Evangelio V Semana de Cuaresma. Ciclo C. 19 de marzo, 2013.
Santo del Día: San José, Esposo de la Virgen
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 2, 41-51ª
Gloria a ti Señor
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?.» Ellos no entendieron lo que les decía.
El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos.
Palabra del Señor.
Comentario:
Jesús vive y actúa con la libertad que viene de Dios. Está convencido de que su tarea misionera y mesiánica la recibe de Dios. Una tarea que lo impulsa a anunciar la Buena Noticia a la humanidad, a rescatar a los hombres y mujeres perdidos por el pecado, a devolver la vista a los ciegos, la salud a los enfermos, la libertad a los oprimidos y a ser fuente de alegría y de gozo para los pobres y sencillos de la tierra. – La liturgia de hoy nos presenta el texto que tradicionalmente denominamos “la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo”. Este fragmento del evangelio es verdaderamente significativo. Llegar a entenderlo es señal de adultez en la fe y en el seguimiento de Jesús. Jesús sabe que su ministerio se centra y hunde su razón de ser en “las cosas de su Padre”: el anuncio y la instauración del Reino de Dios. Esta tarea está por encima de los nexos de la carne y de la sangre. En el Reino es, urgente, oportuno y necesario pasar de los nexos de carne y sangre, de parentesco y familiaridad, a la alegría y a al compromiso por la causa del Reino.
Fuente: Leccionario II
www.sercioskoinonia.org (Comentario)