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24 diciembre 2011 6 24 /12 /diciembre /2011 21:39

Evangelio del Lunes Infraoctava de Navidad. Ciclo B. 26 de Diciembre, 2011

Lectura del Santo Evangelio, según San Mateo 10,17-22

Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará."

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor Jesús

Comentario:

Hoy en la Iglesia celebramos la memoria de Esteban, primer mártir de la fe. Su testimonio es una muestra de radicalidad y compromiso. Hoy encontramos una bonita oportunidad para preguntarnos: ¿Hasta dónde puede llegar nuestro compromiso de fe?

Dice la Palabra de Dios que Esteban, elegido para servir a las viudas de origen griego, entra en conflicto con otras personas de la sinagoga de los libertos. Él hace una exposición magistral de la historia de salvación que concluye en Jesús. Naturalmente, todo esto incomoda a sus opositores que se valen de mentiras para enjuiciarlo y posteriormente matarlo. La fe y el amor de Esteban son tan grandes que, aun ante los dolores de la muerte, es capaz de amar; y pide a Dios que no les tenga en cuenta ese pecado a los torturadores, a la vez que ve a Dios y a Jesús a su derecha. Ésa parece ser la suerte de los auténticos seguidores de Jesús - enfrentar mil adversidades con la fuerza y sabiduría que provienen del Espíritu Santo.

En el evangelio, también Jesús hace una advertencia a los discípulos a causa del proyecto de justicia que él propone. Les llevarán ante los tribunales (amenaza judicial), los azotarán en las sinagogas (castigo religioso) y los conducirán ante gobernadores y reyes (juicio político). Sin embargo, Jesús invita a depositar la confianza plena en Dios, pues será el Espíritu el que hablará por ellos y los asistirá en toda tribulación. La fuerza y el poder del Espíritu se pueden comprender como la gran experiencia y convicción que deben tener los auténticos seguidores de Jesús. Seguramente muchos de ellos se llenarán de miedo y negarán haber pertenecido a su proyecto; pero los que permanezcan fieles contarán con el favor de Dios.

Nuestra historia está llena de martirios. En todo el mundo hombres y mujeres se han dejado colmar por la fuerza de Dios y el amor a la humanidad, y han apostado sus vidas por la causa de la justicia, de la paz, del respeto a la madre tierra. A muchos de ellos, las estructuras de poder, las que dicen ser legítimas, les han quitado la vida para imponer sus propios intereses.

 

 

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24 diciembre 2011 6 24 /12 /diciembre /2011 20:44

Evangelio del Domingo de la Natividad del Señor. Ciclo B. 25 de diciembre, 2011

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 1-18)

Gloria a ti, Señor.

 

En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino testigo de la luz.

Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.

Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ”.

De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.

 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

Hoy celebramos la fiesta del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Es celebración de júbilo y alegría para los cristianos, los que reconocemos en Jesús al iniciador de un camino religioso universal ofrecido por Dios a toda la Humanidad.

Inauguramos hoy el tiempo de Navidad, tiempo en el cual cantamos alegres la presencia de Jesús en medio de nuestras comunidades.

La liturgia de hoy, además, nos propone el prologo del evangelio de Juan para la reflexión. Este himno al Verbo-Palabra de Dios, a la Verdad, a la Luz, que es Jesús mismo; posee una dinámica descendente. En el principio la Palabra se encuentra al lado de Dios y por ella son hechas todas las cosas. Es la Palabra preexistente, junto a Dios y antes de todos lo tiempos. Esta Palabra, que es Jesús puso su Morada entre nosotros, se hace carne, asume la condición humana, se hace uno de nosotros y porque él nos ha comunicado al Padre hemos visto a Dios. Juan vino a dar testimonio de Jesús, le preparó el camino, vino antes para anunciar la venida del Salvador. Vino la Luz que es Jesús y los suyos, que el evangelio de Juan llama judíos no lo recibieron, pero a los que le acogieron les dio el poder de hacerse hijos de Dios en el Hijo (hermanos). Como se ve es un texto teológico muy profundo, en él se expresa el misterio de la encarnación. Dios se hace hombre, asume la temporalidad y limitación de los hombres, para hacer infinito e ilimitado al hombre. Dios se hace hombre, para hacer del hombre imagen de Dios.

