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25 junio 2012 1 25 /06 /junio /2012 18:57

Ordinario de la Misa: Martes XII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B.  26 de Junio, 2012

Confío, Señor, en tu misericordia

Feria de la 12a. semana del Tiempo Ordinario

Recordamos, Señor, tu gran amor

Antífona de Entrada

Confío, Señor, en tu misericordia; alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Oración Colecta

Oremos:

Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del segundo libro

de los Reyes

(19, 9-11. 14-21. 31-35. 36)

En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros para decir a Ezequías: “Díganle esto a Ezequías, rey de Judá:

‘Que no te engañe tu Dios, en el que confías, pensando que no será entregada Jerusalén en manos del rey de Asiria. Sabes bien que los reyes de Asiria han exterminado a todos los países, ¿y crees que sólo tú te vas a librar de mí?’ ”

Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Luego se fue al templo, y desenrollando la carta delante del Señor, hizo esta oración:

“Señor, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, tú eres el único Dios de todas las naciones del mundo, tú has hecho los cielos y la tierra. Acerca, Señor, tus oídos y escucha; abre, Señor, tus ojos y mira.

Oye las palabras con que Senaquerib te ha insultado a ti, Dios vivo. Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han exterminado a todas las naciones y han entregado sus dioses al fuego, porque ésos no son dioses, sino objetos de madera y de piedra, hechos por hombres, y por eso han sido aniquilados. Pero tú, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano para que sepan todas las naciones que sólo tú, Señor, eres Dios”.

Entonces el profeta Isaías, hijo de Amós, mandó decir a Ezequías: “Esto dice el Señor,

Dios de Israel:

‘He escuchado tu oración’. Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra Senaquerib, rey de Asiria: ‘Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; a tus espaldas se ríe de ti la ciudad de Jerusalén.

De Jerusalén saldrá un pequeño grupo y del monte Sión unos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos lo cumplirá’.

Por eso, esto dice el Señor contra el rey de Asiria:

‘No entrará en esta ciudad. No lanzará sus flechas contra ella. No se le acercará con escudos ni levantará terraplenes frente a ella. Por el camino por donde vino se volverá. No entrará en esta ciudad’. Palabra del Señor. ‘La protegeré y la salvaré por ser yo quien soy y por David, mi siervo’ ”.

Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco mil hombres en el campamento asirio. Por la mañana, al contemplar los cadáveres, Senaquerib, rey de Asiria, levantó su campamento y regresó a Nínive.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 47

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, altura hermosa,es la alegría de toda la tierra.

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable.

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

Recordamos, Señor, tu gran amor en medio de tu templo. Tu renombre, Señor, y tu alabanza, llenan el mundo entero.

Recordamos, Señor,

tu gran amor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (7, 6. 12-14)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.

Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!”

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

La máxima del evangelio, “traten a los demás como quieren que los demás los traten”, condensa en un principio ético universal toda la interpretación profética de la Ley. Se trata de superar el mecanismo automático de la respuesta inconsciente al estimulo, modelando la conciencia humana de acuerdo a ideales humanizadores. Al anteponer nuestras propias expectativas de justicia, equidad y respeto en la relación con los demás, evitamos caer en el juego de los espejos que es el de dejarse envolver inconscientemente en espirales de conflicto que aumentan la violencia y hacen imposible la transformación de las condiciones de convivencia. Pero el cambio no es fácil. Supone reconocer su escasa aceptación y su enorme dificultad. La primera exigencia consiste en aceptar que no todos los individuos están dispuestos a reconocer y asumir el estilo de vida que se deriva de ese principio. A esto se refiere el texto cuando nos advierte de no lanzarle perlas o margaritas a los puercos. La otra condición está relacionada con la «puerta estrecha». Se trata de reconocer que el evangelio nos propone lo más difícil, pero también lo más edificante. La asimilación de estas condiciones presupone una formación especial que sólo se da en el seguimiento de Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IX

La gloria de Dios es el hombre

viviente.

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen.

Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.

Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Proclamaré Señor, todas tus maravillas y me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre,Dios Altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos nosotros una prenda segura de vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinoniaa.org

 

 

 

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24 junio 2012 7 24 /06 /junio /2012 20:51

Ordinario de la Misa: Lunes XII Semana Tiempo Ordinario B. 25 de Junio, 2012

DE PAJAS Y VIGAS.

ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Si 36, 18-19)

Señor, concede la paz a los que en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que llamas hijos tuyos a los que promueven la paz, concédenos trabajar incansablemente por establecer la justicia, sin la cual es imposible garantizar una paz auténtica y duradera. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

El Señor apartó a Israel de su presencia y solamente quedó la tribu de Judá.

Del segundo libro de los Reyes: 17, 5-8. 13-15. 18

En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país, llego a Samaria y la sitio durante tres años. En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria ocupó Samaria y deportó a los israelitas a Asiria. Los instalo en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozan, y en las ciudades de Media.
Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el Señor, su Dios, que los saco de la tierra de Egipto, y habían adorado a otros dioses, siguiendo las costumbres de las naciones que el Señor había exterminado a su llegada y que sus mismos reyes habían introducido.
El Señor había advertido a Israel y a Judá, por boca de todos los profetas y videntes, diciendo: "Enderecen sus malos caminos y cumplan mis mandamientos y preceptos, conforme a la ley que impuse a sus padres y que les manifesté por medio de mis siervos, los profetas". Pero ellos no escucharon y endurecieron su corazón como lo habían hecho sus padres, que no quisieron obedecer al Señor, su Dios. Despreciaron sus decretos, la alianza que estableció con sus padres y las advertencias que les hizo.
El Señor se enojó mucho contra Israel y lo arrojó de su presencia, y solamente quedo la tribu de Judá.

 Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 59

R/. Escúchanos, Señor, y sálvanos.


Dios nuestro, nos has rechazado y nos has deshecho. Estabas enojado, pero ahora vuélvete a nosotros. R/.

 
Has sacudido la tierra, la has agrietado; repara sus grietas, porque se desmorona. Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, nos diste a beber un vino que nos hace temblar. R/

.
Tú, Señor, nos has rechazado y no acompañas ya a nuestras tropas. Ayúdanos contra el enemigo, porque la ayuda del hombre es inútil. Con Dios haremos maravillas, porque Él vencerá a nuestros enemigos. R/.

ACLAMACIÓN (Hb 4, 12) R/. Aleluya, aleluya.


La palabra de Dios es viva y eficaz, y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R/.

Sácate primero la viga que tienes en el ojo.

Del santo Evangelio según san Mateo: 7,1-5

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgaran y con la medida que midan los medirán.
¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con que cara le dices a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', cuando tu llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la paja que lleva en el suyo".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

Mucha gente imagina la vida como un gran tribunal. Unos pocos se sentarán por su propia voluntad en el banquillo de los acusados, pero la mayor parte optará por sentarse en el lugar del juez, del fiscal o del jurado. Este juego mental se convierte con mucha frecuencia en un juego social. Quienes tienen el poder y la voluntad para juzgar a los demás, se convierten en hábiles creadores de opinión que desde la radio, la televisión y ahora de manera más efectiva desde internet, nos dicen qué debemos pensar y qué debemos hacer. Con frecuencia la vida íntima de la pareja, de la familia, de la comunidad cristiana y del trabajo no escapa a esa mecánica inexorable y, entonces, se comienza a evaluar a las otras personas con los mismos parámetros comerciales y publicitarios que abundan en los medios masivos de comunicación. – El evangelio nos llama a escapar de esa dinámica y a adentrarnos en la lógica redentora del amor cristiano, solidario y universal. En esta lógica, el otro nunca será inculpado de desconocidos e inexplicables juicios, sino que será valorado como persona en sus posibilidades y límites; es decir, en su capacidad de discernir y actuar con libertad.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, bajo los signos sacramentales del pan y del vino, el sacrificio de tu Hijo, rey de la paz, para que este misterio de unidad y de amor, reafirme la fraternidad entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PLEGARIA EUCARISTICA II

Prefacio

C. El Señor esté con ustedes.

T. y con tu espíritu.

C. Levantemos el corazón.

T. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

T. Es justo y necesario.

C. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Él es tu Palabra, por quien hiciste todas las cosas; Tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo: Santo, Santo, Santo ...

CONSAGRACION

C. Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y t la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
"Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes".
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:
"Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía".

