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25 octubre 2010 1 25 /10 /octubre /2010 19:42

Lectio: Lucas 13,18-21

Lectio: 

Martes, 26 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

 1) Oración inicial
Dos todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad; y, para conseguir tus promesas, concédenos amar tus preceptos. Por nuestro Señor.

 2) Lectura
Del santo Evangelio según Lucas 13,18-21
Decía, pues: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su huerto; creció hasta hacerse árbol y las aves del cielo anidaron en sus ramas.»
Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina hasta que todo fermentó.»

 3) Reflexión
• El contexto. A lo largo del camino que lo conduce a Jerusalén, Jesús estaba rodeado por “miles” de personas (11,29) que se agolpaban en su entorno. El motivo de esta atracción de las multitudes es la Palabra de Jesús. En el cap. 12 aparece la sucesión alterna de los destinatarios de la Palabra: los discípulos (12,1-12), la multitud (vv.13-212), los discípulos (vv.22-53) la multitud (vv.54-59). Sin embargo, en Lc 13,1-35 el tema dominante es el escándalo de la muerte. En la primera parte se habla de la muerte de todos (vv.1-9), mientras que en la segunda se habla de la muerte de Jesús (vv.31-35) y de la muerte ahorrada a los pecadores para que puedan disponerse a la conversión. Pero al lado del tema dominante hay otro: la salvación ofrecida a los hombres. La curación de la mujer encorvada: una hija de Abraham a la que Satanás mantenía atada hacía dieciocho años, es liberada por Jesús. Además, en el corazón de este cap. 13, encontramos dos parábolas que forman una unidad temática: el reino de Dios comparado con el “grano de mostaza” y con la “levadura”.
• El Reino de Dios es semejante a una semilla de mostaza. Esta semilla es muy común en Palestina, de modo particular junto al lago de Galilea. Es conocida por su singular pequeñez. En Lc 17,6 Jesús usa esta imagen para expresar su esperanza de que sus discípulos tengan un mínimo de fe: “Si tuviereis fe como un grano de mostaza…”. Esta parábola tan sencilla compara dos momentos de la historia de la semilla: cuando es enterrada (los inicios modestos) y cuando se hace un árbol (el milagro final). Por tanto, la función del relato es explicar el crecimiento extraordinario de una semilla que se entierra en el propio jardín, a lo que sigue un crecimiento asombroso al hacerse un árbol. Al igual que esta semilla, el Reino de Dios tiene también su historia: el Reino de Dios es la semilla enterrada en el jardín, lugar que en el Nuevo Testamento indica el lugar de la agonía y de la sepultura de Jesús (Jn 18,1.26; 19.41); sigue después el momento del crecimiento en el que llega a ser un árbol abierto a todos.
• El Reino de Dios es semejante a la levadura. La levadura se esconde en tres medidas de harina. En la cultura hebrea, la levadura era considerada un factor de corrupción, hasta el punto que se eliminaba en las casas para no contaminar la fiesta de Pascua, que justamente empezaba la semana de los ázimos. El uso de este elemento negativo para describir el Reino de Dios era un motivo de perturbación para los oídos de los judíos. Pero el lector percibe su fuerza convincente: es suficiente meter una pequeña cantidad de levadura en tres medidas de harina para conseguir una gran cantidad de pasta. Jesús anuncia que esta levadura, escondida o desaparecida en las tres medidas de harina, después de un tiempo, hace crecer la masa.
• Efectos del texto en el lector. ¿Qué nos dicen a nosotros estas dos parábolas? El Reino de Dios, comparado por Jesús a una semilla que se convierte en árbol, nos acerca a la historia de Dios como la historia de su Palabra: está escondida en la historia humana y va creciendo; Lucas piensa en la Palabra de Jesús (el reino de Dios está en medio de vosotros) que ya está creciendo pero que todavía no se ha convertido en árbol. Jesús y el Espíritu Santo están dando soporte a este crecimiento de la palabra. La imagen de la levadura completa el cuadro de la semilla. La levadura es el Evangelio que actúa en el mundo, en la comunidad eclesial y en cada creyente.
 
4) Para la reflexión personal
• ¿Eres consciente de que el Reino de Dios está presente en medio de nosotros y que crece de manera misteriosa difundiéndose en la historia de cada hombre, en la Iglesia?
• El Reino es una realidad humilde, escondida, pobre y silenciosa, mezclado con las luchas y placeres de la vida. ¿Has aprendido en las dos parábolas que sólo verás el reino en ti si adoptas una actitud de servicio humilde y de escucha silenciosa?

 5) Oración final
¡Dichosos los que temen a Yahvé
y recorren todos sus caminos!
Del trabajo de tus manos comerás,
¡dichoso tú, que todo te irá bien! (Sal 128,1-2)

 

 

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25 octubre 2010 1 25 /10 /octubre /2010 05:58

Lectio: Lucas 13,10-17

Lectio: 

Lunes, 25 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

 1) Oración inicial

Dos todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad; y, para conseguir tus promesas, concédenos amar tus preceptos. Por nuestro Señor.

 2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 13,10-17
Estaba un sábado enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada y no podía en modo alguno enderezarse. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.» Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: «Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado.» Replicóle el Señor: «¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a ésta, que es hija de Abrahán, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?» Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban abochornados, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.

 3) Reflexión

• El evangelio de hoy describe la curación de la mejor encorvada. Se trata de uno de los muchos episodios que Lucas nos narra, sin mucho orden, al describir el largo camino recorrido por Jesús hacia Jerusalén (Lc 9,51 a 19,28).
• Lucas 13,10-11: La situación que provoca la acción de Jesús. Jesús está en la sinagoga en un día de reposo. Cumple con la ley, guardando el sábado y participando en la celebración con su gente. Lucas informa que Jesús estaba enseñando. Había en la sinagoga una mujer encorvada. Lucas dice que un espíritu de flaqueza le impedía asumir una postura recta. En aquel tiempo la gente explicaba así las dolencias. La mujer llevaba dieciocho años en esta situación. No habla, no tiene nombre, no pide la curación, no toma ninguna iniciativa. Su pasividad llama la atención.
• Lucas 13,12-13: Jesús cura la mujer. Viendo a la mujer, Jesús la llama e le dice: “¡Mujer, queda libre de tu enfermedad!”. La acción de liberar se realiza por medio de la palabra, dirigida directamente a la mujer, y por el toque de la imposición de las manos. Inmediatamente, se pone de pie y empieza a alabar al Señor. Hay una relación entre el ponerse de pie y dar gloria a Dios. Jesús hace que la mujer se ponga de pie para que pueda alabar a Dios en medio del pueblo reunido en asamblea. La suegra de Pedro, una vez curada, se levanta y se pone a servir (Mc 1,31). ¡Alabar a Dios y servir a los hermanos!
• Lucas 13,14: La reacción del jefe de la sinagoga. El jefe de la sinagoga se volvió furioso viendo la acción de Jesús, porque había curado a la mujer un día de sábado: “Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado.” . En la crítica del jefe de la sinagoga resuena la palabra de la Ley de Dios que decía: “Acuérdate del día de sábado para santificarlo. Trabaja seis días y, en ellos, haz todas tus faenas. Pero el día séptimo es día de descanso, consagrado a Yahvé, tu Dios. Que nadie trabaje”. (Ex 20,8-10). En esta reacción autoritaria del jefe tenemos una llave para entender por qué motivo la gente estaba tan oprimida y por qué la mujer no podía participar en aquel tiempo. El dominio sobre las conciencias a través de la manipulación de la ley de Dios era muy fuerte. Era ésta la manera en que mantenían a la gente sometida y encorvada.
• Lucas 13,15-16: La respuesta de Jesús al jefe de la sinagoga. El jefe condenó a las personas porque quería que observasen la Ley de Dios. Aquello que para el jefe de la sinagoga es observancia de la ley de Dios, para Jesús es hipocresía: "¡Hipócritas!¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a ésta, que es hija de Abrahán, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?” Con este ejemplo sacado de la vida diaria, Jesús muestra la incoherencia de este tipo de observancia de la ley de Dios. Si está permitido desatar un buey en el día de sábado, sólo para darle de beber, mucho más está permitido desatar a una hija de Abrahán para liberarla del poder del mal. El verdadero sentido de la observancia de la Ley que agrada a Dios es éste: liberar a las personas del poder del mal y ponerlas de pie, para que puedan glorificar a Dios y rendirle homenaje. Jesús imita a Dios que endereza a los encorvados (Sal 145,14; 146,8).
• Lucas 13,17: La reacción de la gente ante la acción de Jesús. La enseñanza de Jesús deja confusos a sus adversarios, pero la multitud se llena de alegría por las maravillas que Jesús está realizando: “toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía”. En la Palestina del tiempo de Jesús, la mujer vivía encorvada, sometida al marido, a los padres y a los jefes religiosos de su pueblo. Esta situación de sumisión estaba justificada por la religión. Pero Jesús no quiere que ella siga encorvada. Desatar y liberar a las personas no tiene un día marcado. Es todos los días, ¡y hasta el día de sábado!