Esta es la misma dinámica que estamos invitados a asumir en nuestra vida como cristianos, encarnarnos, asumir los valores y realidades de los lugares donde vivimos; mirar hacia abajo, a los que son vistos por la sociedad como poca cosa, y reconocer que en ellos la revelación de Dios acontece a los ojos del creyente. Buscamos las seguridades en nuestras vidas, pero la novedad de la encarnación de Jesús es el riesgo de abandonar la seguridad del Padre para asumir la inseguridad de la condición humana y de la condición humana pobre, por eso es que creer en Jesús implica el riesgo de dejarlo todo para seguirle.

Para la revisión de vida
En todo caso, la Navidad es fiesta de humanización, que celebra lo más humano de la vida: el amor, la ternura, la familia, la solidaridad... ¿Qué debo hacer para que no se me escape una Navidad más, para vivirla a fondo?

 

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23 diciembre 2011 5 23 /12 /diciembre /2011 23:02

Evangelio del Sábado IV Semana de Adviento. Ciclo B. 24 de diciembre, 2011

 

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (1, 1-25)

 

Gloria a ti, Señor..

 

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:

Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz; Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.

David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos,durante el destierro en Babilonia.

Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

De modo que el total de generaciones desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y de la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin que él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz un hijo y él le puso por nombre Jesús.

 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

Hoy los cristianos estamos de fiesta, pues celebramos el nacimiento de Jesús. Es la fiesta del Dios humanado, que ha decidido hacerse hombre para vivir entre nosotros. El júbilo es grande, porque el nacimiento de un niño pone a Dios en medio de nosotros como maravillosa manifestación de su amor.

En la Palabra de Dios que leemos hoy vemos con claridad la opción de Dios a favor de su pueblo, que en respuesta abre el corazón a sus mandatos.

En la primera lectura, el profeta Isaías le recuerda al pueblo que Dios le prefiere, que las tristezas vividas en otro tiempo, allá en el destierro, son ahora superadas por la predilección. El lenguaje de este texto es bastante afectivo. Dios conquista al pueblo por el corazón y lo conduce de manera amorosa, sin que sus pies tropiecen. De alguna manera, el profeta busca mantener viva la fe y la alegría del pueblo; si en otro momento anduvo en tinieblas, ésta es la hora de la luz. Dios ha hecho una opción definitiva, ahora no se apartará de su pueblo; y los que algún día fueron esclavos vivirán para siempre en libertad.

En la segunda lectura Pablo hace una excelente síntesis de la salvación de Israel, partiendo de la elección que Dios hizo desde los patriarcas, pasando por la liberación de Egipto, las tribus, la monarquía y el destierro en Babilonia. Pablo enlaza toda la historia anterior con Jesús y con Juan. Ellos encarnarán el cumplimiento del plan de Dios. Esta lectura paulina de la historia es una forma de reafirmar que Jesús es el esperado de los tiempos, que en él toda la historia cambia de sentido y es recreada. Las comunidades cristianas, como nuevo pueblo de Dios, son ahora las elegidas para que Cristo viva en ellas.

En el evangelio de Mateo, lo primero que encontramos es una relación de la genealogía de Jesús. Tal genealogía termina diciendo que Jesús nace de María, la esposa de José. Este tipo de relato es una producción teológica de la comunidad cristiana, que vincula a Jesús con una serie de personas influyentes en la vida del pueblo, en cuanto que ellas fueron mediación para la intervención histórica de Dios.

Hoy, al celebrar el misterio de la encarnación, reconocemos que Dios se humaniza en Jesús, niño humilde, pobre, frágil, que revela otra lógica, la del amor indefenso del buen Dios que necesita ser cuidado para sobrevivir.

Hoy la sociedad ha banalizado el misterio y ha convertido la navidad en una oportunidad de derroche y consumo. La sencillez del pesebre ha sido remplazada por la opulencia de los centros comerciales, donde se repiten oraciones y cantos navideños que fomentan la alienación y favorecen el mercado de sus propios productos. El capitalismo ha convertido la navidad en la fiesta de los ricos, en la que se obsequian entre sí con muchos y lujosos regalos, y que ha agrandado la distancia con los pobres, que no tienen ni qué comer ni qué regalar. Con seguridad es en estos pobres donde Jesús nace; y desde ahí nos desafía a asumir un proyecto de transformación a favor de la vida de los pobres, sus predilectos, los predilectos del corazón de Dios.