C. Éste es el Misterio de la fe. (De pie)

O bien:

C. Éste es el Sacramento de nuestra fe.

T. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 14, 27)

Mi paz les dejo, mi paz les doy, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, El Espíritu de tu amor, a fin de que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fomentemos entre todos los hombres la paz que El mismo nos dejó. Por Jesucristo, nuestro Señor.

www.laverdadcatolica.org; (comentario) www.servicioskoinonia.org

 

 

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22 junio 2012 5 22 /06 /junio /2012 21:39
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22 junio 2012 5 22 /06 /junio /2012 20:43

Ordinario de la Misa: Sábado XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 23 de Junio, 2012

Santa María en Sábado

Memoria libre

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor

Antífona de Entrada

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a la luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.

Oración Colecta

Oremos:

Fortalece, Dios misericordioso, nuestra debilidad, para que todos los que ahora recordamos con veneración a la santa Madre de Dios, podamos, por su intercesión y ayuda, levantarnos de nuestros pecados.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del segundo libro de

las Crónicas (24, 17-25)

Después de la muerte del sacerdote Yehoyadá, vinieron los jefes de Judá a postrarse ante el rey; a éste, sobornado por sus regalos, le pareció bien lo que le propusieron. Entonces abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a los bosques sagrados y a los ídolos. Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén. El Señor les envió profetas para que se arrepintieran, pero no hicieron

caso a sus amonestaciones.

Entonces el espíritu de Dios inspiró a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, para que se presentara ante el pueblo y le dijera: “Esto dice el Señor Dios:

‘¿Por qué quebrantan los preceptos de Dios? Van al fracaso. Han abandonado al Señor y él los abandonará a ustedes’ ”.

Pero el pueblo conspiró contra él y, por orden del rey, lo apedrearon en el atrio del templo. El rey Joás no tuvo en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá y mató a su hijo, Zacarías, quien exclamó al morir: “Que el Señor te juzgue y

te pida cuentas”.

Al cabo de un año, el ejército sirio se dirigió contra Joás y penetró en Judá y en Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco. Aunque no era muy numeroso el ejército sirio, el Señor le dio la victoria sobre el enorme ejército de los judíos, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así fue como se hizo justicia contra Joás. Al retirarse los sirios, lo dejaron gravemente herido y entonces sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá, y lo asesinaron en su cama.

Lo enterraron en la ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 88

Proclamaré sin cesar

la misericordia del Señor.

“Un juramento hice a David, mi servidor, dice el Señor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente’.

Proclamaré sin cesar

la misericordia del Señor.

Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice. Nunca se extinguirá su descendencia y su trono durará igual que el cielo.

Proclamaré sin cesar

la misericordia del Señor.

Pero, si sus hijos abandonan mi ley y no cumplen mis mandatos, si violan mis preceptos y no guardan mi alianza, castigaré con la vara sus pecados y con el látigo sus culpas, pero no les retiraré mi favor.

Proclamaré sin cesar

la misericordia del Señor.

No desmentiré mi fidelidad, no violaré mi alianza ni cambiaré mis promesas”.

Proclamaré sin cesar

la misericordia del Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (6, 24-34)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios

y al dinero.

Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento? ¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos.

Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios

problemas”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

Es natural que nos preocupemos por el mañana. La especie humana ha sobrevivido en gran parte precisamente por esa extraordinaria capacidad de previsión; desde el ama de casa que cultiva con esmero su huerta en previsión de malas cosechas o de falta de empleo, hasta las grandes potencias mundiales que anticipan los futuros desarrollos tecnológicos. Todos, sin excepción, basan su seguridad inmediata o a largo plazo en la capacidad de anticipar lo que pueda ocurrir. Sin embargo, detrás de esto puede anidar una falsa seguridad que de repente se transforma en un ave rapaz, dispuesta a arrancarnos los ojos. Aunque tengamos capacidad de previsión y nos preparemos para lo inesperado, no podemos controlar el futuro. El mundo por venir es todavía una posibilidad que nunca estará completamente determinada. ¿Qué nos queda entonces? Desplazar nuestras seguridades hacia nuestras propias convicciones, reconocer el valor de nuestras experiencias, particularmente de nuestra experiencia espiritual. Sólo si valoramos el presente y recuperamos la memoria del pasado tendremos la capacidad necesaria para valorar las novedades del futuro. Detrás de cada invento tecnológico podemos descubrir una oportunidad de integrarnos o sólo una tentación más de aislarnos. Cada novedad nos puede rescatar; pero también nos puede confundir y extraviar.