 4) Para la reflexión personal

• La situación de la mujer ¿ha cambiado mucho o es la misma que en el tiempo de Jesús? ¿Cuál es la situación de la mujer hoy en la sociedad y en la Iglesia? ¿Hay alguna relación entre religión y opresión de la mujer?
• La multitud se alegra con la acción de Jesús. ¿Cuál es la liberación que está aconteciendo hoy y que está llevando a la multitud a alegrarse y a dar gracias a Dios?

 5) Oración final

Feliz quien no sigue consejos de malvados
ni anda mezclado con pecadores
ni en grupos de necios toma asiento,
sino que se recrea en la ley de Yahvé,
susurrando su ley día y noche. (Sal 1,1-2)

 

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23 octubre 2010 6 23 /10 /octubre /2010 18:54

Lectio: 30º Domingo del tiempo ordinario

Lectio: 

Domingo, 24 Octubre, 2010

La parábola del fariseo y del publicano
¿Dónde pongo la base de mi seguridad?

Lucas 18,1-14

 1. Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. 
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotr
os, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

 2. Lectura

a) Clave de lectura:

EL Evangelio de este domingo nos coloca delante la parábola del fariseo y del publicano (Lc 18, 9-14). Nosotros le hemos añadido la parábola de la viuda y del juez (Lc 18,1-8), puesto que ambas forman una pequeña unidad, cuyo objetivo es el de ayudarnos a descubrir cómo debe ser nuestro comportamiento orante ante Dios. Las dos parábolas nos demuestran que Jesús tenía una forma diferente de ver las cosas de la vida y de la oración. Conseguía ver una revelación de Dios allí donde otros veían sólo una ruina. Ve algo positivo en el publicano, de quien todos decían: “¡No sabe rezar!” y en la pobre viuda, de la que la sociedad murmuraba: “Molesta e importuna hasta al juez!”. Jesús vivía de tal modo unido al Padre por medio de la oración, que para Él todo se convertía en una expresión de oración.
Hoy las personas sencillas del pueblo que dicen que no saben rezar, saben hablar con Jesús, expresando su devoción y oración.
Durante la lectura intentemos poner atención a las dos siguientes cuestiones: ¿Cuál es el objetivo y cuáles son los destinatarios de las dos parábolas? ¿Cuáles son las conductas de las personas que aparecen en las parábolas?

b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura:

Lucas 18,1: El objetivo de la primera parábola
Lucas 18,2: Descripción de la conducta del juez
Lucas 18,3: Conducta de la viuda ante el juez
Lucas 18,4-5: Reacción del juez ante la viuda
Lucas 18,6-8: Jesús aplica la parábola
Lucas 18,9: Los destinatarios de la segunda parábola
Lucas 18,10: Introducción al tema de la parábola
Lucas 18,11-12: Describe cómo reza el fariseo
Lucas 18,13: Describe cómo reza el publicano
Lucas 18,14: Jesús da su opinión sobre los dos

c) Texto:

1 Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 2 «Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había en aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia contra mi adversario!' 4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de importunarme.'» 6 Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; 7 pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar?8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»
9 A algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola: 10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. 11 El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: `¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. 12 Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias.' 13 En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: `¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!' 14 Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será ensalzado.»

 3. Un momento de silencio orante

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

 4. Algunas preguntas

para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Cuál es el punto que más te ha gustado de las dos parábolas? ¿Por qué?
b) ¿Cómo es la conducta de la viuda y del juez? ¿Qué llama más tu atención en el comportamiento de cada uno? ¿Por qué?
c) ¿Cómo es el comportamiento del fariseo y del publicano? ¿Qué llama más tu atención en los dos? ¿Por qué?
d) ¿Cuál es la aplicación que Jesús hace de la parábola?
e) ¿Qué nos enseñan estas dos parábolas sobre la oración?

 5. Para aquéllos que quisieran profundizar más en el tema

a) Contexto de ayer y de hoy:

El contexto del tiempo de Jesús y de Lucas viene expresado en las dos frases introductivas que hablan de la “necesidad de orar siempre, sin cansarse” (Lc 18,1) y de “algunos que presumían de ser justos y despreciaban a otros” (Lc 18,9).

b) Comentario del texto:

Lucas 18,1: El objetivo de la primera parábola
Lucas comienza esta parábola con la frase: “sobre la necesidad de orar siempre, sin cansarse”. En otros pasajes insiste del mismo modo sobre la perseverancia en la oración y sobre la necesidad de creer que Dios escucha nuestra oración y responde a nuestras peticiones. La fe en Dios que responde a nuestras peticiones es el hilo rojo que atraviesa toda la Biblia, donde, desde el Éxodo se repite incesantemente que “Dios escucha el clamor de su pueblo” (Éx 2,24; 3,7).

Lucas 18,2: Descripción de la conducta del juez
Jesús quiere aclarar para aquéllos que lo escuchan, cómo se comporta Dios ante nuestras oraciones. Para esto, hablando del juez, piensa en Dios Padre que es el término de la comparación que está haciendo. Si no fuese Jesús, nosotros no tendríamos el valor de comparar a Dios con un juez “ que no teme a Dios, y que no le importa nadie”. Esta audaz comparación, hecha por el mismo Jesús, refuerza por un lado la importancia de la perseverancia en la oración y, por otro, la certeza de ser escuchado por Dios Padre.

Lucas 18,3: La conducta de la viuda ante el juez
En la conducta de la viuda ante el juez aparece la condición de los pobres en la sociedad del tiempo de Jesús. Viudas y huérfanos no tenían quién los defendiese y sus derechos no eran respetados. El hecho de que Jesús compare nuestro comportamiento con el de una viuda pobre, sin defensa, que pretende hacer valer sus derechos ante un juez sin conciencia y sin sensibilidad humana, muestra la simpatía de Jesús por las personas pobres que luchan con insistencia por hacer valer sus derechos.

Lucas 18,4-5: Reacción del juez ante la viuda
El juez acaba por ceder ante la insistencia de la viuda. Hace justicia no por amor a la justicia, sino para poder liberarse de la viuda que no se cansa de importunarlo.

Lucas 18,6-8: Jesús hace la aplicación de la parábola
Jesús saca la conclusión: si un juez ateo y deshonesto presta atención a una viuda, que insiste en su demanda, cuánto más Dios Padre oirá a aquellos que le suplican noche y día aunque Él se haga esperar. Este es el punto central de la parábola, confirmado por la pregunta final de Jesús: Pero el Hijo del Hombre, cuando venga, ¿encontrará fe sobre la tierra? O sea, ¿nuestra fe será tan persistente como la de aquella viuda, que soporta sin cansarse, hasta obtener la respuesta de Dios? Porque como dice el Eclesiástico: “¡Es duro soportar la espera de Dios!”

Lucas 18, 9: Los destinatarios de la segunda parábola
Esta segunda parábola del fariseo y del publicano comienza con la siguiente frase: “Dijo aun esta otra parábola por algunos que presumían de ser justos y despreciaban a los otros”. La frase de Lucas se refiere, tanto al tiempo de Jesús como al tiempo de Lucas simultáneamente. Pues en las comunidades de los años ochenta a las que Lucas dirige su Evangelio había personas aferradas a la antigua tradición del judaísmo, que despreciaban a las que venían del paganismo (Cf. Act 15,1-5)

Lucas 18,10: Comienza el tema de la parábola
Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano. No podía darse un contraste mayor. En la opinión de la gente de aquel tiempo, un publicano no valía nada y no podía dirigirse a Dios, por ser una persona impura, en cuanto publicano, mientras el fariseo era una persona honorable y muy religiosa.