 

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21 diciembre 2011 3 21 /12 /diciembre /2011 19:38

Evangelio del Viernes IV Semana de Adviento. Ciclo B. 23 de diciembre, 2011

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 57-66)

Gloria a ti, Señor.

 

Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían:

“Pero si ninguno de tus parientes se llama así ”.

Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño.

El pidió una tablilla y escribió:

“Juan es su nombre”.

Todos se quedaron extrañados.

En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.

Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.

 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

La esperanza se sigue fortaleciendo en estos días, cuanto más nos acercamos a la fiesta del nacimiento de Jesús. En él el cumplimiento de las promesas se hace realidad para los menos favorecidos.

En aquellos días a los que hace referencia el evangelio de Lucas, el pueblo estaba a la espera del Mesías. Algunos esperaban un jefe militar, otros un líder religioso, otros un caudillo político; por eso la expectativa del pueblo es grande. Primero la mudez de Zacarías y ahora la recuperación de su voz ante el inminente cumplimiento de la promesa, es una muestra más del amor y del poder del Dios de la vida y de la liberación.

El nacimiento de Juan está íntimamente ligado con la venida del Mesías. La tradición decía que antes del Mesías vendría el profeta Elías, como precursor del Hijo de Dios Altísimo; y Juan -como nuevo Elías- encaja dentro de esa tradición.

Hoy, como cristianos, estamos llamados a recuperar la solidaridad y la alegría como actitudes propias del pueblo de Dios. Necesitamos que nuestra esperanza sea alegre, dinámica, promotora de vida y festiva, por el favor de Dios.

 

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21 diciembre 2011 3 21 /12 /diciembre /2011 18:14

Evangelio del Jueves IV Semana de Adviento. Ciclo B. 22 de diciembre, 2011

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 46-56)

Gloria a ti, Señor.

 

En aquel tiempo, dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas

el que todo lo puede.

Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder de su brazo:

dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre”.

María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

El profetismo es otra dimensión que tenemos que recuperar en estos días de adviento. El mundo de hoy necesita urgentemente de voces que denuncien la injusticia y la corrupción de los poderosos, y que sean buena noticia para los más pobres.

En el evangelio de hoy encontramos el canto de María, una bella pieza de poesía y teología profética; se trata de una relectura del canto de Ana (1Sam 1,24-28), que las primeras comunidades cristianas colocaron para resaltar la dimensión profética del nacimiento de Jesús.

El “Magnificat” es un canto a la vida del pueblo que lucha por un proyecto de justicia. Dios se pone del lado de los empobrecidos, los colma de bienes, los enaltece, mientras que a los ricos los destrona y los manda con las manos vacías. La esperanza del pueblo tiene que ver con la transformación de las estructuras que los poderosos han predeterminado. El Canto de María es una profecía sobre un nuevo orden, en el que los pobres serán los predilectos del amor de Dios.

La otra dimensión es el agradecimiento a Dios por elegir a una mujer pobre y sencilla por madre del salvador. Ese hecho muestra una vez más que el corazón de Dios apuesta por los humildes y sencillos.

 

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19 diciembre 2011 1 19 /12 /diciembre /2011 22:57

Evangelio del Miércoles IV Semana de Adviento. Ciclo B. 21 de diciembre, 2011

Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas 1,39-45

Gloria a ti, Señor

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor Jesús

Comentario:

En estos días, sigue siendo de vital importancia que nuestra preparación para el nacimiento de Jesús sea misionera. El mundo de hoy clama por la solidaridad y la fraternidad.

En el evangelio que leemos, encontramos a María en una actitud misionera. La visita a Isabel se caracteriza por una serie de acciones que revelan el anuncio de Buenas Noticias.

María viaja desde el Norte hasta la región de Judea, para visitar a Isabel; ese solo gesto de desplazamiento es un hecho que muestra el poder del envío de Dios. Es la materialización de la generosidad.

El saludo de María a Isabel es toda una fiesta de la maternidad de Dios. El niño Juan dando saltos de alegría en el vientre, en reacción a las palabras de María, es un símbolo del poder de la Palabra divina que va sembrando alegría y gozo por todas partes. Los movimientos no dejan de ser significativos, lo que rompe con todo formalismo. Dios mismo supera los formalismos para expresarse de la manera que él quiere.

Hoy, la sociedad está perdiendo sensibilidad a las voces de Dios. Tenemos el desafío de recuperarla.

