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8 marzo 2012 4 08 /03 /marzo /2012 18:29

Ordinario de la Misa: Domingo III Semana de Cuaresma. Ciclo B.  11 de Marzo, 2012

Tercer Domingo de Cuaresma

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna

Señor, eres mi refugio y salvación

Antífona de Entrada

Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.

No se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos:

Dios misericordioso, fuente de toda bondad, que nos has propuesto como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia, mira con piedad a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por nuestras culpas, y reconfórtanos con tu amor.

Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Éxodo

(20, 1-17)

En aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí, diciendo:

“Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No adorarás nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy misericordioso hasta la milésima generación de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos.

No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.

Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo.

Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.

Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 18

Tú tienes, Señor,

palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo.

Tú tienes, Señor,

palabras de vida eterna.

En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.

Tú tienes, Señor,

palabras de vida eterna.

La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Tú tienes, Señor,

palabras de vida eterna.

Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación.

Tú tienes, Señor,

palabras de vida eterna.

 

Segunda Lectura

Lectura de la primera carta

del apóstol san Pablo a los

corintios (1, 22-25)

Hermanos:

Los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Juan (2, 13-25)

Gloria a ti, Señor.

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.

En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito:

El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle:

“¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?”

Jesús les respondió:

“Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque él sabía lo que hay en el hombre.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

El evangelio de Juan coloca la manifestación mesiánica de Jesús al comienzo de su actividad pública y en el contexto de una fiesta de Pascua en Jerusalén. Para Juan es muy importante relacionar a Jesús y su comunidad en el marco de la sucesión de las fiestas judías. Eso lo vemos a lo largo de todo el evangelio, pues no hay ningún acontecimiento fuera de ese marco. Juan optó por encuadrar toda la actividad pública de Jesús en el tiempo religioso de los que su propio Evangelio define como “los judíos”.

El simbolismo de la revelación mesiánica de Jesús es sumamente resaltado en la confrontación con el templo. El relato necesita hacerlo, al fin y al cabo se está construyendo y afirmando una nueva identidad. El templo de Jerusalén es el centro de las instituciones y símbolo de la gloria y el poder de la nación judía (tanto la residente en Palestina como la que se encuentra en la Diáspora). El evangelio emplea un símbolo conocido para indicar la presentación mesiánica de Jesús: el “látigo con cuerdas”. Era proverbial la frase “el látigo del Mesías” para significar la violencia que implica la irrupción de la era mesiánica. El uso que Jesús hace del “látigo” no deja la menor duda acerca de su identidad y del proyecto que encarna: con él arroja fuera del templo el ganado que se vendía para los sacrificios, las ovejas y los bueyes. Sacrificios, como ovejas y bueyes, así como sus potenciales compradores (sólo los ricos podían ofrecer este tipo de ganado en el sacrificio) son puestos fuera del horizonte del nuevo proyecto mesiánico-profético.

Al echar todos afuera del templo con sus ovejas y sus bueyes, declara Jesús la invalidez del culto de los potentados, del que los sacrificios constituían el momento cumbre. Jesús no denuncia solamente, como habían hecho los profetas, el culto que encubre la injusticia, sino que declara infame el culto que es en sí mismo una injusticia, por ser medio de explotación, pero sobre todo por ser legitimación religiosa de la injusticia y del crimen. No propone una reforma del culto, sino la abolición.

La expulsión de los bueyes tiene que ver con la misma constitución de la sociedad tributaria-monárquica. El primer rey de Israel se constituyó a partir del “grupo de campesinos propietarios de bueyes”. No es de extrañar que a partir de entonces, latifundistas, bueyes y sacrificios en el templo estén articulados en un solo proyecto y se correspondan ideológica y religiosamente. Además el dios Baal de los agricultores cananeos se representaba con un buey. La agricultura y la ganadería necesitan su propio dios y su propio culto. Fueron los latifundistas aliados importantes de Herodes para la consolidación de su poder y éste en retribución mantuvo en forma opulenta al templo. Así podemos entender por qué el templo estaba lleno de bueyes, si la ideología religiosa dominante cuyo centro simbólico estaba allí, era la justificación principal para al sistema social estratificado y concentrador en Palestina desde la Reforma de Josías.

La expulsión de las ovejas del templo tiene también un rico sentido simbólico. Las ovejas son figura del pueblo, encerrado en el recinto donde está condenado al sacrificio. Los dirigentes explotan y asesinan al pueblo, verdadera víctima del culto, sacrifican y destruyen al rebaño, a cuya costa viven. Jesús no se propone reformar aquella institución religiosa, propósito por cierto inútil, sino rescatar al pueblo de ella.

Todos los grupos judíos esperaban el Reino, y la agitación del primer siglo hizo a muchos pensar que la hora estaba próxima. Para los celotas era la hora de tomar las armas contra la ocupación romana para instaurar el reino de Dios en el cual el templo y su personal ya no estuvieran sujetos a ningún imperio. Los saduceos no esperaban activamente el Reino y se contentaban con mantener como mejor podían el culto del templo con la ayuda de las autoridades romanas. Los esenios como los celotas estaban listos para tomar las armas por el Reino pero se habían retirado al desierto en espera del momento oportuno (kairós), considerando que el templo estaba en manos ilegítimas. Los fariseos también consideraban que para que llegara el Reino había que acabar con el dominio extranjero y restaurar la autonomía del templo. Sin embargo, no entraron a ninguna guerrilla y se dedicaron a la más riguroso observancia de la ley.

A diferencia de los grupos anteriores, la actitud de Jesús y de su comunidad discipular es de tajante oposición al templo, lo que aparece de una manera mucho más radicalmente - no solo como rechazo de un culto de los poderosos  en las acciones contra los cambistas a quienes les desparrama las monedas, y contra los vendedores de palomas a quienes les ordena quitar de en medio su mercancía.

