Evangelio del Lunes XIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 9 de Julio, 2012
Lectura del santo Evangelio según san Mateo: 9, 18-26
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró ante Él y le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir".
Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orilla del manto, pues pensaba: "Con sólo tocar su manto, me curaré". Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: "Hija, ten confianza; tu fe te ha curado". Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer.
Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: "Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida". Y todos se burlaron de Él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La noticia se difundió por toda aquella región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
El evangelista Mateo destaca las actitudes de confianza ante la acción de Jesús. La primera actitud viene de un personaje que desempeña una función importante en el mundo social. La segunda procede de una pobre mujer que había arrastrado una enfermedad hemorrágica durante largo tiempo. Tanto la muerte como la sangre eran signo de impureza, que Jesús desafía para rescatar la vida de estas dos mujeres. Jesús se admira por la fe de estas personas que confían en su poder sanador; pero queda desconcertado por la incredulidad y la burla de los allegados al jefe que se resignan a la muerte. De este modo, quedan enfrentados un pequeño grupo de seguidores y creyentes en Jesús frente a un grupo considerable de descreídos, que incluso se burlan de él sin conocerlo. – Hoy podemos verificar una realidad semejante. Una gran parte de personas asisten a las funciones religiosas como parte del protocolo social y, tal vez, motivados por el aspecto estético de las ceremonias y los templos. Al mismo tiempo un reducido reducto de creyentes busca la enseñanza de Jesús y sus signos salvíficos, haciendo caso omiso de las burlas y la incredulidad. La fe es el camino difícil que busca la puerta estrecha.
Fuente: www.laverdadcatolica.org
Comentario: www.servicioskoinonia.org