Moniciones sobre las Lecturas y Oración de los Fieles: XXIX Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo C. 20 de octubre, de 2013
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos a la Eucaristía de este Vigesimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario. Esta semana se nos invita a tener una especial atención a dos elementos importantes en la vida de un cristiano autentico, la oración y la fe, este será el eje sobre el que versara el tema de este día, se nos llama a no desmayar en ninguno de estos aspectos, fundamentales para conseguir la salvación. Nuestra oración debe estar soportada por la Sagradas Escrituras, y debe ser dirigida al Padre, usando el intermediario por excelencia, que es Cristo-Jesús y apoyada en la Fe, la que nos dará la certeza de que seremos escuchados. Por otra parte, en este domingo celebramos el DOMUND, con esto recordamos a los misioneros y misioneras que están dispersos por el mundo llevando la Buena Nueva, y recordarnos que por ser bautizados, también somos misioneros, por lo que tenemos la tarea de anunciar el Evangelio entre los nuestros. Dispongamos a recibir a nuestro Celebrante, para eso nos ponemos de pie y entonamos el canto de entrada.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- Escucharemos hoy en nuestra primera lectura, tomada del libro del Éxodo un gran ejemplo de una persona orante, en Moisés, el lo hace ante un inminente peligro para su pueblo, pues eran atacado por sus enemigos, su actitud nos hace ver con claridad el poder de la plegaria perseverante, convirtiéndose su oración en un acontecimiento de salvación, pues es Dios quien da la victoria. Pongamos atención.
2.- Continuamos leyendo la segunda Carta de Pablo a Timoteo, hoy el apóstol, nos pone a todos en claro que por la fe en Cristo-Jesús, conseguimos la salvación. Que el depósito de la Palabra de Dios, en nosotros, es el mejor equipaje, para realizar las obras buenas que como cristianos, estamos llamados a realizar y que no debemos desmayar en nuestro afán por llevar esta Palabra a los demás. Escuchemos.
3.- Hoy el Señor nos llama a ser perseverantes en nuestra oración, que debemos practicarla con fe y constancia., sin desanimarnos, para ilustrarnos nos relata una parábola, la de la viuda que insiste ante un juez, imagen que nos hace comprender la situación de Dios, que día a día, escucha los ruegos de nosotros los suplicantes, Él nos responderá, no por cansancio, sino porque es nuestro Padre.
Oración de los Fieles: XXIX Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo C. 20 de octubre, de 2013
Celebrante
Dispongamos nuestros corazones, para dar gracias a Dios, por el don de la fe, reconociendo que no somos merecedores de ella por nuestros propios méritos, sino por los de Cristo-Jesús y digamos al Señor: Con nuestros corazones llenos de fe, dirijamos nuestra oración suplicante, con nuestras mentes elevadas, como los brazos de Moisés, en actitud de fe, digámosle:
PADRE, ESCUCHA NUESTRA ORACION
Monitor
1.- Pidamos por la iglesia universal, para que esta como depósito de la fe, sea la fuente en la cual vayamos todos a beber, para conseguir la salvación que nos viene dada por Cristo-Jesús.
ROGUEMOS AL SEÑOR
2.- Pidamos al Señor, que toque los corazones de todos los que dirigen los pueblos, para que abunde la justicia sobre todos y que podamos sentirnos alegres por la abundancia de paz.
ROGUEMOS AL SEÑOR
3.- Por las familias, para que en estas reine la concordia para que reine la paz entre las parejas y estas transmitan esa alegría a sus hijos, convirtiéndose así en verdaderas escuelas de fe.
ROGUEMOS AL SEÑOR
4.- Por los enfermos de nuestra comunidad y todas las comunidades, para que encuentren en nuestro trato la respuesta de fe y oración que necesitan y consigan su sanación espiritual y corporal.
ROGUEMOS AL SEÑOR
5.- Para que la obra Por Cristo…Mas, Mas, Mas, se sienta cada día, más comprometida en la difusión de la Palabra de Dios y que esta sea el reflejo del amor eterno que Dios nos tiene.
ROGUEMOS AL SEÑOR
6.- Por todos nosotros, reunidos en el día del Señor, para que nunca desmayemos en la oración y la fe, centrada en el Señor y seamos capaces de mostrársela a los demás.
ROGUEMOS AL SEÑOR
Celebrante
Padre amado y misericordioso escucha nuestra oración dirigida a ti, por medio de Jesucristo, nuestro Señor
Amen.