Los cambistas representaban “el sistema financiero” de la época. Todos los varones judíos mayores de 21 años estaban obligados a pagar un tributo anual al templo, e infinidad de donativos en dinero iban a parar al tesoro del templo. Además, en la antigüedad, los templos, por la inmunidad que les confería su carácter sagrado, era el lugar elegido por los pudientes para depositar sus tesoros. El templo de Jerusalén llegó a ser uno de los mayores bancos de la antigüedad. Para pagar el tributo y los donativos no se podía hacer en monedas que llevasen la efigie imperial, considerada idolátrica por los judíos. El templo acuñaba su propia moneda y los que iban a pagar tenían que cambiar sus monedas por las del templo. Los cambistas cobraban, naturalmente su comisión. Al volcar sus mesas y desparramar sus monedas, Jesús estaba atacando directamente el tributo al templo y, con él, al sistema económico religioso dominante. El templo es para Jesús una empresa que explota económicamente al pueblo. De hecho, el culto proporcionaba enormes riquezas a la ciudad y a los comerciantes, sostenía a la nobleza sacerdotal, al clero y a los empleados. La acción de Jesús toca, por tanto, un punto neurálgico: el sistema económico e ideológico que representaba el templo en Israel.

La acción contra los vendedores de palomas es igualmente de enorme impacto ideológico. Las palomas eran animales sacrificiales de menor importancia, pues con ellas los pobres ofrecían sus cultos a Dios; sin embargo el hecho que sus vendedores hayan sido los únicos a quienes Jesús se dirige y a los que hace responsables de la corrupción del templo, deja ver la enorme preocupación de Dios por la suerte de los pobres y su enojo por quienes hacen negocio con su pobreza. En contraste con las dos acciones anteriores, Jesús no ejecuta acción alguna, sino que se dirige a los vendedores mismos acusándolos de explotar a los pobres por medio del culto, del impuesto, y del fraude de lo sagrado.

El templo es “casa del mercado” y allí el dios es el dinero. Al llamar a Dios mi Padre, Jesús no lo identifica con el sistema religioso del templo. La relación con Dios no es religiosa sino familiar, está en el ámbito de la casa familiar. La relación se desacraliza y se familiariza. En la casa del Padre ya no puede haber comercio ni explotación, siendo casa-familia acoge a quien necesite amor, intimidad, confianza, afecto.

Aún, Jesús da un paso más en su confrontación radical con el templo al proponerse él mismo como santuario de Dios. Frente al poder de Herodes (cuarenta y seis años de construcción del templo) emerge el poder del resucitado (tres días). En el Reino de Dios no se requiere templos sino cuerpos vivos. Estos son los santuarios de Dios, en donde brilla su presencia y su amor si viven dignamente. Jesús no viene a continuar la línea religiosa tradicional. Vino a proponer una humanidad restaurada a partir del principio de la ultimidad de la vida en cuerpos que viven con dignidad. Sobre esta base es posible soñar y construir otra manera de vivir y otra manera de creer.

Para la revisión de vida 
¿Qué significan para mí «los diez mandamientos»? ¿Están en el centro de mi visión moral, o los he superado y transcendido en el mandamiento de Jesús, el «mandamiento nuevo»? 
¿Los tomo demasiado como «mandamientos», como una orden, como si fueran algo así como una orden irracional, o los he interiorizado y hecho míos? 
¿Vivo pendiente de la ley, o de alguna manera vivo ya en el espíritu de la ley, sin vivir atenazado por la «obligación»?

 

 

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante:

Al Señor nuestro Dios, que quiere liberarnos de cuanto nos esclaviza e impide ir a Él, supliquemos con confianza diciendo:

Padre, escúchanos.

Para que, anunciando la gracia del Señor, los cristianos nos comprometamos en la transformación de nuestra sociedad.

Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que la ley del amor sea la norma de nuestras vidas, y para que como Iglesia nunca traicionemos el Evangelio de la vida, el amor y la paz.

Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que en todo el mundo se respeten los derechos humanos, y todos gocen de salud, educación,vivienda y trabajo digno.

Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que cuantos viven angustiados por el peso del pecado, descubran que Jesús tiene palabras de vida eterna y que los quiere salvar.

Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que Jesucristo crucificado dé sentido al dolor de los enfermos, los marginados y excluidos de la sociedad.

Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que Jesucristo crucificado y ahora resucitado haga de nuestras vidas templos vivos de su gracia salvadora.

Oremos.

Padre, escúchanos.

 

Celebrante:

Acepta, Señor, nuestras oraciones y danos tu gracia para construir con ilusión la civilización del amor y el reino de la paz.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que esta Eucaristía, Señor, nos obtenga a quienes imploramos tu perdón, la gracia de saber perdonar a nuestros hermanos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma I

Significado espiritual

de la Cuaresma

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Por Él concedes a tus hijos anhelar, año tras año, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

El ave ha encontrado un refugio y la tórtola un nido donde poner a sus polluelos. Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Tú que nos has alimentado, ya desde esta vida, con el pan del cielo, prenda de nuestra salvación, concédenos, Señor, manifestar en todos nuestros actos el misterio de tu Eucaristía.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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8 marzo 2012 4 08 /03 /marzo /2012 18:24

Evangelio del Domingo III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 11 de Marzo, 2012

† Lectura del santo Evangeliosegún san Juan (2, 13-25)

Gloria a ti, Señor.

 

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.

En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito:

El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle:

“¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?”

Jesús les respondió:

“Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque él sabía lo que hay en el hombre.

 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

El evangelio de Juan coloca la manifestación mesiánica de Jesús al comienzo de su actividad pública y en el contexto de una fiesta de Pascua en Jerusalén. Para Juan es muy importante relacionar a Jesús y su comunidad en el marco de la sucesión de las fiestas judías. Eso lo vemos a lo largo de todo el evangelio, pues no hay ningún acontecimiento fuera de ese marco. Juan optó por encuadrar toda la actividad pública de Jesús en el tiempo religioso de los que su propio Evangelio define como “los judíos”.

