Por Cristo...Mas, Mas, Mas

Moniciones sobre las Lecturas y Oración de los Fieles: VI Domingo, Tiempo Ordinario.  Ciclo A. 16 de  febrero, 2014.

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos todos a esta asamblea eucarística del Sexto Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A. La liturgia de este día nos habla de libertad y cumplimiento, o sea de opciones que hemos de tomar ante el proyecto de vida pensado por Dios para nosotros, este está basado en unas leyes que son como una valla que protegen nuestra vocación divina, ante este debemos decidir de acuerdo a la sabiduría de Dios, lo que nos convierte en personas prudentes, lo que nos hará ir por el buen camino, como nos señala El Señor. Con la alegría que caracteriza al cristiano, nos ponemos de pie y entonamos el canto de entrada, para recibir a nuestro Celebrante y sus acompañantes. 

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- Nuestra primera lectura es del libro del Eclesiástico, en ella el autor nos señala que  Dios nos ha creado libres, esta libertad nos coloca ante opciones opuestas: agua o fuego, vida o muerte. En realidad nuestra libertad es un don de la sabiduría infinita de Dios. A pesar de todo esa libertad nos hace responsables de nuestros actos tanto buenos como malos. Escuchemos.

2.- La segunda lectura de hoy es de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios, en esta el apóstol continua hablándonos del proyecto de Dios para con nosotros, el cual no es conocido por los que gobiernan el mundo. A nosotros los cristianos, nos toca interpretar y vivir la historia como un proyecto de salvación total y no como una fatalización impuesta por la ideología de turno. Escuchemos.

3.- En el Evangelio de hoy, del libro de Mateo, el Señor hace referencia a la carta magna del Reino: los mandamientos de la Ley de Dios. Según el pensamiento de Jesús, la Ley no consiste en principios meramente externos. No. La Ley no es una imposición. Todo lo contrario. En verdad, la Ley de Dios corresponde al ideal de perfección que está radicado en el corazón de cada persona. Esta es la razón por la cual el cumplidor de los mandamientos no solamente se siente realizado en sus aspiraciones humanas, sino también alcanza la perfección del cristianismo. De pie para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.

Oración de los Fieles: VI  Domingo, Tiempo Ordinario.  Ciclo A. 16 de  febrero, 2014.

Celebrante

Apoyándonos en la sabiduría misteriosa de Dios, para convertirnos en personas prudentes, nos dirigimos al Padre, diciéndole:

MUÉSTRANOS SEÑOR, EL CAMINO DE TUS MANDAMIENTOS

MONITOR

1.- Por el Papa Francisco, para que el Señor lo asista siempre con su sabiduría infinita, para que así él pueda tomar las decisiones correctas para orientarnos en el camino hacia el Reino.

ROGUEMOS AL SEÑOR

2.- Por los que gobiernan el mundo  para que tomen sus decisiones de acuerdo a la sabiduría de Dios, orientadas en favor de la mayoría, en especial de los más pobres y necesitados.

ROGUEMOS AL SEÑOR

3.- Por todos aquellos que por causa de sus decisiones erradas son presas del pecado, para que el Señor les dé las fuerzas necesarias para romper  las  cadenas que los alejan del Padre.

ROGUEMOS AL SEÑOR

4.- Por todos los enfermos, sus familiares y los que los atienden,  para que el Señor les dé paciencia y sabiduría para cumplir la misión que les han encomendado, de cuidarlos y atenderlos y así ellos puedan conseguir la sanación espiritual y corporal

ROGUEMOS AL SEÑOR

5.- Por la Obra Por Cristo…Mas, Mas, Mas, para que el Señor la asista siempre con su sabiduría infinita y así esta pueda orientar a los que se acercan a ella, en el camino hacia el cumplimiento del proyecto de Dios para con nosotros.

6.- Por todos nosotros reunidos en esta Asamblea Eucarística, para que reconociendo todo aquello que nos aparta del cumplimiento del proyecto de Dios, podamos desatarnos de ello y elijamos la vida nueva que Dios nos da.

ROGUEMOS AL SEÑOR

Celebrante

Padre amado, en tus manos ponemos estas peticiones que te hemos presentado y las que quedan en nuestros corazones y que tú conoces. Acogelas con tu misericordia infinita. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Amen.