Moniciones sobre las Lecturas y Oración de los Fieles: XXXI Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo C. 3 de noviembre, 2013.
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos hermanos, todos, a la Eucaristía de este Domingo Trigesimoprimero, del tiempo ordinario, ya nos acercamos al final de este tiempo litúrgico, el Ciclo C, por eso la liturgia de hoy tiene ese ambiente, las lecturas nos hablaran de ello. El tema central es la misericordia de Dios, porque como nos dice la escritura, Dios no se complace en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva. En este día el Señor nos mirara fijamente a cada uno de nosotros, y esta mirada es un llamado al cual no nos podemos resistir, tiene que llevarnos a la conversión, sería interesante que durante esta semana recordemos ese momento especial en nuestras vidas en el que nos sentimos mirados por Jesús y revisemos como has sido nuestra respuesta y si con ella hemos llevado la salvación a nuestras casas. De pie para recibir al Celebrante y sus acompañantes, entonando el canto de entrada.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura de hoy, tomada del libro de la Sabiduría, es un ejemplo de la misericordia de Dios, estamos consciente de que Dios es todopoderoso y nadie puede privarle de este poder, pero porque es todopoderoso es a la vez misericordioso, ahora bien, esto no debe ser considerado como una debilidad, ya que Dios es Señor de todo y este dominio es un nuevo motivo para mirar con misericordia todo lo que le pertenece. Escuchemos.
2.- Nuestra segunda lectura es de la carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses, la escribe poco tiempo después de la primera, porque en esa comunidad había una gran preocupación con la vuelta de Cristo, porque se estaban dejando llevar por rumores, Él les deja bien claro y a nosotros también, que todos los mensajes que los cristianos creen haber recibido de una inspiración autentica deben estar despojados de la ridícula pretensión de fijar para un día o fecha determinada algún acontecimiento que se estima importante, sea positivo o negativo. Escuchemos con atención.
3.- El destino final del camino que había iniciado el Señor era Jerusalén, la última etapa de este viaje era Jericó, allí mostro el Señor una vez más su misericordia, acercándose al más pecador del pueblo, era jefe de los recaudadores, rico y no le importaban los demás, esto provoco, en este hombre, un cambio de actitud y de conducta, lo que hoy llamamos su conversión, comprendió que la salvación de Dios implica una respuesta humana, sin esta todo el don de Dios, y la invitación de Jesús, queda en vano. De pie para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
Oración de los Fieles: XXXI Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo C. 3 de noviembre, 2013
Celebrante
Confiados en la misericordia de Dios y con una actitud de arrepentimiento, presentemos nuestras intenciones al Todopoderoso, diciendo:
SEÑOR, LLEVA LA SALVACIÓN A NUESTRAS CASAS
Monitor
1.- Por el papa Francisco, los obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas, para que siempre se dejen dominar por la mirada de Jesús.
ROGUEMOS AL SEÑOR
2.- Por los gobernantes de todas las naciones, especialmente por el nuestro, para que se opere en ellos un cambio de actitud, sobre todo hacia los más necesitados y entiendan que el mundo delante de Dios no es nada.
ROGUEMOS AL SEÑOR
3.- Por los enfermos, para que estos asocien sus dolencias a los padecimientos sufridos por Cristo en la cruz y esto los llene de ánimo y convierta a aquellos que aún no asimilan las miradas del Señor.
ROGUEMOS AL SEÑOR
4.- Por todos nosotros, para que al igual que Zaqueo sintamos la mirada del Señor, en nuestro diario vivir, para conseguir nuestra plena conversión y así llevar la salvación a nuestras casas.
ROGUEMOS AL SEÑOR
5.- Por la Obra Por Cristo…Mas, Mas, Mas, para que por medio de estas muchas personas en el mundo vean las miradas del Señor, que los llama a ser solidarios y comprensivos con todos.
ROGUEMOS AL SEÑOR
6.- Por todas las familias del mundo, para que en este mes dedicado a ellas, sean capaces de fomentar el amor entre todos sus integrantes y de una manera especial al amor a la Divina Familia de Nazaret y a Dios Padre.
ROGUEMOS AL SEÑOR
Celebrante
Escucha Padre misericordioso, las intenciones que te hemos dirigido y aquellas que quedan en nuestros corazones y tú solo conoces. Por Jesucristo, Nuestro Señor:
Amen