 

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19 diciembre 2011 1 19 /12 /diciembre /2011 22:36

Evangelio del Martes IV Semana de Adviento. Ciclo B. 20 de diciembre, 2011

Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas 1,26-38

Gloria a ti, Señor

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin."

Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor Jesús

Comentario:

En estos días de adviento, María, la Madre de Jesús, es una persona clave para entender por dónde transita el plan de Dios. En la disponibilidad de María, los creyentes encontramos un modelo de discipulado.

El anuncio del ángel a María acontece a través de un diálogo, entre ella y un mensajero de Dios. A diferencia del anuncio a Zacarías, el encuentro se da fuera del templo y con una persona humilde, lejos de toda dignidad sacerdotal. María, una mujer joven, sin esposo, oriunda de Nazaret, es el medio elegido por Dios para la encarnación de su Hijo, lo que significa que los pobres son los elegidos para realizar el proyecto liberador de Dios.

Los temores de María son normales; ella podría caer en manos de los legalistas, que la pueden apedrear por su embarazo antes del matrimonio; sin embargo, ella dice sí, está dispuesta a correr todos los riesgos. La respuesta incondicional de María la convierte en discípula, ya que sabe distinguir la voz de Dios, la escucha atentamente y la pone por obra. En ese sentido participa plenamente del proyecto de la salvación.

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18 diciembre 2011 7 18 /12 /diciembre /2011 20:40

Evangelio del Lunes IV Semana de Adviento. Ciclo B. 19 de diciembre, 2011.

Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas 1,5-25

Gloria a ti, Señor

En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.

Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto."

Zacarías replicó al ángel: "¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada." El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento."

El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: "Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres."

 

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor Jesús

Comentario:

El evangelio de hoy presenta el anuncio del nacimiento de Juan a Zacarías, un anciano sacerdote, servidor en el templo de Jerusalén. Los términos del anuncio son similares a los del anuncio a María; sin embargo, Zacarías no cree que el designio de Dios pueda ser posible, dada la avanzada edad de él y de su esposa Isabel.

Las palabras del ángel clarifican a Zacarías el proyecto de Dios, a la vez que confrontan la fe del sacerdote. Aquí no hay una respuesta de disposición total; al contrario, Zacarías duda del querer de Dios, lo que va a generar su mudez. La mudez de Zacarías es una muestra del silencio sacerdotal y religioso ante la venida del Hijo de Dios. En esa lógica cultual no es fácil celebrar el anuncio de un hijo, aunque éste les devuelva el reconocimiento social y religioso.

Hoy también los creyentes estamos llamados a someter a juicio nuestra fe en Dios y reconocer su voz en los signos de los tiempos, que exigen nuestra respuesta. Históricamente han sido muchos los silencios que silencian también a Dios Nosotros no podemos callar y no podemos desconfiar de la grandeza del poder de Dios, que mantiene su promesa de liberación, aun valiéndose de los medios más inesperados.

 

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16 diciembre 2011 5 16 /12 /diciembre /2011 18:58

Evangelio del Domingo IV Semana de Adviento. Ciclo B. 18 de diciembre, 2011.

Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas 1,26-38

Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le podrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?"

El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor Jesús

Comentario:

La lectura del segundo libro de Samuel nos cuenta que, deseando David edificarle una casa Yahvé en Jerusalén, Yahvé dirigió la palabra al profeta Natán, para comunicarle que no sería David quien le edificaría una casa a Yahvé, sino que Yahvé le edificaría una casa a David. En aquellos tiempos «casa» se entiendía de varias maneras, como Templo, como morada, o como descendencia. Esta profecía quiere decir es que Dios le dará una descendencia a David, es decir, la permanencia del linaje de David sobre el trono de Israel. Está es la promesa que hace Yahvé a David y que la tradición posterior interpretará en relación con el Mesías como hijo-descendiente de David. La primitiva Iglesia entendió estas palabras en relación con Jesús como el verdadero Mesías. Mateo y Lucas se esfuerzan en presentar en sus genealogías a Jesús como descendiente de David, y varias veces se le llama Hijo de David. Es claro, Jesús es el Mesías esperado, en él se cumplen las promesas de Dios.