Lucas 18,11-12: Describe cómo reza el fariseo
El fariseo reza en pie y da gracias a Dios por no ser como los otros: ladrones, deshonestos, adúlteros. Su oración no es otra cosa que un elogio para sí mismo y de las cosas que hace: ayuna, paga las décimas. Es una exaltación de sus buenas cualidades y un desprecio para los demás, sobre todo para el publicano que se encuentra junto a él en el mismo banco. No se siente hermano.

Lucas 10, 13: Describe cómo reza el publicano
El publicano no osa levantar la mirada, se golpea el pecho y apenas dice: “¡Dios mío, ten piedad de mí pecador!”. Se ha colocado en supuesto delante de Dios.

Lucas 18, 14: Jesús da su opinión sobre los dos
Si Jesús hubiese pedido a las gentes quién volvió a casa justificado, todos habrían respondido: “¡El fariseo!” Pero Jesús piensa de un modo diferente. Quien vuelve justificado (con buenas relaciones con Dios) no es el fariseo, sino el publicano. De nuevo, Jesús da a todo la vuelta al revés. A muchas personas no le agradará la aplicación que hace de esta parábola.

c) Ampliando informaciones:

i) Los primeros cristianos nos presentan una imagen de Jesúsorante, que vivía en contacto permanente con el Padre (Jn 5,19). Jesús oraba mucho e insistía para que la gente y sus discípulos orasen. Porque es en el confrontarse con Dios, cuando emerge la verdad y cuando la persona se vuelve a encontrar consigo misma en toda su realidad y humildad.

ii) Las dos parábolas revelan algo de cómo se comportaba Jesús orante ante el Padre. Revelan que ni siquiera para Él ha sido siempre fácil. Como la viuda, debía insistir mucho, como aparece en la oración en el Huerto de los Olivos (Lc 22,41-42). Él insistió mucho hasta la muerte, no desistió, y fue escuchado (Heb 5,7). Las dos parábolas revelan que también su experiencia e intimidad con Dios como Padre que acoge a todos y cuyo amor tiene como marca central la gratuidad. El amor de Dios para con nosotros no depende de lo que hagamos por Él. Él nos ha amado primero. Acoge al publicano.

iii) Lucas el evangelista es quien más nos informa sobre la vida de oración de Jesús. Presenta a Jesús en continua oración. He aquí algunos momentos en los que Jesús aparece en oración en el Evangelio de Lucas:
* Cuando tiene doce años, va al templo, a la casa del Padre (Lc 2,46-50)
* En el momento de ser bautizado y asumir su misión, reza (Lc 3,21)
* Cuando comienza su misión, pasa cuarenta días en el desierto (Lc 4,1-2)
* En la hora de la tentación, se enfrenta al diablo con textos de la Escritura (Lc 4,3-12)
* Cuando, como es su costumbre, participa en las celebraciones en las sinagogas el sábado (Lc 4,16)
* Busca la soledad del desierto para orar (Lc 5,16; 9,18)
* Antes de escoger a los doce Apóstoles, pasa la noche en oración (Lc 6,12)
* Reza antes de las comidas (Lc 9,16; 24,30)
* Antes de hablar de la realidad y de su pasión, reza (Lc 9,18)
* En las crisis, sube al Monte para orar y se transfigura mientras reza (Lc 9,28)
* Cuando revela el Evangelio a los pequeños dice: “¡Padre yo te doy las gracias!” (Lc 10,21)
* Orando, despierta en los apóstoles el deseo de rezar (Lc 11,1)
* Reza por Pedro para que sea fuerte en la fe (Lc 22,32)
* Celebra la Cena Pascual con sus discípulos (Lc 22,7-14)
* En el Huerto de los Olivos, reza, y suda incluso sangre (Lc 22,41-42)
* En la angustia de la agonía pide a sus amigos que oren con Él (Lc 22,40-46)
* A la hora de ser clavado en la cruz, pide perdón por aquéllos que no saben lo que hacen (Lc 23,34)
* En la hora de su muerte, dice : “¡En tus manos entrego mi espíritu!” (Lc 23,46; Sl 31,6)

iv) Esta larga lista indica lo que sigue. Para Jesús, la oración estaba íntimamente ligada a lavida, a los hechos concretos, a las decisiones que debía tomar. Para poder ser fiel al proyecto del Padre, trataba de permanecer a solas con Él. Lo escuchaba. En los momentos difíciles y decisivos de la vida, Jesús rezaba los salmos. Como cualquier judío piadoso, los conocía de memoria. La recitación de los Salmos no apagó su creatividad. Por el contrario, Jesús compuso Él mismo un Salmo que nos ha transmitido. Es elPadre Nuestro. Su vida era una oración permanente: “¡Busco siempre la voluntad de mi Padre!” (In 5,19.30) A Él se le aplica lo que dice el salmo: “¡Yo estoy en oración!” (Sl 109,4)

 6. Oración de un Salmo

Salmo 146(145): Un Retrato del rostro de Dios

¡Aleluya!¡Alaba, alma mía, a Yahvé!
A Yahvé, mientras viva, alabaré,
mientras exista tañeré para mi Dios.

No pongáis la confianza en los nobles,
en un ser humano, incapaz de salvar;
exhala su aliento, retorna a su barro,
ese mismo día se acaban sus planes.

Feliz quien se apoya en el Dios de Jacob,
quien tiene su esperanza en Yahvé, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en ellos;
que guarda por siempre su lealtad,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

Yahvé libera a los condenados.
Yahvé abre los ojos a los ciegos,
Yahvé endereza a los encorvados,
Yahvé protege al forastero,
sostiene al huérfano y a la viuda.

Yahvé ama a los honrados,
y tuerce el camino del malvado.
Yahvé reina para siempre,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

 7. Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

 

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23 octubre 2010 6 23 /10 /octubre /2010 09:17

Lectio: Lucas 13,1-9

Lectio: 

Sábado, 23 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

 1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.

 2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 13,1-9
En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.» Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: `Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala; ¿Para qué ha de ocupar el terreno estérilmente?' Pero él le respondió: `Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.'»

 3) Reflexión

• El evangelio de hoy nos proporciona informaciones que encontramos sólo en el evangelio de Lucas y no tienen pasajes paralelos en otros evangelios. Estamos meditando el largo caminar de Jesús, desde Galilea hasta Jerusalén, que ocupa casi la mitad del evangelio de Lucas, desde el capítulo 9 hasta el capítulo 19 (Lc 9,51 a 19,28). Es aquí donde Lucas coloca la mayor parte de la información que tiene sobre la vida y la enseñanza de Jesús (Lc 1,1-4).
• Lucas 13,1: El acontecimiento que pide una explicación. “En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilatos con la de sus sacrificios.”. Cuando leemos los periódicos o cuando asistimos al noticiario en la TV, recibimos muchas informaciones, pero no siempre evaluamos todo su significado. Escuchamos todo, pero no sabemos bien qué hacer con tantas informaciones y noticias. Noticias terribles como el tsunami, el terrorismo, las guerras, el hambre, la violencia, el crimen, los atentados, etc. Así fueron a llevar a Jesús la noticia de la terrible masacre que Pilatos, gobernador romano, hizo con algunos peregrinos samaritanos. Noticias así nos incomodan. Nos derriban: ¿Qué puedo hacer?” Para apaciguar la conciencia, muchos se defienden y dicen: “¡Es su culpa! ¡No trabajan! ¡Es gente llena de prejuicios!” En tiempo de Jesús, la gente se defendía diciendo: “¡Es un castigo de Dios por sus pecados!” (Jn 9,2-3). Desde hace siglos se enseñaba: “Los samaritanos no valen. ¡Siguen una religión equivocada!” (2Re 17,24-41)!
• Lucas 13,2-3: La respuesta de Jesús. Jesús tiene otra opinión. "¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo”. Jesús ayuda a las personas a leer los hechos con otros ojos y a sacar una conclusión para su vida. Dice que no fue castigo de Dios. Por el contrario: “Y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo” y procura alertar hacia la conversión y el cambio.
• Lucas 13,4-5: Jesús comenta otro hecho. “O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?” Debe haber sido un desastre muy comentado en la ciudad. Una tormenta derribó la torre de Siloé y mató a dieciocho personas que se estaban abrigando debajo. El comentario normal era: “¡Castigo de Dios!” Jesús repite: “No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo ". Ellos no se convirtieron, no cambiaron, y cuarenta años después Jerusalén fue destruida y mucha gente murió asesinada en el Templo como los samaritanos, y mucha más murió debajo de los escombros de las murallas de la ciudad. Jesús trató de prevenir, pero no escucharon la petición de paz: “¡Jerusalén! ¡Jerusalén!” (Lc 13,34). Jesús enseña a descubrir las llamadas que vienen de los acontecimientos de la vida de cada día.
• Lucas 13,6-9: Una parábola para que la gente piense y descubra el proyecto de Dios. " Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: `Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala; ¿Para qué ha de ocupar el terreno estérilmente?' Pero él le respondió: `Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.” Muchas veces la viña es usada tanto para indicar el cariño que Dios tiene hacia su pueblo o como falta de correspondencia de parte de la gente hacia el amor de Dios (Is 5,1-7; 27,2-5; Jr 2,21; 8,13; Ez 19,10-14; Os 10,1-8; Mq 7,1; Jn 15,1-6). En la parábola, el dueño de la viña es Dios Padre. El agricultor que intercede por la viña es Jesús. Insiste con el Padre para alargar el espacio de la conversión.