El simbolismo de la revelación mesiánica de Jesús es sumamente resaltado en la confrontación con el templo. El relato necesita hacerlo, al fin y al cabo se está construyendo y afirmando una nueva identidad. El templo de Jerusalén es el centro de las instituciones y símbolo de la gloria y el poder de la nación judía (tanto la residente en Palestina como la que se encuentra en la Diáspora). El evangelio emplea un símbolo conocido para indicar la presentación mesiánica de Jesús: el “látigo con cuerdas”. Era proverbial la frase “el látigo del Mesías” para significar la violencia que implica la irrupción de la era mesiánica. El uso que Jesús hace del “látigo” no deja la menor duda acerca de su identidad y del proyecto que encarna: con él arroja fuera del templo el ganado que se vendía para los sacrificios, las ovejas y los bueyes. Sacrificios, como ovejas y bueyes, así como sus potenciales compradores (sólo los ricos podían ofrecer este tipo de ganado en el sacrificio) son puestos fuera del horizonte del nuevo proyecto mesiánico-profético.

Al echar todos afuera del templo con sus ovejas y sus bueyes, declara Jesús la invalidez del culto de los potentados, del que los sacrificios constituían el momento cumbre. Jesús no denuncia solamente, como habían hecho los profetas, el culto que encubre la injusticia, sino que declara infame el culto que es en sí mismo una injusticia, por ser medio de explotación, pero sobre todo por ser legitimación religiosa de la injusticia y del crimen. No propone una reforma del culto, sino la abolición.

La expulsión de los bueyes tiene que ver con la misma constitución de la sociedad tributaria-monárquica. El primer rey de Israel se constituyó a partir del “grupo de campesinos propietarios de bueyes”. No es de extrañar que a partir de entonces, latifundistas, bueyes y sacrificios en el templo estén articulados en un solo proyecto y se correspondan ideológica y religiosamente. Además el dios Baal de los agricultores cananeos se representaba con un buey. La agricultura y la ganadería necesitan su propio dios y su propio culto. Fueron los latifundistas aliados importantes de Herodes para la consolidación de su poder y éste en retribución mantuvo en forma opulenta al templo. Así podemos entender por qué el templo estaba lleno de bueyes, si la ideología religiosa dominante cuyo centro simbólico estaba allí, era la justificación principal para al sistema social estratificado y concentrador en Palestina desde la Reforma de Josías.

La expulsión de las ovejas del templo tiene también un rico sentido simbólico. Las ovejas son figura del pueblo, encerrado en el recinto donde está condenado al sacrificio. Los dirigentes explotan y asesinan al pueblo, verdadera víctima del culto, sacrifican y destruyen al rebaño, a cuya costa viven. Jesús no se propone reformar aquella institución religiosa, propósito por cierto inútil, sino rescatar al pueblo de ella.

Todos los grupos judíos esperaban el Reino, y la agitación del primer siglo hizo a muchos pensar que la hora estaba próxima. Para los celotas era la hora de tomar las armas contra la ocupación romana para instaurar el reino de Dios en el cual el templo y su personal ya no estuvieran sujetos a ningún imperio. Los saduceos no esperaban activamente el Reino y se contentaban con mantener como mejor podían el culto del templo con la ayuda de las autoridades romanas. Los esenios como los celotas estaban listos para tomar las armas por el Reino pero se habían retirado al desierto en espera del momento oportuno (kairós), considerando que el templo estaba en manos ilegítimas. Los fariseos también consideraban que para que llegara el Reino había que acabar con el dominio extranjero y restaurar la autonomía del templo. Sin embargo, no entraron a ninguna guerrilla y se dedicaron a la más riguroso observancia de la ley.

A diferencia de los grupos anteriores, la actitud de Jesús y de su comunidad discipular es de tajante oposición al templo, lo que aparece de una manera mucho más radicalmente - no solo como rechazo de un culto de los poderosos  en las acciones contra los cambistas a quienes les desparrama las monedas, y contra los vendedores de palomas a quienes les ordena quitar de en medio su mercancía.

Los cambistas representaban “el sistema financiero” de la época. Todos los varones judíos mayores de 21 años estaban obligados a pagar un tributo anual al templo, e infinidad de donativos en dinero iban a parar al tesoro del templo. Además, en la antigüedad, los templos, por la inmunidad que les confería su carácter sagrado, era el lugar elegido por los pudientes para depositar sus tesoros. El templo de Jerusalén llegó a ser uno de los mayores bancos de la antigüedad. Para pagar el tributo y los donativos no se podía hacer en monedas que llevasen la efigie imperial, considerada idolátrica por los judíos. El templo acuñaba su propia moneda y los que iban a pagar tenían que cambiar sus monedas por las del templo. Los cambistas cobraban, naturalmente su comisión. Al volcar sus mesas y desparramar sus monedas, Jesús estaba atacando directamente el tributo al templo y, con él, al sistema económico religioso dominante. El templo es para Jesús una empresa que explota económicamente al pueblo. De hecho, el culto proporcionaba enormes riquezas a la ciudad y a los comerciantes, sostenía a la nobleza sacerdotal, al clero y a los empleados. La acción de Jesús toca, por tanto, un punto neurálgico: el sistema económico e ideológico que representaba el templo en Israel.

La acción contra los vendedores de palomas es igualmente de enorme impacto ideológico. Las palomas eran animales sacrificiales de menor importancia, pues con ellas los pobres ofrecían sus cultos a Dios; sin embargo el hecho que sus vendedores hayan sido los únicos a quienes Jesús se dirige y a los que hace responsables de la corrupción del templo, deja ver la enorme preocupación de Dios por la suerte de los pobres y su enojo por quienes hacen negocio con su pobreza. En contraste con las dos acciones anteriores, Jesús no ejecuta acción alguna, sino que se dirige a los vendedores mismos acusándolos de explotar a los pobres por medio del culto, del impuesto, y del fraude de lo sagrado.

