Moniciones Vigilia Pascual. 30-31 de marzo de 2013
MONICIÓN ANTERIOR AL LUCERNARIO
Nota.- Es posible que los asistentes se reúnan en el interior del templo esperando el inicio de la celebración. Sería el momento de conducirlos hacia la parte exterior donde se va a encender el fuego, y a partir del mismo se encenderá el Cirio Pascual. Al mismo tiempo, será útil dar una primera explicación de la celebración.
Hermanos:
Dentro de unos instantes iniciaremos la Vigilia Pascual. Vamos a salir del templo, para dirigirnos al exterior donde ya prende el fuego, que será bendecido. Se apagarán todas las luces de la iglesia y, tras encender el Cirio Pascual entraremos en procesión acompañando a la Luz Pascual. Se encenderán todas las luces e iniciaremos la celebración con el Pregón Pascual entonado por el sacerdote celebrante. Preparémonos con el ánimo abierto y el corazón alegre a festejar el éxito total del Señor Jesús.
MONICIÓN DE ENTRADA (exterior del templo)
Hermanos y amigos; en esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida, la iglesia nos invita a todos sus hijos, dispersos por el mundo, a que nos reunamos en oración. Si recordamos así la Pascua del Señor, oyendo su Palabra y celebrando sus misterios, podemos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con Él siempre en Dios. Vivamos con profundidad, alegría y asombro la madre de todas las vigilias y celebraciones cristianas: la Vigilia Pascual.
MONICION AL PREGÓN PASCUAL
Después de haber encendido nuestra vela en el cirio pascual, símbolo de Cristo Resucitado y verdadera luz del mundo, escuchemos la gran noticia que la Iglesia proclama a todos los hombres: Ésta noche es la noche santa, en la que Cristo ha vencido las tinieblas del pecado y ha triunfado sobre la muerte. Lo escuchemos con atención y con fe.
MONICIÓN PARA LAS LECTURAS
Hoy vamos a describir a través de las lecturas de la Sagrada Escritura la historia de la humanidad y de su salvación por el Señor Cristo Jesús. Escucharemos fragmentos del Antiguo Testamento que nos hablarán de la creación del mundo y de la liberación del pueblo de Dios de la esclavitud de Egipto. Esos textos nos van a describir una constante: el continuado e insistente amor de Dios por sus criaturas, a las que nunca olvidó, ni ha olvidado. Y en el devenir de los siglos, llegados a la plenitud de los tiempos, nos ofreció Dios Padre la salvación definitiva por medio de Dios Hijo –Nuestro Señor Jesús—y con la permanente intervención del Espíritu Santo. Señalaros, asimismo, que cada lectura irá acompañada de un salmo y una oración del sacerdote que preside la celebración. Comencemos:
MONICIÓN PARA ANTES DEL ALELUYA
Hemos escuchado todas las lecturas y ahora la Epístola del Apóstol Pablo. Ahora la escritura del Nuevo Testamento nos va a revelar el gran misterio de la noche que aquí nos congrega. Que el Señor Jesús ha resucitado y que la humanidad se ha renovado por la Redención. Entonemos, pues, el canto del Aleluya, la alabanza a Dios, que precede siempre a la proclamación del Santo Evangelio. Nos ponemos de pie.
MONICIÓN ANTE LA LITURGIA BAUSTISMAL
Saben que desde los primeros tiempos de la Iglesia este momento era el indicado para el bautismo de los catecúmenos y, antes, para la bendición del agua bendita. Y así en la presencia de Jesús Resucitado la Iglesia se abre a todos y todas para ofrecerles una vida más plena. Nosotros, además, renovaremos nuestras promesas bautismales. Es como una conmemoración individual y comunitaria del bautismo que todos recibimos en su día. El Bautismo se recibe en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y concentramos, en este Momento Trinitario, toda la fuerza de nuestra fe y de nuestro amor.
Fuente: www.betania.es