 4) Para la reflexión personal

• El pueblo de Dios, la viña de Dios. Yo soy un pedazo de esta viña. Me aplico la parábola de la viña. ¿Qué conclusiones saco?
• ¿Qué hago con las noticias que recibo? ¿Trato de tener una opinión crítica, o sigo la opinión de la mayoría y de los medios de comunicación?

 5) Oración final

¿Quién como Yahvé, nuestro Dios,
con su trono arriba, en las alturas,
que se abaja para ver el cielo y la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza al pobre del estiércol. (Sal 113,5-7)

 

 

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21 octubre 2010 4 21 /10 /octubre /2010 19:17

Lectio: Lucas 12, 54-59

Lectio: 

Viernes, 22 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.

2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 12,54-59
Decía también a la gente: «Cuando veis que una nube se levanta por occidente, al momento decís: `Va a llover', y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: `Viene bochorno', y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo? «¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.»

3) Reflexión

El evangelio de hoy nos presenta un llamamiento de parte de Jesús para aprender a leer los Signos de los Tiempos. Fue este texto lo que inspiró a Juan XXIII el convocar a la Iglesia para prestar atención a los Signos de los Tiempos y percibir mejor las llamadas de Dios en los acontecimientos de la historia de la humanidad.
Lucas 12,54-55: Todos saben interpretar los aspectos de la tierra y del cielo, ... “ Decía también a la gente: «Cuando veis que una nube se levanta por occidente, al momento decís: `Va a llover', y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: `Viene bochorno', y así sucede.”. Jesús verbaliza una experiencia humana universal. Todos y todas, cada cual en su país y en su región, sabemos leer los aspectos del cielo y de la tierra. El cuerpo mismo percibe cuando amenaza lluvia o cuando los cambios del tiempo: “¡Vamos a tener lluvia!” Jesús se refiere a la contemplación de la naturaleza como siendo una de las fuentes más importantes del conocimiento y de la experiencia que él mismo tenía de Dios. Fue la contemplación de la naturaleza lo que le ayudó a descubrir aspectos nuevos en la fe y en la historia de su pueblo. Por ejemplo, la lluvia que cae sobre buenos y malos, y el sol que nace sobre justos o injustos, le ayudarán a formular una de las imágenes más revolucionarias: “¡Amad a vuestros enemigos!” (Mt 5,43-45).
Lucas 12,56-57: ..., pero no saben leer los signos de los tiempos. Y Jesús saca la conclusión para sus contemporáneos y para todos nosotros: “¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?” San Agustín decía que la naturaleza, la creación, es el primer libro que Dios escribe. Por medio de ella Dios nos habla. El pecado embrolló las letras del libro de la naturaleza y, por ello, ya no conseguimos leer el mensaje de Dios estampado en las cosas de la naturaleza y en los hechos de la vida. La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrito no para ocupar o reemplazar la Vida, sino para ayudar a interpretar la naturaleza y la vida y para aprender de nuevo a descubrir los llamados de Dios en los acontecimientos. “¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?” Compartiendo entre nosotros lo que vemos en la naturaleza, iremos descubriendo la llamada de Dios en la vida.
Lucas 12,58-59: Saber sacar la lección para la vida. “ Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.» Uno de los puntos en que Jesús más insistía es la reconciliación. En aquella época había muchas tensiones y conflictos entre grupos radicales con tendencias diferentes, sin diálogo: zelotes, esenios, fariseos, saduceos, herodianos. Ninguno quería ceder ante el otro. Las palabras de Jesús sobre reconciliación pidiendo acogida y comprensión iluminan esta situación. Pues el único pecado que Dios no consigue perdonar es el que no perdonemos a los demás (Mt 6,14). Por esto, aconseja procurar la reconciliación antes de que sea demasiado tarde. Cuando llegue la hora del juicio, será demasiado tarde. Cuando tengamos tiempo, procuremos cambiar de vida, de comportamiento y de modo de pensar y procuremos acertar el paso (cf. Mt 5,25-26; Col 3,13; Ef 4,32; Mc 11,25).

4) Para la reflexión personal

Leer los Signos de los Tiempos. Cuando escucho o leo las noticias en la tele o en los periódicos, tengo la preocupación de percibir las llamadas de Dios en estos hechos?
Reconciliar es la petición en la que Jesús más insiste. ¿Cómo trato de colaborar en la reconciliación entre las personas, las razas, los pueblos, las tendencias?

5) Oración final

De Yahvé es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y cuantos lo habitan,
pues él lo fundó sobre los mares,
lo asentó sobre los ríos. (Sal 24,1-2)

 

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20 octubre 2010 3 20 /10 /octubre /2010 21:04

Lectio: Lucas 12,49-53

Lectio: 

Jueves, 21 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

 1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.

 2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 12,49-53
«He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! «¿Creéis que estoy aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