 

Oración sobre las Ofrendas

Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen II

La Iglesia alaba a Dios con las

palabras de María

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y proclamar que eres admirable en la perfección de todos tus santos, y de un modo singular en la perfección de la Virgen María.

Por eso, al celebrarla hoy, queremos exaltar tu generosidad inspirados en su propio cántico, pues en verdad, has hecho maravillas por toda la tierra, y prolongaste tu misericordia de generación en generación, cuando, complacido en la humildad de tu sierva, nos diste por su medio al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces cantando tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

 

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20 junio 2012 3 20 /06 /junio /2012 19:23

Ordinario de la Misa; Jueves XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 21 de Junio, 2012

San Luis Gonzaga, religioso

Memoria

Que se alegren los justos con el Señor

Antífona de Entrada

El que tiene manos inocentes y puro el corazón, subirá al monte del Señor y permanecerá en su recinto sagrado.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que en la vida de san Luis Gonzaga quisiste dejarnos un modelo de pureza y en su muerte, un ejemplo heroico de servicio al prójimo, por sus méritos e intercesión, concede a quienes no hemos sabido imitar su inocencia, que podamos imitar su caridad.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del

Eclesiástico (Sirácide)

(48, 1-15)

En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. El hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera tres veces fuego de lo alto.

¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? Tú resucitaste del sepulcro a un muerto, lo arrancaste de la muerte por la palabra del Altísimo. Tú llevaste la ruina a los reyes y la muerte a los príncipes en su lecho. Tú escuchaste las amenazas de Dios en el Sinaí y sus palabras de castigo en el Horeb. Tú ungiste a reyes vengadores y nombraste como sucesor tuyo a un profeta.

En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado de amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos y congregar a las tribus de Israel.

Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más dichosos los que estén vivos, cuando vuelvas.

Cuando Elías fue arrebatado por el torbellino, Eliseo quedó lleno de su espíritu. Ningún príncipe lo intimidó, nadie lo pudo dominar. Ninguna cosa le era imposible y aun estando en el sepulcro, resucitó a un muerto. En vida hizo prodigios y después de muerto, obras admirables.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 96

Que se alegren los justos

con el Señor.

Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho.

Que se alegren los justos

con el Señor.

Un fuego que devora a sus contrarios a nuestro Dios precede; deslumbran sus relámpagos el orbe y viéndolos, la tierra se estremece.

Que se alegren los justos

con el Señor.

Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.

Que se alegren los justos

con el Señor.

Los que adoran estatuas que se llenen de pena y se sonrojen, lo mismo el que se jacta de sus ídolos. Que caigan ante Dios todos los dioses.

Que se alegren los justos

con el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre!

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (6, 7-15)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

La oración del ‘Padrenuestro’ se ha convertido, por muy buenas razones, en el estandarte del cristiano. En su versión más larga aparecen una invocación y siete plegarias que condensan todas las convicciones cristianas. Lo primero es reconocer a Dios como ‘Padre’. Esta experiencia filial transforma todas nuestras expectativas, porque ya no somos sólo especie o raza, sino que somos familia universal. Las tres primeras plegarias nos recuerdan la tarea de santificación que se realiza cotidianamente en la vida cristiana. Santificarse es acercarse con confianza a Dios reconociendo que Él nos conoce más y mejor de lo que nosotros mismos nos conocemos. Es, también, comprometernos para que sea él quien gobierne nuestras decisiones e instaure su Reino entre nosotros. Es aceptar su voluntad, aunque casi siempre sobrepase nuestro entendimiento. Reconocer a Dios como Padre es dar las gracias por el alimento cotidiano y evitar que se pudra en nuestros congeladores o que se devalúe en nuestras cuentas bancarias. Casi todo lo que necesitamos para ser felices está a una distancia menor que la extensión de nuestros brazos. Allí están las personas que amamos, el alimento que necesitamos y la voz de la otra persona distante que se comunica con nosotros en un texto o en un teléfono.

