Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
12 abril 2013 5 12 /04 /abril /2013 16:10

Ordinario de la Misa: II Semana de Pascua. Ciclo C. sábado 13 de abril, 2013.

13 de abril
San Martín I
papa y mártir

    Nació en Todi (Umbría) en el siglo séptimo. Siendo miembro del clero romano, fue elegido para la Cátedra de Pedro el año 649. Ese mismo año celebró un concilio. Sin embargo, su magisterio papal fue un verdadero calvario. Detenido por el emperador Constante el año 653, fue deportado a Constantinopla donde permaneció encarcelado. Finalmente fue trasladado a Crimea, donde murió en el año 656.

Ritos iniciales

1.     Reunido el pueblo, el sacerdote se dirige al altar, con los ministros, mientras se entona el canto de entrada.
 
Cuando llega al altar, habiendo hecho con los ministros una inclinación profunda, venera el altar con un beso y, si es oportuno, inciensa la cruz y el altar. Después se dirige con los ministros a la sede.
 
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice:
 
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
 
El pueblo responde: Amén.

 

Antífona de entrada     Cf. 4 Esd 2, 35
La luz eterna brillará para tus santos, Señor,
y ellos vivirán para siempre. Aleluia.
 
O bien:
Este es el hombre que no fue abandonado por Dios el día de la prueba;
fue coronado porque permaneció fiel en los mandatos del Señor. Aleluia.

 
2. Después el sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo, diciendo:
 
La gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor de Dios Padre
y la comunión del Espíritu Santo
estén con todos ustedes
 
O bien:
 
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre,
y Jesucristo el Señor,
estén con todos ustedes.
 
O bien:
 
El Señor esté con ustedes.

_________________________________________________________

TIEMPO PASCUAL

El Dios de la Vida,
que ha resucitado a Jesucristo
rompiendo las ataduras de la muerte,
esté con todos ustedes.
 
O bien:
Bendito sea Dios,
que en su gran misericordia
nos hizo renacer por la Resurrección de Jesucristo;
que su gracia salvadora esté siempre con ustedes.
 
O bien:
Hemos resucitado con Jesús:
que la esperanza de ser glorificados con él
acreciente nuestra alegría
y permanezca constantemente con ustedes.
 
O bien:
Que el gozo y la paz
de nuestro Buen Pastor resucitado
nos acompañe en esta celebración,
y estén con cada uno de ustedes.
 
O bien:
Jesús resucitado vive entre nosotros.
Que su presencia salvadora
nos anime en este tiempo pascual
y permanezca con todos ustedes.
 

Acto penitencial

El domingo, especialmente en el tiempo pascual, en lugar del acto penitencial habitual, en algunas ocasiones puede hacerse la bendición y aspersión del agua en memoria del Bautismo, como aparece en el Apéndice II.

4. A continuación se hace el acto penitencial, al que el sacerdote invita a los fieles, diciendo:

I

Hermanos:
Para celebrar dignamente estos sagrados misterios,
reconozcamos nuestros pecados.
 
O bien:
El Señor Jesús,
que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía,
nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores
e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
 
O bien:
Humildes y penitentes, como el publicano en el templo,
acerquémonos al Dios justo,
y pidámosle que tenga piedad de nosotros,
que también nos reconocemos pecadores.
 
O bien:
Jesucristo, el justo, intercede por nosotros
y nos reconcilia con el Padre.
Abramos, pues, nuestro espíritu al arrepentimiento,
para acercarnos a la mesa del Señor.
 
O bien:
Pidamos perdón a Dios de todo corazón.
 
O bien, pero sólo en los domingos, y durante la octava de Pascua:
En el día en que celebramos la victoria de Cristo
sobre el pecado y sobre la muerte,
confesemos nuestra necesidad de la misericordia del Padre
para morir al pecado y resucitar a la vida nueva.
 
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos hacen en común la fórmula de la confesión general:
 
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión;
 
Y, golpeándose el pecho, dicen:
 
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
 
Luego, prosiguen:
 
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
 
Sigue la absolución del sacerdote.
 
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
 
El pueblo responde: Amén.

_____________________________________________________________________________________

2

O bien (segunda forma del acto penitencial):
5. El sacerdote invita a los fieles al acto penitencial con una de las invitaciones anteriores u otras breves palabras.
 