 3) Reflexión

• El evangelio de hoy nos presenta algunas frases sueltas de Jesús. La primera sobre el fuego sobre la tierra la tiene sólo Lucas. Las otras tienen frases más o menos paralelas en Mateo. Esto nos remite al problema del origen de la composición de estos dos evangelios que hizo correr ya mucha tinta a lo largo de los últimos dos siglos y se resolverá plenamente sólo cuando podamos conversar con Mateo y Lucas, después de nuestra resurrección.
• Lucas 12,49-50: Jesús, vino a traer fuego sobre la tierra.     "He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!” La imagen del fuego vuelve muchas veces en la Biblia y no tiene un sentido único. Puede ser imagen de la devastación y del castigo y puede también ser la imagen de la purificación y de la iluminación (Is 1,25; Zc 13,9). Puede evocar hasta protección como vemos en Isaías: Si pasas en medio de las llamas, no te quemarás” (Is 43,2). Juan Bautista bautizaba con agua, pero después de él, Jesús habría de bautizar por medio del fuego (Lc 3,16). Aquí, la imagen del fuego es asociada a la acción del Espíritu Santo que descendió el día de Pentecostés bajo la imagen de lenguas de fuego (He 2,2-4). Las imágenes y los símbolos no tienen nunca un sentido obligatorio, totalmente definido, que no permita divergencia. En este caso ya no sería ni una imagen, ni un símbolo. Es típico de la naturaleza del símbolo el provocar la imaginación de los oyentes y de los espectadores. Dejando la libertad a los oyentes, la imagen del fuego combinado con la imagen del bautismo indica la dirección en la que Jesús quiere que la gente dirija su imaginación. El bautismo es asociado con el agua y es siempre expresión de un compromiso de Jesús con su pasión:. ¿Podéis ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» . (Mc 10,38-39).
• Lucas 12,51-53: Jesús vino a traer la división. Jesús habla siempre de paz (Mt 5,9; Mc 9,50; Lc 1,79; 10,5; 19,38; 24,36; Jo 14,27; 16,33; 20,21.26). Entonces ¿cómo entender la frase del evangelio de hoy que parece decir lo contrario: “¿Creéis que estoy aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división.”. Esta afirmación no significa que Jesús estuviera a favor de la división. ¡No! Jesús no quiere la división. El anuncio de la verdad que él, Jesús de Nazaret, era el Mesías se volvió motivo de mucha división entre los judíos. Dentro de la misma familia o de la comunidad, unos estaban a favor y otros radicalmente en contra. En este sentido la Buena Noticia de Jesús era realmente una fuente de división, una “señal de contradicción” (Lc 2,34) o como decía Jesús: “Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.” Era lo que estaba ocurriendo, de hecho en las familias y en las comunidades: muchas divisiones, mucha discusión, como consecuencia del anuncio de la Buena Noticia entre los judíos de aquella época, unos aceptando, otros negando. Lo mismo vale para el anuncio de la fraternidad como valor supremo de la convivencia humana. No todos concordaban con este anuncio, pues preferían mantener sus privilegios. Por esto, no tenían miedo de perseguir lo que anunciaban la fraternidad y el compartir. Esta es la división que surgía y que está en el origen de la pasión y de la muerte de Jesús. Era lo que estaba aconteciendo. Lo que pensaba la gente. Jesús quiere la unión de todos en la verdad (cf. Jn 17,17-23). Hasta hoy es así. Muchas veces, allí donde la Iglesia se renueva, el llamado de la Buena Noticia se vuelve una “señal de contradicción” y de división. Personas que durante años vivieron acomodadas en la rutina de su vida cristiana, y que ya no quieren ser incomodadas por las “innovaciones” del Vaticano II. Incomodadas por los cambios, usan toda su inteligencia para encontrar argumentos en defensa de sus opiniones y para condenar los cambios como contrarios a lo que ellas piensan ser la verdadera fe.

 4) Para la reflexión personal

• Buscando la unión, Jesús era causa de división. ¿Te ocurrió lo mismo alguna vez?
• Ante los cambios en la Iglesia, ¿cómo me sitúo?

5) Oración final

¡Aclamad con júbilo, justos, a Yahvé,
que la alabanza es propia de hombres rectos!
¡Dad gracias a Yahvé con la cítara,
tocad con el arpa de diez cuerdas

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19 octubre 2010 2 19 /10 /octubre /2010 21:42

Lectio: Lucas 12,39-48

Lectio: 

Miércoles, 20 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

 1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.

 2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 12,39-48
Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. Estad también vosotros preparados, porque cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.» Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?» Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: `Mi señor tarda en venir', y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le castigará severamente y le señalará su suerte entre los infieles. «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas que merecen azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.

 3) Reflexión

• El evangelio de hoy nos lanza de nueva una exhortación a la vigilancia con otras dos parábolas. Ayer la parábola era sobre el dueño y el empleado (Lc 12,36-38). Hoy, la primera parábola es sobre el dueño de la casa y el ladrón (Lc 12,39-40) y la otra habla del propietario y del administrador (Lc 12,41-47).
• Lucas 12,39-40: La parábola del dueño de la casa y del ladrón. “Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. Estad también vosotros preparados, porque cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.” Así que como el dueño de la casa no sabe a qué hora llega el ladrón, así nadie sabe la hora de llegada del hijo del Hombre. Jesús lo deja bien claro: " Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre!" (Mc 13,32). Hoy, muchas gente vive preocupada con el fin del mundo. Por las calles de las ciudades, a veces se ve escrito sobre los muros: ¡Jesús volverá! Hubo gente que, angustiada por la proximidad del fin del mundo, llegó a cometer suicidio. Pero el tiempo pasa y ¡el fin no llega! Muchas veces la afirmación “¡Jesús volverá!” es usada para meter miedo en las personas y obligarlas a atender una determinada iglesia. De tanto esperar y especular alrededor de la venida de Jesús, mucha gente deja de percibir su presencia en medio de nosotros, en las cosas más comunes de la vida, en los hechos de la vida diaria. Pues lo que importa no es saber la hora del fin del mundo, sino tener una mirada capaz de percibir la venida de Jesús ya presente en medio de nosotros en la persona del pobre (cf Mt 25,40) y en tantos otros modos y acontecimientos de la vida de cada día.
• Lucas 12,41: La pregunta de Pedro. “Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?" No se ve bien el porqué de esta pregunta de Pedro. El evoca otro episodio, en el cual Jesús responde a una pregunta similar, diciendo: “A vosotros os he dado conocer el misterio del Reino de Dios, pero a los otros todo les es dado a conocer en parábolas” (Mt 13,10-11; Lc 8,9-10).
• Lucas 12,42-48ª: La parábola del dueño y del administrador. En la respuesta de Pedro Jesús formula otra pregunta en forma de parábola: “¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente?” Inmediatamente después, Jesús mismo en la parábola da la respuesta: el buen administrador es aquel que cumple su misión de siervo, que nunca usa los bienes recibidos para su propio provecho, y que está siempre vigilante y atento. Es posible que sea una respuesta indirecta a la pregunta de Pedro, como si dijera: “Pedro, ¡la parábola es realmente para ti! A ti te incumbe saber administrar bien la misión que Dios te da como coordinador de las comunidades. En este sentido, la respuesta vale también para cada uno de nosotros. Y allí toma mucho sentido la advertencia final: “a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.”.
• La llegada del Hijo del Hombre y el fin del mundo. La misma problemática había en las comunidades cristianas de los primeros siglos. Mucha gente de las comunidades decían que el fin del mundo estaba cerca y que Jesús volvería después. Algunas comunidades de Tesalónica en Grecia, apoyando la predicación de Pablo, decían: “¡Jesús volverá!” (1 Tes 4,13-18; 2 Tes 2,2). Por esto, había personas que habían dejado de trabajar, porque pensaban que la venida fuera cosa de pocos días o semanas. Trabajar ¿para qué, si Jesús iba a volver? (cf 2Ts 3,11). Pablo responde que no era tan simple como se lo imaginaban. Y a los que no trabajaban decía. “Quien no trabaja, ¡no tiene derecho a comer!” Otros se quedaban mirando al cielo, aguardando el retorno de Jesús sobre las nubes (cf He 1,11). Otros se quejaban de la demora (2Pd 3,4-9). En general, los cristianos vivían en la expectativa de la venida inminente de Jesús. Jesús venía a realizar el Juicio Final para terminar con la historia injusta de este mundo de aquí abajo e inaugurar la nueva fase de la historia, la fase definitiva del Nuevo Cielo y de la Nueva Tierra. Pensaban que esto acontecería dentro de una o de dos generaciones. Mucha gente seguiría con vida cuando Jesús iba a aparecer glorioso en el cielo (1Ts 4,16-17; Mc 9,1). Otros, cansados de esperar, decían: “¡No volverá nunca!” (2 Pd 3,4). Hasta hoy, la venida final de Jesús no ha ocurrido. ¿Cómo entender esta tardanza? Supone que ya no percibimos que Jesús volvió, que está en medio de nosotros: “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo." (Mt 28,20). El ya está con nosotros, a nuestro lado, en la lucha por la justicia, por la paz y por la vida. La plenitud no ha llegado todavía, pero una muestra o garantía del Reino ya está en medio de nosotros. Por esto, aguardamos con firme esperanza la plena liberación de la humanidad y de la naturaleza (Rm 8,22-25). Y en cuanto esperamos y luchamos, decimos con certeza: “¡El ya está en medio de nosotros!” (Mt 25,40).

 4) Para la reflexión personal

• La respuesta de Jesús a Pedro sirve también para nosotros, para mí. ¿Soy un buen administrador/a de la misión que recibí?
• ¿Cómo hago para estar vigilante siempre?

 5) Oración final

¡De la salida del sol hasta su ocaso,
sea alabado el nombre de Yahvé!
¡Excelso sobre los pueblos Yahvé,
más alta que los cielos su gloria! (Sal 113,3-4)

 

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19 octubre 2010 2 19 /10 /octubre /2010 02:45

Lectio: Lucas 12,35-38

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Martes, 19 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

 1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.

 2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 12,35-38
«Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos a quienes el señor, al venir, encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos ellos!