 

 

 

Oración sobre las Ofrendas

Concédenos, Señor, que a ejemplo de san Luis Gonzaga, participemos en esta Eucaristía con un corazón libre de pecado, a fin de que recibamos la abundancia de tus dones.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de santas vírgenes

y de santos religiosos

La vida consagrada a Dios es un

signo del Reino de los cielos

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor.

Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos,proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

El Señor les envió pan del cielo y les dio a comer el pan de los fuertes.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Tú que nos has alimentado con el pan de los fuertes, haz, Señor, que a ejemplo de san Luis Gonzaga, te sirvamos con pureza y caridad y vivamos en continua acción de gracias.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

 

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19 junio 2012 2 19 /06 /junio /2012 19:04

Ordinario de la Misa: Miércoles XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo b.  20 de Junio, 2012

Amemos al Señor todos sus fieles

Feria de la 11a. semana del Tiempo Ordinario

El que me ama cumplirá mi palabra

Antífona de Entrada

Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro,porque él es nuestro Dios.

Oración Colecta

Oremos:

Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del segundo libro de

los Reyes (2, 1. 6-14)

Esto fue lo que sucedió cuando el Señor iba a arrebatar a Elías en un remolino hacia el cielo. Ese día Elías y Eliseo habían salido de Guilgal. Al llegar a Jericó, Elías le dijo a Eliseo:

“Quédate aquí, porque el Señor me envía al Jordán”.

Respondió Eliseo:

“Por Dios y por tu vida que no te dejaré ir solo”. Y se fueron los dos juntos.

Los acompañaban cincuenta hombres de la comunidad de los profetas, los cuales, al llegar Elías y Elíseo a la orilla del Jordán, se detuvieron a cierta distancia de ellos. Elías tomó su manto, lo enrolló y con él golpeó las aguas; éstas se separaron a un lado y a otro, y ambos pasaron el río sin mojarse. Después de cruzar, Elías le dijo a Eliseo: “Pídeme lo que quieras que haga por ti, antes de que sea arrebatado de tu lado”.

Respondió Eliseo:

“Que sea el heredero principal de tu espíritu”.

Le dijo Elías:

“Es difícil lo que pides; pero si alcanzas a verme, cuando sea arrebatado de tu lado, lo obtendrás; si no, no lo obtendrás”.

Siguieron caminando y conversando, cuando un carro de fuego, con caballos de fuego, se interpuso entre ellos, y Elías subió al cielo en un remolino.

Eliseo lo veía alejarse y le gritaba:

“¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel!” Y ya no lo volvió a ver.

Entonces se rasgó las vestiduras, recogió el manto que se le había caído a Elías, regresó y se detuvo en la orilla del Jordán. Tomó el manto de Elías y golpeó con él las aguas, y no se separaron. Entonces dijo:

“¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?” Volvió a golpear las aguas y entonces se separaron a un lado y a otro, y pasó Eliseo.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 30

Amemos al Señor

todos sus fieles.

¡Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles! Con quien se acoge a ti,Señor, ¡qué bueno eres!

Amemos al Señor

todos sus fieles.

Tu presencia lo ampara de todas las intrigas de los hombres, y lo pone a resguardo de las burlas y las murmuraciones.

Amemos al Señor

todos sus fieles.

Que amen al Señor todos sus fieles, pues protege a los leales y a los soberbios da lo que merecen.

Amemos al Señor

todos sus fieles.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada,dice el Señor.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (6, 1-6. 16-18)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres, para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

Muchas experiencias religiosas se mueven por la lógica de las recompensas. Es la lógica cultural más común y, con frecuencia, necesaria. Prácticamente estamos diseñados biológicamente para responder a ese mecanismo universal del estímulo y la respuesta. El evangelio, sin embargo, nos reta nuevamente y nos invita a actuar únicamente por convicciones personales, por amor a Dios, y a no sentarnos a esperar el autobús del reconocimiento, porque muy probablemente nunca pasará. Para el cristiano la única recompensa es la felicidad del otro o, en muchos casos, simplemente su supervivencia. Si se esperan aplausos, medallas de honor o diplomas, se perderá la esencia de la acción a favor del otro: la pura gratuidad. Todo lo demás será solo añadidura, porque al final del camino sólo nos quedará la gratitud de Dios y la alegría de nuestro corazón. En todo caso, hay que observar que estas actitudes y esta percepción de la realidad sólo se logran a través de un proceso gradual de internalización de las enseñanzas de Jesús. A amar se aprende; lo mismo que a hacer una interpretación espiritual de la Ley o a actuar desinteresadamente. Ni la cultura, ni nuestra biología nos enseñan el valor del amor, del respeto y de la gratuidad.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VII