Se hace una breve pausa de silencio. Después el sacerdote dice:
 Señor, ten misericordia de nosotros.
 
El pueblo responde: Porque hemos pecado contra ti.
 
El sacerdote prosigue:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
 
El pueblo responde: Y danos tu salvación
 
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la Vida eterna.
 
El pueblo responde: Amén.

_____________________________________________________________________________________

3

O bien: (tercera forma del acto penitencial):
 
6. El sacerdote invita a los fieles al acto penitencial con una de las invitaciones anteriores u otras breves palabras.
Se hace una breve pausa en silencio.
Después el sacerdote o el diácono, u otro ministro, empleando éstas u otras invocaciones, con el Señor, ten piedad (Kyrie eléison ), dice:


 Tú que has sido enviado para sanar a los contritos de corazón:
Señor, ten piedad.
 
El pueblo responde: Señor, ten piedad.
 
El sacerdote:
Tú que has venido a llamar a los pecadores:
Cristo, ten piedad.
 
El pueblo: Cristo, ten piedad.
 
El sacerdote:
Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros:
Señor, ten piedad.
 
El pueblo: Señor, ten piedad.
 
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
 
El pueblo responde: Amén.

_____________________________________________________________________________________

  
Oración colecta
Dios nuestro, que para embellecer a tu Iglesia
otorgaste la gloria del martirio a san N.;
concédenos, en tu bondad,
que así como él imitó la pasión del Señor,
también nosotros, siguiendo sus pasos,
podamos alcanzar la felicidad eterna.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
   
Liturgia de la Palabra

Eligieron a siete hombres llenos del Espíritu Santo

Lectura de los Hechos de los Apóstoles     6, 1-7

En aquellos días:
Como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos.
Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: «No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas. Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea. De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra.»
La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron a los Apóstoles, y estos, después de orar, les impusieron las manos.
Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.

Palabra de Dios.


SALMO
    Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19 (R.: 22)

R. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.


O bien:

Aleluia.

Aclamen, justos, al Señor:
es propio de los buenos alabarlo.
Alaben al Señor con la cítara,
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor. R.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.


ALELUIA

Aleluia.
Resucitó Cristo, que creó todas las cosas
y tuvo misericordia de su pueblo.
Aleluia.


EVANGELIO

Vieron a Jesús caminando sobre el agua

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan    6, 16-21

Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.
Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. El les dijo: «Soy yo, no teman.»
Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

Palabra del Señor.

Comentario:

Al atardecer, y en medio de una tormenta, los discípulos se dirigieron en barco hacia Cafarnaún. Se hizo de noche y todavía Jesús no los había alcanzado. Un rato después, ven a Jesús caminando sobre el agua y se asustaron. Entonces Juan trata la escena como una epifanía divina centrada en la fórmula de revelación “Yo Soy”. Esta referencia pertenecía probablemente ya a la tradición, puesto que es utilizada también en los evangelios sinópticos. En seguida Jesús les dice que “no teman”. De este modo se produce un cambio en el estado de ánimo de los discípulos, pasando del miedo a la confianza. – ¿Cuántas veces no hemos experimentado situaciones de miedo e inseguridad? ¿Cómo salimos de ese estado de pánico ante las tormentas que vivimos en situaciones diversas de nuestra vida? En tiempos de calamidades como terremotos, inundaciones, pérdida de nuestros bienes materiales, muerte… se hace necesario sentir la presencia abrazadora de Dios, pues justamente en estos momentos la gracia y el amor del Padre nos ayudan a vencer nuestros miedos y a cultivar la esperanza. De este modo podremos tocar tierra, replantear nuestro rumbo, nuestras utopías y sueños por una vida mejor.

Oración sobre las ofrendas
En esta conmemoración del mártir san N.,
recibe, Señor, el sacrificio de reconciliación y alabanza,
que te ofrecemos para que nos obtenga el perdón
y nos ayude a vivir en continua acción de gracias.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


 
PREFACIO DE PASCUA I
EL MISTERIO PASCUAL

45. Este prefacio se dice durante el tiempo pascual.
En la Misa de la Vigilia pascual se dice «en esta noche»; el día de pascua y durante la octava: «en este día»; en las restantes Misas: «en este tiempo».
 