 3) Reflexión

• Por medio de la parábola, el evangelio de hoy nos exhorta a la vigilancia.
• Lucas 12,35: Exhortación a la vigilancia. "Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas”. Ceñirse significaba amarrar una tela o una cuerda alrededor del traje talar, para que no estorbara los movimientos del cuerpo. Estar ceñido significaba estar preparado, pronto para la acción inmediata. La víspera de la huida hacia Egipto, en la hora de celebrar la pascua, los israelitas debían ceñirse, esto es, estar preparados para poder partir inmediatamente (Ex 12,11). Cuando alguien iba a trabajar, a luchar o a ejecutar una tarea se ceñía (Ct 3,8). En la carta a los Efesios, Pablo describe la armadura de Dios y dice que los riñones deben estar ceñidos con el cíngulo de la verdad (Ef 6,14). Las lámparas debían de estar encendidas, pues la vigilancia es tarea tanto para el día como para la noche. Sin luz no se anda en la oscuridad de la noche.
• Lucas 12,36: La parábola. Para explicar lo que significa estar ceñido, Jesús cuenta una pequeña parábola. “Y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.” La tarea de aguardar la llegada del dueño exige una vigilancia constante y permanente, sobre todo cuando es de noche, pues el dueño no tiene una hora determinada para volver. Puede hacerlo en cualquier momento. El empleado ¡ha de estar atento, vigilante siempre!
• Lucas 12,37: Promesa de felicidad. “Dichosos los siervos a quienes el señor, al venir, encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.” Aquí, en esta promesa de felicidad, los papeles se invierten. El dueño se vuelve empleado y empieza a servir al empleado que se vuelve dueño. Evoca a Jesús en la última cena que, aún siendo señor y maestro, se hizo siervo y empleado de todos (Jn 13,4-17). La felicidad prometida tiene que ver con el futuro, con la felicidad en el fin de los tiempos, y es lo opuesto de aquello que Jesús prometió en otra parábola que decía: “¿Quién de vosotros que tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: `Pasa al momento y ponte a la mesa?' ¿No le dirá más bien: `Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme y luego que yo haya comido y bebido comerás y beberás tú?' ¿Acaso tiene que dar las gracias al siervo porque hizo lo que le mandaron? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os mandaron, decid: No somos más que unos pobres siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer.” (Lc 17,7-10).
• Lucas 12,38: Repite la promesa de felicidad. “Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos ellos!” Repite la promesa de felicidad que exige vigilancia total. El dueño puede volver en medio de la noche, a las tres de madrugada, o en cualquier otro momento. El empleado tiene que estar preparado, ceñido para poder entrar en acción.

 4) Para la reflexión personal

• Somos empleados de Dios. Debemos estar ceñidos, preparados, atentos y vigilantes, veinte y cuatro horas al día. ¿Lo consigues? ¿Cómo?
• La promesa de felicidad futura es al revés del presente. ¿Qué nos revela esto de cara a la bondad de Dios para con nosotros, para conmigo?

 5) Oración final

Escucharé lo que habla Dios.
Sí, Yahvé habla de futuro
para su pueblo y sus amigos,
que no recaerán en la torpeza.
Su salvación se acerca a sus adeptos,
y la Gloria morará en nuestra tierra. (Sal 85,9-10)

 

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17 octubre 2010 7 17 /10 /octubre /2010 23:14

Lectio: Lucas 10,1-9

Lectio: 

Lunes, 18 Octubre, 2010

Tiempo Ordinario

1) Oración inicial

Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Por nuestro Señor.

2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 10,1-9
Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.» Partieron, pues, y recorrieron los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.
Se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba y estaba perplejo, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido, y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo.¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?» Y buscaba verle.

3) Reflexión

Hoy es la fiesta de San Lucas, y el evangelio nos habla del envío de los setenta y dos discípulos que deben anunciar la Buena Noticia de Dios en los poblados, en las aldeas y en las ciudades de Galilea. Los setenta y dos somos todos y todas nosotros que vivimos después de los Doce. Mediante la misión de los discípulos y de las discípulas, Jesús trata de rescatar los valores de la tradición de la gente que estaban siendo encubiertos por el doble cautiverio del dominio romano y de la religión oficial. Jesús trata de renovar y de reorganizar las comunidades para que sean de nuevo una expresión de la Alianza, una muestra del Reino de Dios. Por esto, insiste en la hospitalidad, en el compartir, en la acogida a los excluidos. Esta insistencia de Jesús se percibe en los consejos que daba a los discípulos y discípulas cuando los enviaba en misión. En el tiempo de Jesús había diversos otros movimientos que, al igual que Jesús, trataban de presentar una nueva manera de vivir y convivir, por ejemplo Juan Bautista, los fariseos y otros. Ellos también formaban comunidades de discípulos (Jn 1,35; Lc 11,1; He 19,3) y tenían a sus misioneros (Mt 23,15). Pero como veremos había una gran diferencia.
Lucas 10,1-3: La Misión. Jesús envía a los discípulos a los lugares donde el mismo tiene que ir. El discípulo es el portavoz de Jesús. No es el dueño de la Buena Noticia. El los envía de dos en dos. Esto favorece la ayuda mutua, pues la misión no es individual, sino comunitaria. Dos personas representan mejor la comunidad.
Lucas 10,2-3: La Corresponsabilidad. La primera tarea es rezar para que Dios envíe obreros. Todo discípulo y discípula debe sentirse responsable de la misión. Por esto tiene que rezar al Padre para que haya continuidad en la misión. Jesús envía a sus discípulos como corderos en medio de lobos. La misión es tarea difícil y peligrosa. Pues el sistema en que los discípulos vivían y en el que seguimos viviendo era y sigue siendo contrario a la reorganización de la gente en comunidades vivas.
Lucas 10,4-6: La Hospitalidad. Al contrario de los otros misioneros, los discípulos y las discípulas no pueden llevarse nada, ni bolsa, ni sandalias. Pero deben llevar la paz. Esto significa que deben confiar en la hospitalidad de la gente. Pues el discípulo que va sin nada, llevando apenas la paz, muestra que confía en la gente. Piensa que va a ser recibido, y la gente se siente respetada y confirmada. Por medio de esta práctica el discípulo critica las leyes de exclusión y rescata los valores de la convivencia comunitaria. No saludéis a nadie por el camino significa que no se debe perder tiempo en cosas que no pertenecen a la misión.
Lucas 10,7: El compartir. Los discípulos no deben andar de casa en casa, pero sí permanecer en la misma casa. Esto es, deben convivir de forma estable, participar en la vida y en el trabajo de la gente y vivir de lo que reciben en cambio, pues el obrero merece su salario. Esto significa que deben confiar en el compartir. Así, por medio de esta nueva práctica, rescatan una antigua tradición de la gente, critican la cultura de acumulación que marcaba la política del Imperio Romano y anuncian un nuevo modelo de convivencia.
Lucas 10,8: La Comunión de mesa. Los fariseos, cuando iban en misión, iban prevenidos. Pensaban que no podían confiar en la comida que no siempre era ritualmente “pura”. Por esto llevaban alforja y dinero para poder cuidar de su propia comida. Así, en vez de ayudar a superar las divisiones, las observancias de la Ley de pureza, enflaquecían mucho más la vivencia de los valores comunitarios. Los discípulos de Jesús deben comer lo que la gente les ofrece. No pueden vivir separados, comiendo de su propia comida. Esto significa que deben aceptar compartir la mesa. En el contacto con la gente, no pueden tener miedo a perder la pureza legal. Actuando así, critican las leyes de la pureza en vigor y anuncian un nuevo acceso a la pureza, esto es a la intimidad con Dios.
Lucas 10,9a: La acogida a los excluidos. Los discípulos deben curar enfermedades, curar a los leprosos y expulsar los demonios (Mt 10,8). Esto significa que deben acoger dentro de la comunidad a los que fueron excluidos. Esta práctica solidaria critica a la sociedad que excluye y apunta hacia salidas concretas. Es lo que hoy hace la pastoral de los excluidos, migrantes y marginados.
Lucas 10,9b: La llegada del Reino. Si cumplen con todas estas exigencias, los discípulos pueden y deben gritar a los cuatro vientos: ¡El Reino ha llegado! Anunciar el Reino no es en primer lugar enseñar verdades y doctrinas, sino llevar a una nueva manera de vivir y de convivir como hermanos y hermanas desde la Buena Noticia que Jesús nos trae: que Dios es Padre y Madre de todos nosotros.