Cristo, huésped y peregrino en

medio de nosotros.

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones.

Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor.

Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos

con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace por su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

 

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18 junio 2012 1 18 /06 /junio /2012 17:33

Ordinario de la Misa: Martes XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 19 de Junio, 2012

Misericordia, Señor, hemos pecado

Feria de la 11a. semana del Tiempo Ordinario o memoria libre de san Romualdo, abad

Sálvanos, Señor y Dios nuestro

Antífona de Entrada

Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.

Oración Colecta

Oremos:

Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor,amar a nuestros prójimos.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del primer libro de los

Reyes (21, 17-29)

Después de la muerte de Nabot, el Señor le dirigió la palabra al profeta Elías y le dijo:

“Levántate y ve al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Se encuentra en la viña de Nabot, a donde ha ido para apropiársela. Dile lo siguiente:

‘Esto dice el Señor: ¿Así que, además de asesinar, estás robando?’

Dile también:

‘Por eso, dice el Señor, en el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu propia sangre’ ”.

Ajab le dijo a Elías:

 “¿Has vuelto a encontrarme, enemigo mío?”

Le respondió Elías:

“Sí, te he vuelto a encontrar. ‘Porque te has prestado para hacer el mal ante mis ojos, dice el Señor, yo mismo voy a castigarte: voy a barrer a tu posteridad y a exterminar en Israel a todo varón de tu casa, libre o esclavo.

Haré con tu casa lo que hice con la de Jeroboam, hijo de Nebat, y con la de Basá, hijo de Ajías, porque has provocado mi cólera y has hecho pecar a Israel.

A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad, los devorarán los perros; y a los que mueran en el campo, se los comerán los buitres’. También contra Jezabel ha hablado el Señor y ha dicho:

‘Los perros devorarán a Jezabel en el campo de Yezrael’ ”. (Y es que en realidad no hubo otro que se prestara tanto como Ajab para hacer el mal ante los ojos del Señor, instigado por su esposa Jezabel. Su proceder fue abominable, porque adoró a los ídolos que habían hecho los amorreos, a quienes el Señor expulsó del país para dárselo a los hijos de Israel).

Cuando Ajab oyó estas palabras, desgarró sus vestiduras, se puso un vestido de sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba cabizbajo. Entonces el Señor le habló al profeta Elías y le dijo:

“¿Has visto cómo se ha humillado Ajab en mi presencia? Por eso, no lo castigaré a él durante su vida, pero en vida de su hijo castigaré a su casa”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 50

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

Aleja de tu vista mis maldades y olvídate de todos mis pecados. Líbrame de la sangre, Dios, salvador mío, y aclamará mi lengua tu justicia.

Misericordia, Señor,

hemos pecado.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (5, 43-48)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo; yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

Amar al enemigo y orar por quien asume este rol frente a nosotros parece una idea desproporcionada. Incluso algunos han pensado que es sólo una hipérbole, es decir, una exageración. Sin embargo, el amor al enemigo es la consecuencia más clara de la «justicia mayor» que nos exige Jesús. El evangelio nos pide romper los límites que nos imponen la familia, la raza y la cultura para trascender en ese amor universal. Un amor universal que no supera los lazos de la sangre, del idioma o de la nación sólo es una vaga idea, pero no una manifestación del Reino. El amor a los enemigos es una invitación a experimentar el amor con el que Dios nos ama. Es decir, un amor completamente centrado en el otro. A pesar del alcance de este amor, el evangelio también nos recuerda que ese amor no puede renunciar a las exigencias de justicia, verdad y respeto. Amar al enemigo es, también, ayudarle a encontrar un camino de diálogo y de maduración humana, porque amar al enemigo no es lo mismo que tolerar el abuso y la iniquidad. – ¿Qué podemos hacer nosotros para superar los conflictos por los que otras personas se declaran nuestros enemigos?

