Ordinario de la Misa: Lunes I de Adviento
Antífona de entrada Cf. Jer 31, 10; Is 35, 4
Escuchen, naciones, la Palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas.
No teman: ahí está su Salvador.
Oración colecta
Señor y Dios nuestro,
concédenos esperar con amor solícito
la llegada de tu Hijo Jesucristo,
para que, cuando él venga y nos llame,
nos encuentre velando en oración
y cantando con alegría sus alabanzas.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Dios nuestro, acepta los dones que recibimos de ti
y ahora te presentamos;
que esta ofrenda realizada en el tiempo presente,
sea para nosotros anticipo de la salvación eterna.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Prefacio I o II
PREFACIO DE ADVIENTO I
LAS DOS VENIDAS DE CRISTO
33. Este prefacio se dice en las Misas del tiempo, desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre, y en las restantes Misas que se celebran durante este tiempo y que no tienen prefacio propio.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.
Él vino por primera vez en la humildad de nuestra carne,
para realizar el plan de redención trazado desde antiguo,
y nos abrió el camino de la salvación;
para que, cuando venga por segunda vez
en el esplendor de su grandeza,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora aguardamos en vigilante espera.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles,
y con todos los coros celestiales
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE ADVIENTO II
CRISTO, SEÑOR Y JUEZ DE LA HISTORIA
33b. Este prefacio se dice en las misas del tiempo, desde el primer domingo de Adviento hasta el día 16 de diciembre, y en las restantes Misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen prefacio propio.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias,
es nuestro deber cantar en tu honor
himnos de bendición y de alabanza,
Padre todopoderoso,
principio y fin de todo lo creado.
Tú has querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo,
Señor y Juez de la Historia,
aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria.
En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo,
pasará la figura de este mundo
y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
El Señor se manifestará entonces lleno de gloria,
el mismo que viene ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.
Por eso, mientras aguardamos su última venida,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Antífona de comunión Cf. Sal 105, 4-5; Is 38, 3
Ven, Señor, visítanos con tu paz,
y nos alegraremos en tu presencia con integridad de corazón.
Oración después de la comunión
Te pedimos, Padre,
que fructifique en nosotros la celebración de los santos misterios
con los que tú nos enseñas a amar y adherirnos a los bienes eternos,
mientras peregrinamos
en medio de las realidades transitorias de esta vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.