En los versículos que hemos leído del largísimo salmo 88 están dispuestos en la liturgia para mostrarnos la relación de Jesús con Dios. El salmo es un himno al Creador seguido de un oráculo mesiánico. En este oráculo el salmista pone en boca de Dios estas palabras: yo lo nombraré mi primogénito, altísimo entre los reyes de la tierra. Se refiere al Mesías, al salvador esperado, pero que nosotros como cristianos lo leemos claramente referido a Jesús. Él es el Hijo, la primicia por la que todos seremos salvados, el primogénito entre todos los hombres. Por su predicación, por su sencillez y servicio a los más pequeños, por su sí incondicional a Dios hasta la muerte, Dios lo resucitó haciéndolo altísimo entre los reyes de la tierra.

La segunda lectura tomada de la carta de Pablo a los Romanos nos presenta una oración de alabanza a Dios (doxología) con la que concluye toda la carta. La oración está dirigida a Jesucristo, en él cual se revela el misterio que Dios había mantenido oculto por siglos, pero que ahora, gracias a la Escritura y la predicación del mismo Jesucristo fue dado a conocer a todos, pero especialmente a los gentiles para la obediencia de la fe. Finaliza con una bendición tomada de las costumbres judías. Reconocemos que el misterio oculto por los siglos, es Jesús mismo que ahora nos revela el rostro del Padre y que se convierte en salvación para de todos los hombres.

En el evangelio leemos el anuncio del ángel a María del nacimiento de Jesús, que la convierte en la primera discípula y evangelizada: escucha la palabra de Dios, es capaz de reconocer que la acción de Dios pasa por los más pequeños y humildes. María era una mujer joven y pobre de un pueblo muy pequeño del norte del país. Ella recibe el anuncio del ángel, que la sorprende pero que sabe reconocer la acción de Dios en el anuncio. Le dice sí a Dios. A diferencia de Zacarías el signo que pide María no parte de la incredulidad, sino de la necesidad de poner por obra las palabras del ángel.

El evangelista Lucas pone de manera consecutiva el anuncio a Zacarías y el anuncio a María para resaltar que la acción de Dios se manifiesta fuera del Templo, fuera del lugar sagrado, en medio de los pobres y abandonados, como lo es María triplemente excluida por ser mujer, por ser pobre y por ser joven. Y es en ese lugar de marginación y pobreza donde el proyecto de Dios para la humanidad va a fructificar, por medio del sí consciente de María y de todos los que se identifican con ella.

El niño que nacerá de María será el Salvador, el Mesías, un «Hijo de Dios». Dios se hace ser humano en la persona de Jesús para que siendo como él, los seres humanos seamos semejantes a Dios. Pero no lo hace en contra de la voluntad de los hombres. María, con su «sí» al proyecto de Dios, introduce a Jesús en la historia, haciéndose hombre pobre y creyente.

Adviento es tiempo de preparación, de espera de la fiesta de la Natividad, de la manifestación del Mesías. Participar de esta fiesta es asumir la misma dinámica de María que le dice sí a Dios, y la misma actitud de Dios que se hace pobre para nuestra salvación en la persona de Jesús de Nazaret.

 

 

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16 diciembre 2011 5 16 /12 /diciembre /2011 15:48

Evangelio del Sábado III Semana de Adviento. Ciclo B. 17 de diciembre, 2011

Lectura del Santo Evangelio, según San Mateo 1,1-17

Gloria a ti, Señor

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor Jesús

Comentario:

El evangelista Mateo presenta hoy una espléndida lista de los antepasados de Jesús. Se trata de un ejercicio en el que confluyen teología e historia. Ésta es la comprensión que hacen las primeras comunidades cristianas: Si Jesús es tan importante, lo lógico es vincular sus origines a una cadena de personas muy importantes para el pueblo.

Este árbol genealógico vincula a Jesús con quienes han configurado la historia de su pueblo, patriarcas, reyes, sacerdotes, profetas; también mujeres extranjeras y profetas populares. Es una relectura de la historia del pueblo de Israel, que desemboca en Jesús, el Mesías.

Es importante observar que en los antepasados de Jesús tienen cabida personas que han sido instrumentos para realizar la voluntad de Dios; ése es carácter teológico de este relato. Si no lo vemos así, fácilmente podemos llegar a pensar que se trata de una cadena histórica de muchos hombres poderosos, con poca participación de la mujer. Sin embargo es en una mujer, María, en la que converge y tiene desenlace toda esta historia.

Hoy estamos invitados por la Palabra de Dios a recuperar la memoria. Seguramente en nuestra comunidad han existido hombres y mujeres muy valiosos que han sido testimonio de auténtico compromiso cristiano.

 

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