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el sacramento de nuestra redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Prefacio Común VI

El misterio de nuestra salvación

en Cristo

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.

Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.

Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo

santo.

Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta nunca de haberte invocado.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia,org

 

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17 junio 2012 7 17 /06 /junio /2012 18:20

Ordinario de la Misa: Lunes  XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 18 de Junio, 2012

LOS ENEMIGOS DE CARNE Y HUESO

Feria de la 11a. semana del Tiempo Ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA (Hch 4. 32. 33)

La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma. Los apóstoles, con grandes muestras de poder, daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo.

ORACIÓN COLECTA

Dios, que eres la unidad perfecta y el verdadero amor, concede a tus hijos un solo corazón y un solo espíritu, para que reine entre ellos la concordia, y tu Iglesia, cimentada en la verdad, se consolide en la unidad y en la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Apedrearon a Nabot hasta que murió.

Del primer libro de los Reyes: 21, 1-16

Nabot de Yezrael tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria, y Ajab le dijo a Nabot: "Dame tu viña para plantar ahí una huerta, ya que está pegada a mi casa; yo te doy por ella una viña mejor o si prefieres, te pago con dinero". Nabot le respondió a Ajab: "Dios me libre de darte la herencia de mis padres".
Ajab se fue a su casa, triste y enfurecido, porque Nabot le había dicho: "No te daré la herencia de mis padres". Se acostó en su cama, se volvió de cara a la pared y no quiso comer. Entonces se le acerco su esposa, Jezabel, y le dijo: "¿Por qué estas de mal humor y no quieres comer?". Él respondió: "Es que hable con Nabot de Yezrael y le dije que me vendiera su viña o que, si prefería, yo se la cambiaría por otra mejor; pero él me respondió que no me daría su viña". Su esposa Jezabel, le dijo: “¿No que tú eres el rey poderoso que manda en Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré la viña de Nabot",
Entonces ella escribió unas cartas en nombre de Ajab, las sello con el sello del rey y las envió a los ancianos y hombres principales de la ciudad en que vivía Nabot. Las cartas decían: "Promulguen un ayuno, convoquen una asamblea y sienten a Nabot en primera fila. Pongan frente a él a dos malvados que lo acusen, diciendo: 'Ha maldecido a Dios y al rey'. Luego lo sacan fuera de la ciudad y lo apedrean hasta que muera".
Los habitantes de la ciudad, los ancianos y los hombres principales que vivían cerca de Nabot, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les había remitido. Promulgaron un ayuno y en la asamblea sentaron a Nabot en primera fila. Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: "Nabot ha maldecido a Dios y al rey". Luego lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. Enseguida le mandaron avisar a Jezabel que Nabot había muerto apedreado.
Cuando Jezabel supo que Nabot había muerto apedreado, le dijo a Ajab: "Ve a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael, que no quiso vendértela, pues Nabot ya no vive: ha muerto". Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, fue a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael,

 Palabra de Dios,

Te alabamos, Señor.

Del salmo 5 R/. Señor, atiende a mis gemidos.
Señor, oye mi voz, atiende a mis gemidos, haz caso de mis suplicas, rey y Dios mío. R/.

Pues tú no eres un Dios al que pudiera la maldad agradarle, ni el malvado es tu huésped ni ante ti puede estar el arrogante. R/.


Al malhechor detestas y destruyes, Señor, al embustero; aborreces al hombre sanguinario y a quien es traicionero. R/.

ACLAMACIÓN (Sal 118,105) R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero. R/.

Yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo.

