a los demás, sólo en parábolas para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
La parábola significa esto:
la semilla es la palabra de Dios. Lo que cayó en el camino representa a los que escuchan la palabra, pero luego viene el diablo y se la lleva de sus corazones, para que no crean ni se salven. Lo que cayó en terreno pedregoso representa a los que, al escuchar la palabra, la reciben con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba, fallan. Lo que cayó entre espinos representa a los que escuchan la palabra, pero con los afanes, riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no dan fruto.
Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en un corazón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Las parábolas son fragmentos de la vida ordinaria, que nos ayudan a comprender la extraordinaria lógica de Dios. El evangelio de hoy nos ofrece un modelo de esa enseñanza de Jesús en la parábola del sembrador y, al mismo tiempo, nos conserva un testimonio de la comprensión de los primeros cristianos en la explicación que sigue a continuación. La parábola nos explica en el lenguaje cotidiano la lógica de Dios al sembrar con generosidad, sin reparar demasiado en la calidad de los terrenos. La explicación nos hace entender cómo la eficacia de la Palabra de Dios reside en la calidad de las personas que la acogen. La generosidad divina se aúna a la respuesta humana; una y otra constituyen la condición de posibilidad de la obra salvífica de Dios. – La evangelización junta lo extraordinario de la acción de Dios con lo ordinario de nuestra condición humana, para que los frutos alimenten a las nuevas generaciones de seguidores de Jesús. Cada creyente debe despejar las aves del oportunismo y la ambición, la cizaña del consumismo y de la cultura de la superficialidad, para ofrecer un buen terreno a esa palabra que Jesús siembra a diario en nuestro corazón. Si tenemos oído para su palabra, tendremos boca para comunicarla.