El templo es “casa del mercado” y allí el dios es el dinero. Al llamar a Dios mi Padre, Jesús no lo identifica con el sistema religioso del templo. La relación con Dios no es religiosa sino familiar, está en el ámbito de la casa familiar. La relación se desacraliza y se familiariza. En la casa del Padre ya no puede haber comercio ni explotación, siendo casa-familia acoge a quien necesite amor, intimidad, confianza, afecto.

Aún, Jesús da un paso más en su confrontación radical con el templo al proponerse él mismo como santuario de Dios. Frente al poder de Herodes (cuarenta y seis años de construcción del templo) emerge el poder del resucitado (tres días). En el Reino de Dios no se requiere templos sino cuerpos vivos. Estos son los santuarios de Dios, en donde brilla su presencia y su amor si viven dignamente. Jesús no viene a continuar la línea religiosa tradicional. Vino a proponer una humanidad restaurada a partir del principio de la ultimidad de la vida en cuerpos que viven con dignidad. Sobre esta base es posible soñar y construir otra manera de vivir y otra manera de creer.

Para la revisión de vida 
¿Qué significan para mí «los diez mandamientos»? ¿Están en el centro de mi visión moral, o los he superado y transcendido en el mandamiento de Jesús, el «mandamiento nuevo»? 
¿Los tomo demasiado como «mandamientos», como una orden, como si fueran algo así como una orden irracional, o los he interiorizado y hecho míos? 
¿Vivo pendiente de la ley, o de alguna manera vivo ya en el espíritu de la ley, sin vivir atenazado por la «obligación»?

 

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8 marzo 2012 4 08 /03 /marzo /2012 16:58

Ordinario de la Misa: Sábado II Semana de Cuaresma. Ciclo B.  10 de Marzo, 2012

El Señor es compasivo y misericordioso

Feria de la 2a. semana de Cuaresma

El Señor perdona tus pecados

Antífona de Entrada

El Señor es compasivo y misericordioso, lleno de paciencia y amor; el Señor es bueno con todos y su bondad se extiende a todas sus creaturas.

Oración Colecta

Oremos:

Tú, Señor, que por medio de los sacramentos nos haces partícipes, ya desde este mundo, de los bienes celestiales, dirige nuestra vida y condúcenos a la luz donde habitas.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Miqueas (7, 14-15. 18-20)

Señor, Dios nuestro, pastorea a tu pueblo con tu cayado, a las ovejas de tu heredad, que permanecen aisladas en la maleza, en medio de campos feraces. Pastarán en Basán y en Galaad, como en los días de antaño, como cuando salimos de Egipto y nos mostrabas tus prodigios.

¿Qué dios hay como tú, que quitas la iniquidad y pasas por alto la rebeldía de los sobrevivientes de Israel? No mantendrás por siempre tu cólera, pues te complaces en ser misericordioso.

Volverás a compadecerte de nosotros, aplastarás con tus pies nuestras iniquidades, arrojarás a lo hondo del mar nuestros delitos. Serás fiel con Jacob y compasivo con Abraham, como juraste a nuestros padres en tiempos remotos, Señor, Dios nuestro.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 102

El Señor es compasivo

y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.

El Señor es compasivo

y misericordioso.

El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura.

El Señor es compasivo

y misericordioso.

El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados.

El Señor es compasivo

y misericordioso.

Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.

El Señor es compasivo

y misericordioso.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (15, 1-3. 11-32)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:

“Este recibe a los pecadores y come con ellos”.

Jesús les dijo entonces esta parábola:

“Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.

Se puso entonces a reflexionar y se dijo:

‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como

a uno de tus trabajadores’.

Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo:

‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.

Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.

El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba.

Este le contestó:

‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar. Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.

El padre repuso:

‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

Esta parábola, exclusiva del evangelio de Lucas, ha recibido varios títulos: parábola del hijo pródigo, parábola del padre misericordioso, parábola del hermano mayor, etc. Depende del ángulo por donde se quiera abordar. Sugerimos una clave de lectura para esta parábola a partir de la introducción que el mismo Lucas propone. Los fariseos y letrados o doctores de la ley cuestionan el proceder de Jesús porque se relaciona con “publicanos y pecadores”. Jesús se ha relacionado con las personas cuyos comportamientos son contrarios a lo establecido; impuros, marginados de la ley por sus prácticas poco trasparentes, gentes de mala reputación. Los otros, los que se creen poseedores de la verdad, los rectores de la moral y de las tradiciones religiosas no pueden soportar de ninguna manera este modo de proceder de Jesús; se quedan fuera, criticando, encerrados en sus propios esquemas rígidos e intransigentes. – Es posible que nosotros mismos asumamos muchas veces las posturas rígidas de fariseos y doctores de la ley a nombre de la religión, la moral y las buenas costumbres. Jesús nos invita a reconocer con humildad nuestra pequeñez, para que el Reino de Dios acontezca en nosotros. Es hora de superar nuestra prepotencia y dejar que el evangelio penetre nuestros corazones.

 

Oración sobre las Ofrendas

Por medio de este sacrificio que vamos a ofrecerte, comunícanos, Señor, los frutos de la redención para que nunca se desvíe de ti nuestra vida y podamos alcanzar los bienes del cielo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma V

El camino del éxodo en el

desierto cuaresmal

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.

Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus maravillas.

Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Alégrate, hijo mío, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que la gracia de este sacramento llegue a lo más íntimo de nuestro corazón y nos comunique su fuerza divina.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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7 marzo 2012 3 07 /03 /marzo /2012 21:19

Ordinario de la Misa: Viernes II Semana de Cuaresma. Ciclo B. 09 de Marzo, 2012

Segundo Viernes de Cuaresma

Recordemos las maravillas que hizo el Señor

Antífona de Entrada

En ti, Señor, he puesto mi confianza, que no quede yo defraudado eternamente; sácame de la trampa que me han puesto, pues tú eres mi protector.