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 38-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por cliente. Pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con el dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario;

La filosofía oriental nos muestra tres caminos para controlar la violencia. Los dos primeros tienen el problema que sólo incrementan la violencia y escalan el conflicto, aunque parezcan más eficaces. El primero, completamente desechado en la espiritualidad cristiana, es el camino de la «violencia mayor». Ante una agresión, por pequeña que sea, se responde con tal magnitud que el agresor debe desistir de su propósito. Un ejemplo de esto lo ofrece Lamec, el descendiente de Caín que amenaza con quitarle la vida al que le inflija la más leve herida (Gn 4, 23-24). El otro camino es el de la Ley del Talión, es decir responder al agresor con una violencia proporcional a la ofensa. El tercer camino es el de la justicia mayor que implica no dejar que el conflicto escale y se vuelva incontrolable, sino que se debe desarrollar una resistencia ante el mal que permita su resolución por medios más efectivos. Aunque el tercer camino parezca más «débil» e ineficaz, sin embargo, tiene la ventaja de detener el conflicto, porque, al afrontar con mayor fuerza interior la ofensa inicial, tiene la posibilidad de permitir una respuesta más acorde con la justicia y la verdad.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios nuestro, que por medio de tus sacramentos y enseñanzas nos vas haciendo semejantes a ti, guíanos por tus caminos y concédenos, por este sacrificio que vamos a ofrecerte, obtener el don de la caridad que tú nos prometiste. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 20. 21)

Padre, te pido por los que van a creer en mí, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por este Sacramento de unidad, en el que acabamos de tomar parte, concede, Señor, a quienes hemos convivido hoy en tu casa, disfrutar siempre de la paz que hemos dado y recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

www.laverdadcatolica.org; www.servicioskoinonia.org

 

 

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16 junio 2012 6 16 /06 /junio /2012 03:44
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16 junio 2012 6 16 /06 /junio /2012 01:34

Ordinario de la Misa: Sábado X Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 16 de Junio, 2012

El Corazón Inmaculado de María

Memoria libre

Señor, mi vida está en tus manos

Antífona de Entrada

Mi corazón se llena de alegría por el Salvador y entona al Señor un himno de acción de gracias por los bienes que me ha concedido.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que formaste en el corazón de la santísima Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, ayúdanos, por su maternal intercesión, para que seamos cada vez menos indignos de que habites en nosotros.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del primer libro del profeta

Isaías (61, 9-11)
"Desbordo de gozo con el Señor"

La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones, y sus vástagos entre los pueblos. 
Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor. 
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Interleccional

1Samuel 2, 1. 4-8

Mi corazón se regocija por el señor,  mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación.

Se rompen los arcos de tus valientes,mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan,mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos,mientras la madre de muchos queda baldía. El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.

Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Dichosa la Virgen María, que guardaba la palabra de Dios y la meditaba en su corazón.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (2, 41-51)

Gloria a ti, Señor.

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran.

Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.

Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo:

“Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia”.

El les respondió:

“¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi

Padre?”

Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

La fiesta del Corazón de María nos recuerda un rasgo esencial de la vida cristiana: la memoria martirial. Aunque muchos de nosotros ya no vinculamos la memoria a la dimensión afectiva de la existencia humana, estas dos realidades están íntimamente ligadas. Por ejemplo, la palabra re-cordar significa literalmente “volver a colocar algo en el corazón”. Nuestra memoria está hecha de alegrías; también de heridas que necesitan ser comprendidas y sanadas. El evangelio nos propone hoy un texto en el que la memoria cristiana hace realidad el testimonio martirial en el corazón de María. Ella fue testigo excepcional de la vida y, sobretodo, de la muerte y resurrección de su hijo. Su memoria es un testimonio de que no todo está permitido y de que la verdad y la justicia requieren de un lugar en nuestra mente y sobre todo en nuestra memoria. El corazón de María es la sede donde habita la memoria del crucificado y, sobre todo, el lugar de encuentro para una humanidad reconciliada en la justicia y en el amor. Hoy celebramos la excepcional capacidad de esta mujer no sólo de perdonar a los victimarios, sino también de conservar el testimonio de justicia y verdad.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte en esta festividad de la Virgen María, sea agradable a tus ojos y nos alcance tu redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen I

Maternidad de la santísima

Virgen María

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la veneración del Corazón Inmaculado de Santa María, siempre virgen:

Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría.

Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

María conservaba todas aquellas palabras y las meditaba en su corazón.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Señor, que nos has hecho partícipes del memorial de nuestra redención, concédenos, por intercesión de María, la Madre de tu Hijo, participar más profundamente de tu vida y alegrarnos con la abundancia de tus bendiciones.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

 

www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

 

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