Moniciones sobre las Lecturas y Oración de los Fieles: VIII Domingo, Tiempo Ordinario. Ciclo A. 2 de marzo, 2014.
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos hermanos todos a esta Asamblea de los hijos de Dios. Hoy es el VIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A. Estamos en el umbral del tiempo preparado por el Señor, para nosotros, en el que debemos examinar nuestra actitud ante Dios y los demás, época de hacer penitencia, para limpiar nuestros corazones y presentarnos limpios y puros ante el Señor, se trata de la Cuaresma, que iniciaremos el próximo día 5 de marzo, ¨Miércoles de Ceniza¨, invitamos a todos a participar de este día penitencial, el que celebraremos a las ____, aquí en la parroquia. (Comunidad, capilla, etc.). Por otra parte, en este día nos llama el Señor a ser fieles, a poner toda nuestra confianza en El. Advirtiéndonos que nuestra verdadera preocupación debe ser no salirnos del reino o señorío de Dios, no perderle como Señor, no dejar de ser siervo suyo. De pie para recibir al Celebrante y sus acompañantes con la alegría del canto de entrada.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- Nuestra primera lectura de hoy es del profeta Isaías, lectura que podríamos decir es toda una expresión que nunca volveremos a encontrar en el Antiguo Testamento. Dios se nos revela como una madre, expresión que fue transferida por el apóstol San Juan a la idea de la paternidad de Dios, porque Dios no tiene sexo. Aunque en su simplicidad infinita nos hable con las limitaciones de este. Es una expresión profunda, íntima y expresiva de la ternura y amor divinos. Escuchemos.
2.- Continuamos leyendo la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios. En la lectura de hoy el apóstol nos señala que el evangelizador no es inventor o descubridor de una nueva teoría, sino simplemente administrador de los misterios de Dios. Por eso siempre habrá de estar a la escucha, esperando ese roció constante de lo alto, expresando con esto que no suplanta a Cristo, sino que es un siervo suyo, y lo que se busca en él es que sea fiel. Escuchemos.
3.- En el evangelio de hoy el Señor nos dice que la competencia de Dios no es el prójimo, sino el dinero, convirtiéndose en ídolo, acaparando así la adoración del corazón. Utilizando una serie de imágenes, tomadas de la vida de la naturaleza, nos impulsa a poner toda nuestra confianza en Dios. Por lo tanto, debemos descartar de la vida la preocupación-angustia, lo que nos repite cuatro veces en este texto. De pie para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
Oración de los Fieles: VIII Domingo, Tiempo Ordinario. Ciclo A. 2 de marzo, 2014.
Celebrante
El Señor nos invita en este dia a buscar, en primer lugar y por encima de todo, su reino y su justicia, nos indica que esta debe ser nuestra principal preocupación, ya que por medio de esta nos introducirá en la vida verdadera y definitiva, por eso les decimos:
AYUDANOS A ALCANZAR TU REINO, SEÑOR
MONITOR
1.- Por el Papa Francisco y todos los obispos del mundo, para que el Señor les de la fortaleza y sabiduría necesarias para guiarnos hacia el Reino de Dios.
ROGUEMOS AL SEÑOR
2.- Por los gobernantes de las naciones, para que en todas sus decisiones, tengan presente la justicia de Dios.
ROGUEMOS AL SEÑOR
3.- Para que en nuestra vida impere el amor a Dios, sobre todas las cosas.
ROGUEMOS AL SEÑOR
4.- Para que entremos al tiempo penitencial por excelencia que se avecina con un corazón arrepentido y salgamos de el, limpios y puros de corazón, disponible siempre para servir a Dios y a nuestros hermanos.
ROGUEMOS AL SEÑOR
5.- Por los enfermos de nuestra comunidad, por los que se han dirigido al Señor por medio de la Obra Por Cristo…Mas, Mas, Mas, y los del mundo entero, para que el Señor en su infinita Misericordia les de su salud espiritual y corporal.
ROGUEMOS AL SEÑOR
6.- Por nuestro párroco, para que Dios le anime, le proteja, y le dé la sabiduría y fortaleza para guiarnos durante el tiempo fuerte que se avecina, entrando en el con la marca de la ceniza en nuestras frentes y saliendo de el con la marca del Señor en nuestros corazones.
ROGUEMOS AL SEÑOR
Celebrante
Padre amado, escucha las intenciones que te hemos dirigido y las que quedan en nuestros corazones y ayudanos a servirte a ti siempre, sobre todas las cosas. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo y Nuestro Señor.
Amen