Oración Colecta

Oremos:

Por medio de nuestras privaciones cuaresmales, purifícanos, Señor todopoderoso, a fin de que podamos llegar con un espíritu nuevo a las próximas fiestas de la Pascua.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Génesis

(37, 3-4. 12-13. 17-28)

Jacob amaba a José más que a todos sus demás hijos, porque lo había engendrado en la ancianidad. A él le había hecho una túnica de amplias mangas. Sus hermanos, viendo que lo amaba más que a todos ellos, llegaron a odiarlo, al grado de negarle la palabra.

Un día en que los hermanos de José llevaron a Siquem los rebaños de su padre, Jacob le dijo a José:

“Tus hermanos apacientan mis rebaños en Siquem. Te voy a enviar allá”. José fue entonces en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron de lejos, y antes de que se les acercara, conspiraron contra él para matarlo y se decían unos a otros: “Ahí viene ese soñador. Démosle muerte; lo arrojaremos en un pozo y diremos que una fiera lo devoró. Vamos a ver de qué le sirven sus sueños”.

Rubén oyó esto y trató de liberarlo de manos de sus hermanos, diciendo:

“No le quiten la vida, ni derramen su sangre. Mejor arrójenlo en ese pozo que está en el desierto y no se manchen las manos”. Eso lo decía para salvar a José y devolverlo a su padre.

Cuando llegó José a donde estaban sus hermanos, éstos lo despojaron de su túnica y lo arrojaron a un pozo sin agua. Luego se sentaron a comer, y levantando los ojos, vieron a lo lejos una caravana de ismaelitas, que venían de Galaad, con los camellos cargados de especias, resinas, bálsamo y láudano, y se dirigían a Egipto.

Judá dijo entonces a sus hermanos:

“¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? Vendámoslo a los ismaelitas y no mancharemos nuestras manos. Después de todo, es nuestro hermano y de nuestra misma sangre”. Y sus hermanos le hicieron caso.

Sacaron a José del pozo y se lo vendieron a los mercaderes por veinticinco monedas de plata. Los mercaderes se llevaron a José a Egipto.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 104

Recordemos las maravillas

que hizo el Señor.

Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas, ya había enviado por delante a un hombre: a José, vendido como esclavo.

Recordemos las maravillas

que hizo el Señor.

Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra.

Recordemos las maravillas

que hizo el Señor.

El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró, lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones.

Recordemos las maravillas

que hizo el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (21, 33-43. 45-46)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola:

“Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.

Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon.Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.

Por último, les mandó a su propio hijo, pensando:

 ‘A mi hijo lo respetarán’. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia’. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.

Ahora díganme:

Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?”

Ellos le respondieron:

“Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”.

Entonces Jesús les dijo:

“¿No han leído nunca en la Escritura:

La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?

Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”.

Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

 Dios nos has entregado un mundo para que lo administremos y para que en él demos frutos abundantes de justicia, paz, libertad, verdad y fraternidad. Pero los seres humanos, seducidos por la ambición desmedida de poder y de soberbia se han dejado llevar por sus propias tendencias y tentaciones y han ido destruyendo el mundo de las posibilidades que le ha otorgado el Señor. Los recursos naturales no renovables se han depredado, se ha contaminado el agua y el aire, se han derrumbado millones de millones de hectáreas de bosques y de selvas, convirtiendo el paradisíaco mundo en un inmenso desierto “globalizado”. Y cuando algunos hombres y mujeres con sensibilidad social ecológica y profética han levantado su voz contra esta depredación mundial acelerada, han sido acallados, exiliados de sus patrias, asesinados y silenciados. Nuestro compromiso como creyentes en el Dios de la vida es por la defensa de la tierra y de los que en ella habitan. El Padre envío a su Hijo para que advirtiera del peligro que corre la humanidad, pero fue rechazado y asesinado como todos los profetas anteriores y posteriores a él. Sin embargo, nuestra misión consiste en continuar su obra en medio de la codicia del mundo.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que tu misericordia, Señor, nos prepare a celebrar esta Eucaristía y a vivirla con la fe y con las obras.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma IV

Los frutos del ayuno

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor.

Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Dios nos amó y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que este sacramento que hemos recibido, prenda de la salvación eterna, nos dé fuerzas, Señor, para vivir según tus mandamientos y alcanzar la recompensa

prometida.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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7 marzo 2012 3 07 /03 /marzo /2012 20:26

Ordinario de la Misa: Jueves II Semana de Cuaresma. Ciclo B.  08 de Marzo, 2012

Dichoso el hombre que confía en el Señor

Feria de la 2a. semana de Cuaresma

Señor, condúceme por el camino recto

Antífona de Entrada

Ponme a prueba, Dios mío, y conocerás mi corazón; mira si es que voy por mal camino y condúceme tú por el camino recto.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, orienta hacia ti nuestros corazones y enciéndelos en el fuego de tu Espíritu, para que permanezcamos firmes en la fe y seamos diligentes en el

amor fraterno.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Jeremías (17, 5-10)

Esto dice el Señor:

“Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en la estepa, que no disfruta del agua cuando llueve; vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable.

Bendito el hombre que confía en el Señor y en él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos.

El corazón del hombre es la cosa más traicionera y difícil de curar. ¿Quién lo podrá entender? Yo, el Señor, sondeo la mente y penetro el corazón, para dar a cada uno según sus acciones,según el fruto de sus obras”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 1

Dichoso el hombre que confía

en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.

Dichoso el hombre que confía

en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita.

En todo tendrá éxito.

Dichoso el hombre que confía

en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.

Dichoso el hombre que confía

en el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (16, 19-31)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos:

“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.

Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron.

Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él. Entonces gritó:

‘Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’.

Pero Abraham le contestó:

‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’.

El rico insistió:

‘Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’.

Abraham le dijo:

‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó:

‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán’.

Abraham repuso:

‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto’.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

El abismo entre ricos y pobres es cada vez más grande. Mientras un puñado de hombres, los más ricos y poderosos de la tierra, viven en la opulencia, millones de seres humanos se debaten entre el hambre y la miseria. Esta parábola de Jesús -el rico epulón y Lázaro es quizá la más dura, profética y subversiva. Refleja la realidad de los tiempos de Jesús en que muchos terratenientes y aristócratas (herodianos y saduceos) de Jerusalén y de Palestina vivían y se enriquecían a costa de los campesinos, pescadores, pastores y labriegos, que cada vez eran más pobres a causa de las cargas de impuestos que, tanto el templo como el imperio romano, les imponían. En el proyecto de Jesús, el Reino, esta realidad es insostenible. La equidad, la justicia social, la solidaridad y la comunión de bienes son valores fundamentales que sostienen su proyecto. El rico, que se obstina en su poder y en sus riquezas, no puede “entrar en el Reino”, ya que ha hecho del dinero y del prestigio su propio reino, mantenido por la codicia, la ambición y el egoísmo. Nuestros pueblos tendrán que seguir trabajando para que el proyecto de igualdad del Reino de Dios se haga realidad en la humanidad.

 

Oración sobre las Ofrendas

Por este sacrificio eucarístico, santifica, Señor, nuestras privaciones cuaresmales, para que a las prácticas externas corresponda una verdadera conversión interior.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma III

Los frutos de la penitencia

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al darnos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad.

Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Dichoso el que, con vida intachable, hace la voluntad del Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que la gracia que hemos recibido en este sacramento permanezca, Señor, en nosotros y aumente por nuestras buenas obras.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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6 marzo 2012 2 06 /03 /marzo /2012 22:56

Ordinario de la Misa: Miércoles II Semana Cuaresma. Ciclo B.  07 de Marzo, 2012

Señor, no me abandones, no te me alejes

Conmemoración de santa Perpetua y santa Felicidad

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor

Antífona de Entrada

Señor, no me abandones, no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a socorrerme. Señor, mi salvador.

Oración Colecta

Oremos:

Dios todopoderoso, por cuyo amor las santas mártires Perpetua y Felicidad fueron capaces de resistir persecuciones y tormentos, concédenos por su intercesión la gracia de amarte más cada

día.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Jeremías (18, 18-20)

En aquellos días, los enemigos del profeta se dijeron entre sí:

“Vengan, tendamos un lazo a Jeremías, porque no le va a faltar doctrina al sacerdote, consejo al sabio, ni inspiración al profeta. Vengan, ataquémoslo de palabra y no hagamos caso de sus oráculos”.

Jeremías le dijo entonces a Dios:

“Señor, atiéndeme. Oye lo que dicen mis adversarios. ¿Acaso se paga bien con mal? Porque ellos han cavado una fosa para mí. Recuerda cómo he insistido ante ti, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu cólera”.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 30

Sálvame, Señor,

por tu misericordia.

Sácame, Señor, de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás.

Sálvame, Señor,

por tu misericordia.

Oigo las burlas de la gente y todo me da miedo; se conjuran contra mí y tratan de quitarme la vida.

Sálvame, Señor,

por tu misericordia.

Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios y en tus manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen.

Sálvame, Señor,

por tu misericordia.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (20, 17-28)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, mientras iba de camino a Jerusalén, Jesús llamó aparte a los Doce

y les dijo:

“Ya vamos camino de Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día, resucitará”.

Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. El le preguntó:

“¿Qué deseas?” Ella respondió:

“Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino”.

Pero Jesús replicó:

“No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?

” Ellos contestaron:

“Sí podemos”. Y él les dijo:

“Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado”.

Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo:

“Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida

por la redención de todos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

Mateo continúa exponiendo el problema del poder que también seduce a los seguidores más cercanos de Jesús. Este pasaje se puede estructurar en tres partes. La primer parte (17-19) la podemos denominar como la propuesta liberadora de Jesús, que pasa necesariamente por la experiencia de la cruz. La segunda parte (20-24), la petición de la madre de los hijos del Zebedeo, que intercede para que Jesús otorgue privilegios a sus hijos, y la reacción competitiva de los demás discípulos. La tercera parte (25-27) expone la propuesta-respuesta de Jesús con relación a la ambición de poder que permea y seduce el corazón humano: el servicio, el despojo, la donación y la pequeñez deberán ser los distintivos que identifiquen a los auténticos discípulos de Jesús. Nuestra sociedad contemporánea está impregnada de padrinazgos políticos, de tráfico de influencias, de anulación del otro a como dé lugar para escalar peldaños en la vida social, política, económica, cultural, e incluso eclesial. El proyecto de Jesús implica asumir existencialmente las actitudes de un Francisco de Asís, Teresa de Calcuta, Oscar Romero, que fueron capaces de renunciar a sus seguridades y entregarse plenamente al servicio de los hermanos, especialmente los más débiles y excluidos de la sociedad.

 

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos y por este santo intercambio de dones, líbranos de la esclavitud del pecado.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma II

La penitencia de espíritu

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque misericordiosamente estableciste este tiempo especial de gracia para que tus hijos busquen de nuevo la pureza del corazón y así, libres de todo afecto desordenado, de tal manera se apliquen a las realidades transitorias, que más bien pongan su corazón en las que duran para siempre.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida para redención de todos.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que este sacramento que nos has dado, Señor, como prenda de inmortalidad, sea para nosotros una firme ayuda para alcanzar la salvación eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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5 marzo 2012 1 05 /03 /marzo /2012 23:44

Ordinario de la Misa: Martes II Semana Cuaresma. Ciclo B.  06 de Marzo, 2012

Da luz a mis ojos, Señor, para que no caiga

Feria de la 2a. semana de Cuaresma

Proclamaré, Señor, todas tus maravillas

Antífona de Entrada

Da luz a mis ojos, Señor, para que no caiga en el sueño de la muerte; para que no diga el enemigo:

He triunfado sobre él.