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
 
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
 
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
 
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca en (esta noche) (este día) (este tiempo)
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
 
Porque Él es el verdadero Cordero
que quitó el pecado del mundo:
muriendo destruyó nuestra muerte,
y resucitando restauró nuestra vida.
 
Por eso, con esta efusión del gozo pascual,
el mundo entero está llamado a la alegría
junto con los ángeles y los arcángeles
que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
 
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
 
Durante la Octava de Pascua, en las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.
Cuando se utiliza el Canon romano, se dicen Reunidos en comunión y Acepta, Señor, en tu bondad propios. En las demás Plegarias eucarísticas, se utilizan los elementos propios.
 
Antífona de comunión     Gal 3, 27
Todos los que fueron bautizados en Cristo
han sido revestidos de Cristo. Aleluia.
 
Oración después de la comunión
Padre, mira con bondad a tu pueblo
y, ya que lo has renovado con los sacramentos de la vida eterna,
concédele alcanzar la gloria de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Liturgia de la Palabra

PREFACIO DE PASCUA I
EL MISTERIO PASCUAL

45. Este prefacio se dice durante el tiempo pascual.
En la Misa de la Vigilia pascual se dice «en esta noche»; el día de pascua y durante la octava: «en este día»; en las restantes Misas: «en este tiempo».
 
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
 
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
 
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
 
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca en (esta noche) (este día) (este tiempo)
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
 
Porque Él es el verdadero Cordero
que quitó el pecado del mundo:
muriendo destruyó nuestra muerte,
y resucitando restauró nuestra vida.
 
Por eso, con esta efusión del gozo pascual,
el mundo entero está llamado a la alegría
junto con los ángeles y los arcángeles
que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
 
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
 
Durante la Octava de Pascua, en las Plegarias eucarísticas se utilizan los elementos propios.

 
Cuando se utiliza el Canon romano, se dicen Reunidos en comunión y Acepta, Señor, en tu bondad propios. En las demás Plegarias eucarísticas, se utilizan los elementos propios.
 

2. El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP
Santo eres en verdad, Señor,
que desde el principio del mundo
obras siempre para que el hombre sea santo,
como tú mismo eres santo.

3. Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC
Te pedimos que mires los dones de tu pueblo,
y derrames sobre ellos la fuerza de tu Espíritu

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

para que se conviertan en el Cuerpo y + la Sangre

Junta las manos.
 
de tu amado Hijo, Jesucristo,
en quien nosotros también somos hijos tuyos.
Aunque en otro tiempo estábamos perdidos
y éramos incapaces de acercarnos a ti,
nos amaste hasta el extremo:
tu Hijo, que es el único Justo,
se entregó a sí mismo a la muerte,
aceptando ser clavado en la cruz por nosotros.
 
Pero antes de que sus brazos,
extendidos entre el cielo y la tierra
trazasen el signo indeleble de tu alianza,
él mismo quiso celebrar la Pascua con sus discípulos.
 
4. En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
 
Mientras comía con ellos,
 
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
 
tomó pan
y dando gracias te bendijo,
lo partió y se lo dio, diciendo:
 
Se inclina un poco.
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

 
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo genuflexión.
 
5. Después prosigue:
 
Del mismo modo, acabada la cena,
sabiendo que iba a reconciliar todas las cosas en sí mismo,
por su sangre derramada en la cruz,
 
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar. prosigue:
 
tomó el cáliz, lleno del fruto de la vid,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
 
Se inclina un poco.
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
 
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

 
Muestra el cáliz al pueblo. lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.
 
6. Luego dice:
CP
Éste es el Misterio de la fe.
 
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
 
y el pueblo prosigue, aclamando:
 
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!


O bien:
CP
Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió.
 
y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
 
O bien:

CP
Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
 
y el pueblo prosigue, aclamando:
 
Salvador del mundo, sálvanos,
que nos has liberado por tu cruz y resurrección.


7. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
 
CC
Así, al celebrar el memorial de tu Hijo Jesucristo,
nuestra Pascua y nuestra paz verdadera,
hacemos presente su muerte y resurrección de entre los muertos,
y, mientras esperamos la venida gloriosa,
te ofrecemos, Dios fiel y misericordioso,
la víctima que reconcilia a los hombres contigo.
 