4) Para la reflexión personal

Hospitalidad, compartir, comunión alrededor de la mesa, acogida a los excluidos: son los pilares que sostienen la vida comunitaria. ¿Cómo se realiza esto en mi comunidad?
¿Qué es para mí ser cristiano, ser cristiana? En una entrevista en televisión, alguien respondió al reportero: “Soy cristiano, trato de vivir el evangelio, pero no participo en la comunidad de la Iglesia”. El reportero comentó: “¡Así que usted se considera como un buen jugador de football, pero no forma parte de ningún equipo!” ¿Es mi caso?

5) Oración final

Alábente, Yahvé, tus creaturas,
bendígante tus fieles;
cuenten la gloria de tu reinado,
narren tus proezas, (Sal 145,10-11)

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17 octubre 2010 7 17 /10 /octubre /2010 04:32

Lectio: 29º Domingo del tiempo ordinario

Lectio: 

Domingo, 17 Octubre, 2010

Una verdadera oración: 
el ejemplo de la viuda

Lucas 18, 1-8

 1. Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. 

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

 2. Lectura

a) Clave de lectura:

La liturgia de este domingo nos pone delante un texto del Evangelio de Lucas que habla de oración, un tema muy querido para Lucas. Es la segunda vez que este evangelista trae palabras de Jesús para enseñarnos a orar. La primera vez (Lc 11,1-13), introduce el texto del Padre Nuestro y mediante comparaciones y parábolas, nos enseña que debemos orar siempre, sin desfallecer. Ahora, esta segunda vez, (Lc 18,1-4), Lucas recurre de nuevo a parábolas extraídas de la vida de cada día para dar instrucciones sobre la oración: la parábola de la viuda y del juez (18,1-8), del fariseo y del publicano (Lc 18,9-14). Lucas presenta las parábolas de un modo didáctico. Para cada una de ellas, prepara una breve introducción que sirve de clave de lectura. Después viene la parábola, y, finalmente, Jesús mismo aplica la parábola a la vida. El texto de este domingo se limita a la primera parábola de la viuda y del juez (Lc 18,1-9). En el curso de la lectura es bueno prestar atención a cuanto sigue: “¿Cuáles son las actitudes de las personas que aparecen en esta parábola?”

b) Una división del texto para ayudar a leerlo:

Lucas 18,1: Una clave que Jesús ofrece para entender la parábola
Lucas 18,2-3: El contraste entre el Juez y la Viuda
Lucas 18 4-5: El cambio del juez y el porqué de tal cambio
Lucas 18, 6-8a: Jesús aplica la Parábola
Lucas 18,8b: Una frase final para provocar

c) El texto:

1 Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 2 «Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había en aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia contra mi adversario!' 4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de importunarme.'»
6 Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; 7 pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? 8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»

 3. Un momento de silencio orante

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

 4. Algunas preguntas

para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Qué punto de este texto te ha gustado más?
b) ¿Cuáles son las actitudes de la viuda? O ¿qué es lo que más llama la atención de lo que hace y dice?
c) ¿Qué es lo que llama la atención en la actitud y hablar del juez? ¿Por qué?
d) ¿Qué aplicación hace Jesús de la parábola?
e) ¿Qué nos enseña la parábola sobre el modo de ver la vida y las personas?

 5. Una clave de lectura

para profundizar mayormente en el tema

a) El contexto histórico

En el análisis del contexto histórico del Evangelio de Lucas debemos tener siempre en cuenta esta doble dimensión: la época de Jesús después de los años treinta y la época de los destinatarios del Evangelio de los años ochenta. Estas dos épocas influyen, cada una a su modo, en la redacción del texto y deben estar presentes en el esfuerzo que hacemos para descubrir el sentido que las palabras de Jesús tienen hoy para nosotros.

b) El contexto literario:

El contexto literario inmediato nos presenta dos parábolas sobre la oración: orar con insistencia y perseverancia (la viuda y el juez) (Lc 18, 1-8); orar con humildad y realismo (el fariseo y el publicano) (Lc 18, 9-14). A pesar de su diferencia, estas dos parábolas tienen algo en común. Nos enseña que Jesús tenía un modo diverso de ver las cosas de la vida. Jesús descubría una revelación de Dios allí donde todo el mundo descubría algo negativo. Por ejemplo, descubría algo de positivo en el publicano, de quien todos decían; “¡No sabe rezar!” Y en la viuda pobre, de quien se decía: “¡Es tan insistente que importuna incluso al juez!” Jesús vivía tan unido al Padre que todo se transformaba para Él en fuente de oración. Son muchos los modos con los que una persona puede expresarse en la oración. Hay personas que dicen: “ No sé rezar”, pero conversan con Dios todo el día. ¿Conocéis personas así?

c) Comentando el texto:

Lucas 18,1: La clave para entender la parábola
Lucas comienza una parábola con la frase siguiente: “Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer”. La recomendación “orar sin desfallecer” aparece muchas veces en el Nuevo Testamento (1 Tes 5,17; Rom 12,12; Ef 6,8; etc.). Era una de las características de la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas. Y también uno de los puntos en los que Lucas insiste mayormente, tanto en el Evangelio como en las Actas. Si os interesa descubrir esta dimensión en los escritos de Lucas, haced un ejercicio: leed el Evangelio y las Actas y anotad los versículos en los que Jesús u otras personas están orando. ¡Os sorprenderíais!

Lucas 18, 2-3: El contraste entre la viuda y el juez
Jesús nos muestra dos personajes de la vida real: un juez sin consideración a Dios ni al prójimo, y una viuda que no desiste en luchar por sus derechos ante el juez. El simple hecho de que Jesús nos muestre estos dos personajes revela que conoce la sociedad de su tiempo. La parábola no sólo presenta a la pobre gente que lucha ante los tribunales para ver reconocido sus derechos, sino deja también entrever el contraste violento entre los grupos sociales. Por un lado, un juez insensible, sin religión. Por otro, la viuda que sabe a qué puerta llamar para obtener lo que le es debido.

Lucas 18, 4-5: El cambio que se da en el juez y el por qué del cambio
Por mucho tiempo, pidiendo la misma cosa cada día, la viuda no obtiene nada del juez inicuo. Finalmente el juez, a pesar de que “no temía Dios ni respetaba a ninguno”, decide atender a la viuda y hacerle justicia. El motivo es: liberarse de las continuas molestias. Motivo para su interés. ¡ Pero la viuda obtiene lo que quería! Es esto un hecho de la vida de cada día, del que Jesús se sirve para enseñarnos a orar.

Lucas 18, 6-8: Una aplicación de la parábola
Jesús aplica la parábola: “Oíd lo que dice el juez injusto; pues ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar?” Y añade que Dios hará justicia en breve. Si no fuese Jesús el que nos habla, no tendríamos el valor de comparar a Dios con un juez en la forma de comportarse moralmente. Lo que importa en la comparación es la conducta de la viuda que gracia a su insistencia, obtiene lo que quiere.