Oración Colecta

Oremos:

Señor, vela con amor constante sobre tu Iglesia y ya que sin ti no puede sostenerse lo que se cimienta en la debilidad humana, protégela en los peligros y guíala a la salvación eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Isaías (1, 10. 16-20)

Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: “Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda.

Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 49

Muéstranos, Señor,

el camino de la salvación.

No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa, ni cabritos de tus rebaños.

Muéstranos, Señor,

el camino de la salvación.

¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?

Muéstranos, Señor,

el camino de la salvación.

Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple mi voluntad.

Muéstranos, Señor,

el camino de la salvación.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (23, 1-12)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos:

“En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.

Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

La tendencia humana es colocar las instituciones, las estructuras, las normas y las tradiciones culturales y religiosas sobre el espíritu y sobre las personas. Todos tenemos algo de letrados y fariseos en nuestro proceder cotidiano. Es lo que Jesús cuestiona en la práctica de los letrados y los fariseos. No están equivocados con relación a los contenidos que predican y enseñan, pero su praxis no es coherente con sus enseñanzas. Se caracterizan por una aparente ortodoxia, por el prestigio que les da su cargo, por el oculto deseo de poder y de prestigio. Los discípulos de Jesús, por el contrario, deben caracterizarse por su testimonio de vida, por la coherencia entre lo que enseñan y lo que viven, por una auténtica actitud de humildad y sencillez, por el servicio generoso, desinteresado, auténtico y comprometido. Pero fácilmente nos olvidamos de estas lecciones de vida que nos comunica Jesús. Hay una tendencia a buscar el poder y el prestigio, aun valiéndose de lo religioso para alcanzarlo. Pasa en grupos apostólicos, comunidades eclesiales, parroquias, diócesis, institutos religiosos. Volvamos la vista al Señor y escuchemos su enseñanza de vida. Es necesario convertir la mente y el corazón desde los valores del evangelio de Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio que vamos a ofrecerte, Señor, nos santifique, nos cure de nuestro egoísmo y nos haga partícipes de los bienes eternos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma I

Significado espiritual

de la Cuaresma

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.

Por Él concedes a tus hijos anhelar, año tras año, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Proclamaré, Señor, todas tus maravillas; me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Señor, que esta comunión nos ayude a vivir más cristianamente y nos obtenga el auxilió continuo de tu misericordia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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5 marzo 2012 1 05 /03 /marzo /2012 14:46

Ordinario de la Misa: Lunes II Semana Cuaresma. Ciclo B.  05 de Marzo, 2012

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

Feria de la 2a. semana de Cuaresma

Da luz a mis ojos, Señor, para que no caiga

Feria de la 2a. semana de Cuaresma

Antífona de Entrada

Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. Mi pie se mantiene en el camino recto, en la asamblea bendeciré al Señor.

Oración Colecta

Oremos:

Señor, tú que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandamientos.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Daniel (9, 4-10)

En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión:

“Señor Dios, grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.

Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti.

Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.

De nuestro Dios, en cambio, es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra él, y al no seguir las leyes que él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 78

No nos trates, Señor, como

merecen nuestros pecados.

No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos.

No nos trates, Señor, como

merecen nuestros pecados.

Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.

No nos trates, Señor, como

merecen nuestros pecados.

Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos.

No nos trates, Señor, como

merecen nuestros pecados.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 36-38)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.

Den y se les dará:

recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

El evangelista Lucas subraya el tema de la compasión, de la mansedumbre y de la generosidad como valores importantes en el seguimiento de Jesús. El punto de referencia es Dios Padre. La compasión significa asumir la dura realidad del otro para comprender su situación y ayudarle a salir de ella. La compasión está íntimamente relacionada con la solidaridad fraterna, que debe caracterizar a los cristianos. Juzgar y condenar es una tendencia de todos los seres humanos; Jesús propone el perdón como actitud alternativa, y la generosidad, que derrumba todo egoísmo acaparador y arribista y que tanto seduce a los seres humanos. He aquí los valores supremos del evangelio, que deben estar como telón de fondo de nuestro proceso de conversión. Nuestro contexto cultural y social se caracteriza por todo lo contrario: el acaparamiento, el encerramiento en sí mismo, el aislamiento individualista y neurotizante, el deseo de venganza que se traduce en violencia de todo género, se proponen actualmente como “deber-ser” para la persona humana. – Nuestro compromiso existencial con Jesús nos invita a ser testigos de todo lo contrario: la solidaridad, la reconciliación, la generosidad, como actitudes elocuentes y proféticas que interpelan al mundo y lo invitan a la transformación radical de sus estructuras.

 

Oración sobre las Ofrendas

Recibe, Señor, favorablemente nuestras oraciones, y tú que nos concedes participar en esta Eucaristía, líbranos de las seducciones del pecado.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma V

El camino del éxodo en el

desierto cuaresmal

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.

Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus

maravillas.

Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso, dice el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Señor, que esta comunión nos purifique de toda culpa y nos haga partícipes de las alegrías del cielo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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1 marzo 2012 4 01 /03 /marzo /2012 21:26

Ordinario de la Misa: Sábado I Semana de Cuaresma. Ciclo B. 03 de Marzo, 2012

Dichoso el que cumple la voluntad del Señor

Feria de la 1a. semana de Cuaresma

La ley del Señor reconforta el corazón

Antífona de Entrada

La ley del Señor es perfecta y reconforta el corazón; el testimonio del Señor es veraz y vuelve sabios a los sencillos.