Mira bondadosamente, Padre,
a quienes unes a ti por el sacrificio te tu Hijo,
y concédeles, por la fuerza del Espíritu Santo,
que, participando de un mismo pan y de un mismo cáliz,
formen en Cristo un solo cuerpo,
en el que no haya ninguna división.
 
C1
Guárdanos siempre
en comunión de fe y amor
con nuestro Papa N., y con nuestro Obispo N., (Aquí se puede hacer mención del Obispo Coadjutor o Auxiliar, de acuerdo con la Ordenación general del Misal Romano, n. 149).
Ayúdanos a esperar la venida de tu reino
hasta la hora en que nos presentemos a ti,
santos entre los santos del cielo,
con María, la Virgen Madre de Dios,
con los apóstoles y con todos los santos,
y con nuestros hermanos difuntos,
que confiamos humildemente a tu misericordia.
 
Entonces, liberados por fin de toda corrupción
y constituidos plenamente en nuevas criaturas,
te cantaremos gozosos la acción de gracias
 
Junta las manos.
de tu Ungido, que vive eternamente.
 
8. Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva, y dice:

CP o CC
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
 
El pueblo aclama:
Amén.
 
RITO DE LA COMUNIÓN

124. Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
 
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
 
O bien:
El amor de Dios a sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
movidos por ese Espíritu digamos con fe y esperanza:
 
O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía,
signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
 
O bien:
Recemos con humildad y confianza diciendo:
 
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
 
125. Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
 
Junta las manos.
 
El pueblo concluye la oración aclamando:
Tuyo es el Reino,
tuyo el poder y la gloria
por siempre, Señor.
 
126. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados
sino la fe de tu Iglesia,
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
 
Junta las manos.
 
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
 
El pueblo responde: Amén.
 
127. El sacerdote, vuelto hacia al pueblo, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
 
El pueblo responde: Y con tu espíritu.
 
128. Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Démonos fraternalmente la paz
 
O bien:
Como hijos de Dios, intercambiemos ahora
un signo de comunión fraterna.
 
O bien:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz,
démonos la paz como signo de reconciliación.
 
O bien:
En el Espíritu de Cristo resucitado,
démonos fraternalmente la paz.
 
Y todos, según las costumbres del lugar, se intercambian un signo de paz, de comunión y de caridad. El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.

Antífona de comunión     Jn 12, 24
Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo;
pero si muere, da mucho fruto.
 
O bien:     Sal 115, 15
Es valiosa a los ojos del Señor
la muerte de sus santos. Aleluia.

 
129. Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una partícula dentro del cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
 
130. Mientras tanto se canta o se dice:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
 
Esta aclamación puede repetirse varias veces, si la fracción del pan se prolonga. La última vez se dice: danos la paz.
 
131. A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la Vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permita que me separe de ti.
 
O bien:
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad
me sirva para defensa de alma y cuerpo,
y como remedio de salvación.
 
132.El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevada sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
 
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
 
133. El sacerdote, vuelto hacia el altar, dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me proteja para la Vida eterna.
 
Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
 
Después toma cáliz, y dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la Vida eterna.
 
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
 
134. Después toma la patena o la píxide y se acerca a los que van a comulgar. Muestra el pan consagrado a cada uno, sosteniéndolo un poco elevado y le dice:
El Cuerpo de Cristo.
 
El que va a comulgar responde: Amén.
 
Y comulga.
 
El diácono, si distribuye la sagrada Comunión, lo realiza de la misma manera observan los mismos ritos.
 
135. Si se comulga bajo las dos especies se observa el rito descrito en su lugar.
 
136. Cuando el sacerdote ha comulgado el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
 
137. Finalizada la Comunión, el sacerdote o el diácono, o el acólito, purifica la patena sobre el cáliz y también el cáliz.
 
Mientras hace la purificación, el sacerdote dice en secreto:
Haz, Señor, que recibamos con un corazón limpio
el alimento que acabamos de tomar,
y que el don que nos haces en esta vida
nos sirva para la vida eterna.
 
138. Después el sacerdote puede volver a la sede. Si se considera oportuno, se puede dejar un breve espacio de silencio sagrado o entonar un salmo o algún cántico de alabanza.
 