Lucas 18,8b: Palabras sobre la fe
Al final, Jesús expresa una duda: “ Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” ¿Tendremos el valor de esperar, de tener paciencia, aunque Dios tarde en respondernos? Es necesario tener mucha fe para continuar resistiendo y para obrar, a pesar de que no se vean los resultados. Quien espera resultados inmediatos, se dejará vencer por el desaliento. En otros diversos puntos de los salmos se habla de esta resistencia dura y difícil delante de Dios, hasta que Él responda (Sal 71,14; 37,7;69,4; Lm 3,26). Citando el salmo 80, San Pedro dice, que para Dios un día es como mil años (2 Pe 3,8; Sal 90,4).

d) Profundizando: La oración en los escritos de Lucas

i. El Jesús que ora en el Evangelio

Los evangelios nos presentan una imagen de Jesús que ora, que vive en contacto permanente con el Padre. La aspiración de vida de Jesús es hacer la voluntad del Padre (Jn 5,19). Lucas es el evangelista que nos dice más cosas sobre la vida de oración de Jesús. Nos presenta a Jesús en constante oración. Jesús oraba mucho e insistía, para que la gente y sus discípulos hiciesen lo mismo. Y es en el confrontarse con Dios donde aparece la verdad y la persona se encuentra consigo misma en toda su realidad y humildad. He aquí algunos momentos en el Evangelio de Lucas en los que aparece Jesús orando:

Lc 2,46-50: Cuando tiene doce años va al templo a la Casa del Padre
Lc 3,21: Cuando es bautizado y asume su misión, ora
Lc 4,1-2: Cuando empieza su misión, pasa cuarenta días en el desierto
Lc 4,3-12: En la hora de la tentación, se enfrenta al diablo con textos de la Escritura
Lc, 4,16: Es costumbre de Jesús participar en las celebraciones, en las sinagogas, el sábado
Lc 5,16; 9,18: Busca la soledad del desierto, para orar
Lc 6,12: La tarde antes de escoger a los Apóstoles, pasa la noche orando
Lc 9,16; 24,30: Reza antes de las comidas
Lc 9,18: Antes de hablar de la realidad y de su pasión, ora
Lc 9,28: Durante la crisis, en el Monte para orar, se transfigura cuando ora
Lc 10,21: Cuando el Evangelio es revelado a los pequeños, dice: “Te doy gracias, Padre...”
Lc 11,1: Orando, despierta en los discípulos deseos de orar
Lc 22,32: Ora por Pedro, para aumentar su fe
Lc 22, 7-14: Celebra la Cena Pascual con sus discípulos
Lc 22, 41- 42: En el Huerto de los Olivos ora, sudando sangre
Lc 22, 40.46: En la angustia de la agonía pide a sus amigos que oren con él 
Lc 23, 34: En el momento de ser clavado en la cruz, pide perdón para sus verdugos
Lc 23,46: Sal 31,6: En la hora de la muerte dice: “En tus manos encomiendo mi espíritu”
Lc 23,46: Jesús muere teniendo en los labios el grito del pobre

Este elenco de citas indica que, para Jesús, la oración estaba íntimamente unida a su vida, a los hechos concretos, a las decisiones que debía tomar. Para ser fiel al proyecto del Padre, trataba de permanecer a solas con Él. De escucharlo. En los momentos difíciles y decisivos de su vida, Jesús rezaba los Salmos. Como cualquier otro judío piadoso, los conocía de memoria. La recitación de los salmos no apagó en Él el espíritu creativo. Al contrario, Jesús inventa él mismo un salmo: Es el Padre Nuestro. Su vida fue una plegaria perenne: “En cada momento hago lo que el Padre pide que haga” (Jn 5, 19.30) Él se aplica lo que dice el salmo: “...mientras yo estoy en oración “ (Sal 109,4)

ii. Las Comunidades orantes en las Actas de los Apóstoles

Como sucede en el Evangelio, también en las Actas, Lucas habla a menudo de la oración. Los primeros cristianos son los que continúan la oración de Jesús. A continuación, un elenco de textos que de un modo u otro, hablan de oración. Si observáis con mucha atención, descubriréis también algunos más:

Act 1,14: La comunidad persevera en oración con María, la Madre de Jesús
Act 1,24: La comunidad reza para saber cómo elegir al sustituto de Judas
Act 2, 25-35: Pedro cita los salmos durante la predicación
Act 2,42: Los primeros cristianos son asiduos en la oración
Act 2, 46-47: Frecuentan el templo para alabar a Dios
Act 3,1: Pedro y Juan van al templo para la oración de la tarde
Act 3,8: El tullido curado alaba a Dios
Act 4,23-31: La comunidad ora en la persecución
Act 5,12: Los primeros cristianos permanecen en el pórtico de Salomón (templo)
Act 6,4: Los apóstoles se dedican a la oración y a la palabra
Act 6,6: Rezan antes de imponer las manos sobre los diáconos
Act 7,59: En la hora de la muerte, Esteban reza: “ Señor, recibe mi espíritu”
Act 7,60: Y antes, Esteban reza: “Señor, no les impute este pecado”
Act 8,15: Pedro y Juan rezan para que los convertidos reciban el Espíritu Santo
Act 8,22: Al pecador se le dice: “ Conviértete y reza, así obtendrás el perdón”
Act 8,24: Simón dice: “Orad por mí al Señor para que no me suceda nada de lo que habéis dicho”
Act 9,11: Pablo está orando
Act 9,40: Pedro reza por la curación de “Gacela”
Act 10,2: Cornelio oraba a Dios constantemente
Act 10,4: La oración de Cornelio sube al cielo y es escuchada
Act 10,9: En la hora de sexta, Pedro se halla orando en la terraza de la casa
Act 10,30-31: Cornelio ora en la hora nona y su oración es escuchada
Act 11,5: Pedro informa a la gente de Jerusalén: “Él estaba en oración”
Act 12,5: La comunidad reza cuando Pedro está en la cárcel
Act 12,12: En casa de María, hay muchas personas recogidas en oración
Act 13, 2-3: La comunidad reza y ayuna antes de enviar a Pablo y Bernabé
Act 13,48: Los misioneros rezan para nombrar los coordinadores de las comunidades
Act 16,13: En Filipos, junto al río, hay un lugar de oración
Act 16,16: Pablo y Silas van a la oración
Act 16,25: De noche, Pablo y Silas cantan y rezan en la prisión
Act 18,9: Pablo tiene una visión del Señor durante la noche
Act 19,18: Muchos confiesan sus pecados
Act 20,7: Estaban reunidos para la fracción del pan (Eucaristía)
Act 20, 32: Pablo recomienda a Dios los coordinadores de las comunidades
Act 20,36: Pablo reza de rodillas por los coordinadores de las comunidades
Act 21,5: Se arrodillan en la playa para rezar
Act 21,14: Ante lo inevitable, la gente dice: “¡Hágase la voluntad de Dios!
Act 21,20: Glorifican a Dios por cuanto ha hecho por Pablo
Act 21,26: Pablo va al templo a cumplir una promesa
Act 2,17-21: Pablo va al templo, tiene una visión y habla con Dios
Act 23,11: En la cárcel de Jerusalén: Pablo tiene una visión de Jesús
Act 27,23ss: Pablo tiene una visión de Jesús durante la tormenta en el mar
Act 27,35: Pablo toma el pan, da gracias a Dios antes de llegar a Malta
Act 28,8: Pablo reza por el padre de Publio enfermo por la fiebre
Act 28,15: Pablo da gracias a Dios cuando ve a los hermanos en Pozzuoli

Este elenco indica dos cosas muy significativas. Por una parte que los primeros cristianos conservan la liturgia tradicional del pueblo. Como Jesús, rezan en casa, en familia, en la comunidad, en la sinagoga y junto a la gente en el templo. Por otro lado, más allá de la liturgia tradicional, surge en ellos un nuevo modo de rezar con un nuevo contenido. La raíz de esta nueva oración nace de la nueva experiencia de Dios en Jesús y de la conciencia clara y profunda de la presencia de Dios en medio de la comunidad:”¡En Él vivimos, nos movemos y existimos!” (Act 17,28)

 6. Oración: Salmo 63 (62)

El desiderio de Dios que se muestra en la plegaria

Dios, tú mi Dios, yo te busco,
mi ser tiene sed de ti,
por ti languidece mi cuerpo,
como erial agotado, sin agua.
Así como te veía en el santuario,
contemplando tu fuerza y tu gloria,
-pues tu amor es mejor que la vida,
por eso mis labios te alaban-,
así quiero bendecirte en mi vida,
levantar mis manos en tu nombre;
me saciaré como de grasa y médula,
mis labios te alabarán jubilosos.

Si acostado me vienes a la mente,
quedo en vela meditando en ti,
porque tú me sirves de auxilio
y exulto a la sombra de tus alas;
mi ser se aprieta contra ti,
tu diestra me sostiene.

Mas los que tratan de acabar conmigo,
¡caigan en las honduras de la tierra!
¡Sean pasados a filo de espada,
sirvan de presa a los chacales!
Pero el rey en Dios se alegrará,
el que jura por él se felicitará,
cuando cierren la boca a los mentirosos.

 7. Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

 

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