Oración Colecta

Oremos:

Señor y Padre eterno, haz que se conviertan a ti nuestros corazones a fin de que, viviendo consagrados enteramente a tu servicio, te busquemos siempre a ti y nos dediquemos a la práctica de las obras de misericordia.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del

Deuteronomio (26, 16-19)

En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo:

“El Señor, tu Dios, te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos; guárdalos, por lo tanto, y ponlos en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.

Hoy has oído al Señor declarar que él será tu Dios, pero sólo si tú caminas por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y decretos, y escuchas su voz.

Hoy el Señor te ha oído declarar que tú serás el pueblo de su propiedad, como él te lo ha prometido, pero sólo si guardas sus mandamientos.

Por eso él te elevará en gloria, renombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios, como él te lo ha prometido”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 118

Dichoso el que cumple

la voluntad del Señor.

Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón.

Dichoso el que cumple

la voluntad del Señor.

Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos.

Dichoso el que cumple

la voluntad del Señor.

Te alabaré con sincero corazón, cuando haya aprendido tus justos mandamientos. Quiero cumplir tu ley exactamente. Tú, Señor,

no me abandones.

Dichoso el que cumple

la voluntad del Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Este es el tiempo favorable,este es el día de la salvación.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (5, 43-48)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:“Han oído ustedes que se dijo:

Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo:

Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Sean, pues, perfectos como su Padre celestial es perfecto”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

Jesús cuestiona la letra de ley, su lógica interna. Notemos que lo que la ley judía propone es lógica y proporcional. Lo normal es que tengamos en alta estima a las personas con quienes congeniamos y nos llevamos bien. Lo lógico es que las personas con quienes tenemos dificultades, conflictos, las alejemos de nosotros. La propuesta de Jesús “subvierte” la lógica común y corriente. Amar al enemigo, es decir, acogerlo, no atacarlo, no rechazarlo. Orar por él e invitarlo a la conversión y reconciliación. En esto consiste la superación de la letra de la ley que propone Jesús. Como se dijo anteriormente, romper el círculo de la violencia y la agresión. Instaurar una nueva forma de relaciones entre las personas como el signo más eficaz y contundente de que “algo nuevo” está naciendo. El Reino de Dios ha llegado porque el orden establecido sobre la conveniencia y el cumplimiento está siendo reemplazado por la misericordia y la compasión. Qué bien viene esta palabra de Jesús para decirles a todos que solo la lógica del amor, del diálogo abierto, del perdón y la reconciliación logrará instaurar un orden nuevo fundamentado en la paz y la justicia.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que la celebración de este sacramento nos purifique, Señor, de nuestras faltas y nos haga dignos de participar de tu Eucaristía.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma IV

Los frutos del ayuno

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor.

Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto, dice el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Ayuda, Señor y reconforta siempre a estos hijos tuyos, a quienes has iluminado con tu palabra y alimentado con tu sacramento.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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1 marzo 2012 4 01 /03 /marzo /2012 20:10

Ordinario de la Misa: Viernes I Semana de Cuaresma. Ciclo B.  02 de Marzo, 2012

Primer Viernes de Cuaresma

Sálvame, Señor, de todas mis angustias

Antífona de Entrada

Sálvame, Señor, de todas mis

angustias. Mira mis trabajos y

mis penas, y perdona todos mis

pecados.

Oración Colecta

Oremos:

Concede, Señor, a tus hijos prepararse interiormente a la celebración de la Pascua, para que la mortificación corporal, propia de este tiempo, dé en cada uno de nosotros frutos espirituales.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Ezequiel (18, 21-28)

Esto dice el Señor:

“Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos y practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá; no me acordaré de los delitos que cometió; vivirá a causa de la justicia que practicó.

¿Acaso quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien que enmiende su conducta y viva?

Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, no se recordará la justicia que hizo. Por la iniquidad que perpetró, por el pecado que cometió, morirá. Y si dice: ‘No es justo el proceder del Señor’, escucha, casa de Israel:

¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto?

Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 129

Perdónanos, Señor,

y viviremos.

Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.

Perdónanos, Señor,

y viviremos.

Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos.

Perdónanos, Señor,

y viviremos.

Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela.

Perdónanos, Señor,

y viviremos.

Como aguarda a la aurora el centinela, aguarde Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades.

Perdónanos, Señor,

y viviremos.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (5, 20-26)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.

Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar

de castigo.

Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.

Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de ahí hasta que hayas pagado el último centavo”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

 La propuesta de Jesús es muy simple, pero a la vez, demasiado exigente y radical. Los escribas y fariseos eran cumplidores estrictos de la ley, pero Jesús advierte a sus seguidores que no sean como ellos. Pero tampoco se puede decir que Jesús no cumple la ley. Como buen judío asume los preceptos legales de su tiempo. Pero Jesús supera la ley. A veces la ley es fuente de conflicto y generadora de un espiral de injusticias y violencias. Jesús rompe dicho espiral superando lo estrictamente estipulado por el complejo código legal judío. El perdón, la reconciliación, la interpelación silenciosa y contundente ante quien agrede y provoca, eran armas eficaces para romper los círculos viciosos de la violencia y generar un nuevo proceso de reconstrucción y reparación de los estragos causados por el abuso del poder. Nuestros pueblos viven acorralados por la violencia, la corrupción y la injusticia, la mayoría de las veces orquestada por los gobernantes de turno. Esta situación ha generado verdaderos espirales de violencia de todo género que va ascendiendo progresiva y peligrosamente. Nosotros, seguidores de Jesús, tenemos la misión de contribuir a romper ese círculo perverso que destruye y retrasa la paz.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estas ofrendas por medio de las cuales has querido misericordiosamente devolvernos tu amistad y darnos la salvación eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma III

Los frutos de la penitencia

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al darnos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad.

Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Tan cierto como que vivo, dice el Señor, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que la recepción de tu sacramento nos renueve, Señor, y, purificados de toda maldad, nos haga participar de los bienes de la redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

 

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