139. Luego, de pie en el altar o en la sede, el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:
Oremos.
 
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se haya hecho antes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.

__________________________________________________________________________________________

La oración después de la comunión termina con la conclusión breve.

Oración después de la comunión
Padre y Señor nuestro, en esta celebración
hemos recibido con alegría tus dones celestiales;
te pedimos que, cuantos anunciamos
la muerte de tu Hijo en el divino banquete,
merezcamos participar de su resurrección y de su gloria
junto con los santos mártires.
Por Jesucristo, nuestro Señor.que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.   


 
Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
Si la oración se dirige al Padre,
pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos
 
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

__________________________________________________________________________________________

El pueblo, al terminar, aclama: Amén.

RITO DE LA CONCLUSIÓN 

140. Siguen, si es necesario, breves avisos para el pueblo.
 
141. Después tiene lugar la despedida. El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.
 
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
 
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo, + y el Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
 
El pueblo responde: Amén.

__________________________________________________________________________________________

142. En algunos días u ocasiones, a ésta fórmula de bendición precede, según las rúbricas, otra fórmula de bendición más solemne o una oración sobre el pueblo.

__________________________________________________________________________________________

144. Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:
Pueden ir en paz.
 
O bien:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza.
Pueden ir en paz.
 
O bien:
Glorifiquen al Señor con su vida.
Pueden ir en paz.
 
O bien:
En el nombre del Señor, pueden ir en paz.
 
O bien, especialmente en los domingos de pascua:
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Pueden ir en paz.
 
El pueblo responde:
Demos gracias a Dios.
 
145. Después el sacerdote venera el altar con un beso, como al comienzo. Seguidamente, hecha inclinación profunda con los ministros, se retira.
 
145. Si inmediatamente sigue alguna acción litúrgica, se omite el rito de despedida.

BENDICIONES AL FINAL DE LA MISA
Y ORACIONES SOBRE EL PUEBLO

BENDICIONES SOLEMNES

El sacerdote puede utilizar las siguientes bendiciones a elección, al final de las celebraciones de la Misa, de la Liturgia de la Palabra, de la Liturgia de las Horas o de los Sacramentos.
 
El diácono o, a falta de éste, el mismo sacerdote, dice: Inclinados, reciban la bendición. Luego el sacerdote, con las manos extendidas sobre el pueblo, dice la bendición y todos responden: Amén.

 
6. Tiempo pascual
Dios Padre, que por la resurrección de su Unigénito
los ha redimido y les ha dado la gracia de la adopción filial
los colme con el gozo de su bendición.
R. Amén.
 
Cristo, que por su redención les obtuvo la perfecta libertad,
les conceda participar de la herencia eterna.
R. Amén.
 
Y ustedes, resucitados con él en el bautismo por la fe,
por medio de una vida santa
puedan llegar a la patria celestial.
R. Amén.
 
Y la bendición de Dios todopoderoso,
del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
R. Amén.
 

Fuente: Misal Romano y Leccionario II

www.servicioskoinonia.org (Comentario)

 

Compartir este post
Repost0

Comentarios

Présentation

  • : Por Cristo...Mas, Mas, Mas
  • : Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.
  • Contacto

Perfil

  • xcmasmasmas
  • Soy un Cristiano/Católico, preocupado por la difusión de la Palabra de Dios, convencido que en los momentos actuales la tecnologia de la información es uno de los principales medios para conseguir este objetivo.
Soy viudo, vivo en Santo Domingo,
  • Soy un Cristiano/Católico, preocupado por la difusión de la Palabra de Dios, convencido que en los momentos actuales la tecnologia de la información es uno de los principales medios para conseguir este objetivo. Soy viudo, vivo en Santo Domingo,

Solicitud de Oración

Hermano (a) que nos visita, si necesitas oración por cualquier motivo, solo debes escribir a;

xcmasmasmas@gmail.com, exponiendo tu causa por la cual quieres que oremos,

debes poner tu nombre

Buscar

Permisos

Cualquier artículo, fotos, etc. puede ser copiado por cualquier persona o grupo, que tenga las mismas inquietudes que nosotros, o sea la extensión del Reino de Dios en la tierra

Archivos