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20 marzo 2012 2 20 /03 /marzo /2012 03:45

Ordinario de la Misa: Miércoles  IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 21 de Marzo, 2012

El Señor es compasivo y misericordioso

Feria de la 4a. semana de Cuaresma

Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor

Antífona de Entrada

Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, elevo a ti mi súplica: Respóndeme, Dios mío, según tu gran amor y tu fidelidad a las promesas.

Oración Colecta

Oremos:

Señor, tú que recompensas al justo y perdonas al pecador que se arrepiente, ten piedad de nosotros, para que la humilde confesión de nuestras faltas nos obtenga tu perdón.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Isaías (49, 8-15)

Esto dice el Señor:

“En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día de la salvación te auxilié. Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros: ‘Salgan’, y a los que están en tinieblas: ‘Vengan a la luz’.

Pastarán de regreso a lo largo de todos los caminos, hallarán pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre ni sed, no los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos los conducirá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las montañas y pondrán terraplén a mis calzadas.

Miren: éstos vienen de lejos; aquéllos, del norte y el poniente, y aquéllos otros, de la tierra de Senim.

Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia de los desamparados. Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su creatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas?

Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti”, dice el Señor todopoderoso.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 144

El Señor es compasivo

y misericordioso.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.

El Señor es compasivo

y misericordioso.

El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia.

El Señor es compasivo

y misericordioso.

Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.

El Señor es compasivo

y misericordioso.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Juan (5, 17-30)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer curaciones en sábado):

“Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo”. Por eso los judíos buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose así con Dios.

Entonces Jesús les habló en estos términos: “Yo les aseguro:

El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes.

Así como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a quien él quiere dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre.

Yo les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó de la muerte a la vida.

Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán. Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre.

No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

La misión de Jesús es realizar la voluntad del Padre. Las acciones de Jesús están inspiradas y legitimadas por la acción continua del Padre: crear, salvar (redimir, liberar) y santificar. En crear, salvar y santificar se manifiesta el amor de Dios. Y Jesús vino a hacer visible, tangible y posible el amor de Dios en medio de la humanidad. La voluntad de Dios es que “todos los seres humanos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” y ésa es la misión permanente de Jesús. Es precisamente lo que no podían comprender los dirigentes religiosos judíos: ¿cómo es posible que Jesús se atreva a llamar Padre (Abba, papito) a Dios, con una confianza tal que les sonaba a blasfemia, es decir, a grave ofensa a Dios? ¿Cómo es posible que se atreva a afirmar que él sabe lo que piensa, siente y hace Dios, y, más aún, que él piensa, siente y actúa como el Padre Dios? – Pero también los creyentes, seguidores de Jesús, estamos llamados a realizar en todo la voluntad de Dios. Ésa es, precisamente, nuestra misión en medio de la vida presente. Estamos llamados a prolongar la misión salvífico-liberadora de Jesús en nuestra historia.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que el poder de este sacrificio elimine en nosotros las consecuencias del pecado y nos haga crecer en santidad de vida.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma V

El camino del éxodo

en el desierto cuaresmal

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.

Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus maravillas.

Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Oración después de la Comunión

Oremos:

No permitas, Señor, que el sacramento que hemos recibido, vaya a ser motivo de condenación, pues tu providencia lo ha instituido para salvación nuestra.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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20 marzo 2012 2 20 /03 /marzo /2012 00:15

Ordinario de la Misa: Martes IV Semana de Cuaresma. Ciclo B.  20 de Marzo, 2012

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza

Feria de la 4a. semana de Cuaresma

Crea en mí, Señor, un corazón puro

Antífona de Entrada

Todos los que estáis sedientos, venid por agua, dice el Señor; aunque no tengáis dinero, venid a beber con alegría.

Oración Colecta

Oremos:

Que los sacrificios y oraciones cuaresmales dispongan, Señor, a tus hijos para celebrar dignamente el misterio pascual y trasmitir al mundo el feliz anuncio de la

salvación.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Ezequiel (47, 1-9. 12)

En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.

Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre salió hacia el oriente, y con la cuerda que tenía en la mano, midió quinientos metros y me hizo atravesar por el agua, que me daba a los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo pasar; el agua me daba a las rodillas. Midió quinientos más y me hizo cruzar; el agua me daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía vadear, pues habían crecido las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces me dijo: “¿Has visto, hijo de hombre?”

Después me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás, vi una gran cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me dijo:

“Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 45

Con nosotros está Dios,

el Señor.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes.

Con nosotros está Dios,

el Señor.

Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba.

Con nosotros está Dios,

el Señor.

Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra.

Con nosotros está Dios,

el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación,que regocija.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Juan (5, 1-3. 5-16)

Gloria a ti, Señor.

Era un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada Betesdá, en hebreo, con cinco pórticos, bajo los cuales yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos estaba un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Al verlo ahí tendido y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado, Jesús le dijo: “¿Quieres curarte?” Le respondió el enfermo: “Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua. Cuando logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo”. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.

Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido curado: “No te es lícito cargar tu camilla”. Pero él contestó: “El que me curó me dijo: ‘Toma tu camilla y

anda’ ”. Ellos le preguntaron:

“¿Quién es el que te dijo: ‘Toma tu camilla y anda’?”

Pero el que había sido curado no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre la muchedumbre. Más tarde lo encontró Jesús en el templo y le dijo: “Mira, ya quedaste sano. No peques más, no sea que te vaya a suceder algo peor”. Aquel hombre fue y les contó a los judíos que el que lo había curado era Jesús. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

La piscina de Betesda estaba dedicada a Esculapio, dios griego de la salud. Muchos acudían allí a buscar curación de sus enfermedades. Es el caso de este paralítico que no alcanza a entrar en la piscina cuando las aguas se mueven y ocurren las curaciones. Jesús le ordena que se levante y camine. Efectivamente, el paralítico queda sano por la palabra de Jesús. Jesús se revela como “agua que da vida”. Su palabra es palabra de vida. Este hecho despierta la inconformidad de los dirigentes judíos, adversarios de Jesús. No cuestionan que haya curado al paralítico, sino que lo haya hecho en sábado, el gran día del descanso de los judíos en honor de Dios. Jesús interpela tanto al paralítico curado como a los incrédulos judíos. Al primero le advierte que su liberación-sanación ha sido integral; ahora tiene la oportunidad de iniciar una vida nueva. A los dirigentes religiosos les declara que el Padre no cesa de trabajar. Esto debió sonar duro, blasfemo, a los oídos de los judíos que consideraban que Dios permanecía en permanente descanso. No, Dios es un Dios en permanente actividad creadora y salvífica. – Nuestras comunidades deben ser fuentes de vida y de esperanza para todos.

 

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que tu providencia nos ha dado para sostén de nuestra vida mortal y conviértelos, para nosotros, en alimento que da la vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma IV

Los frutos del ayuno

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor.

Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que este sacramento, Señor, purifique y renueve nuestro espíritu e infunda en nuestro cuerpo la fuerza necesaria para vivir y morir cristianamente.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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18 marzo 2012 7 18 /03 /marzo /2012 20:42

Ordinario: Lunes 19 de marzo: Lunes de la IV semana de Cuaresma

SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA. SOLEMNIDAD.

Color blanco. Misa y lecturas propias de la solemnidad (leccionario V). Gloria. Sin Aleluya. Credo.

Prefacio de san José. Plegaria Eucarística III. Bendición solemne de los santos.

 

La gracia, el amor y la paz de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, esté con todos vosotros.

 

Monición de entrada y acto penitencial: Celebramos hoy la solemnidad de san José, el esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús; el hombre bueno y justo, el servidor fiel y solícito a quien el Señor puso al frente de su familia.

Hoy, para celebrar su fiesta, nos reunimos para escuchar la Palabra de Dios y compartir el Pan de la Eucaristía; comenzando nuestro encuentro con unos momentos de silencio para ponernos ante Dios, y pedirle que nos perdone y nos dé su gracia, para que, al igual que san José, sepamos serle fieles en el camino de la vida.

 

Yo confieso...

 

Gloria cantado.

 

Colecta: Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de san José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Credo: Confesemos ahora todos juntos nuestra fe en Dios Padre, Hijo, y Espíritu Santo; la fe de todos los cristianos.

 

Oración de los fieles: Oremos ahora confiadamente a Dios nuestro padre, que confió a san José la custodia de su Hijo, y pidámosle que por su intercesión escuche nuestras súplicas y las de toda la familia humana.

 

1.   Para que la Iglesia sea como San José, fiel custodia de los misterios del Hijo de Dios, y para que se vea enriquecida con la constante intercesión del esposo de la Virgen María. Roguemos al Señor.

2.   Para que mirando a San José, que supo contemplar al Hijo de Dios, muchos jóvenes fijen su mirada en Jesucristo que los ama, y lo sigan con generosidad en el ministerio sacerdotal. Roguemos al Señor.

3.   Para que San José, que fue un trabajador fiel y un padre ejemplar, interceda ante Dios para que los gobernantes del mundo procuren que a nadie falte trabajo y ayuden a los que deben mantener y educar una familia. Roguemos al Señor.

4.   Para que los agonizantes y los que hoy dejarán este mundo, por intercesión de San José, descubran la misericordia de Dios que se les manifiesta y puedan dejar este mundo en paz. Roguemos al Señor.

5.   Para que nosotros, llamados a vivir en la oscuridad y a la luz de la fe, dejemos que Dios avive nuestra fe y nos haga testigos de su amor para con nuestros hermanos. Roguemos al Señor.

 

Escucha nuestras oraciones, Señor, y ya que en nombre de san José, fiel custodio de tu Hijo encarnado te hemos suplicado, no permitas que nunca nos apartemos de Ti, antes bien danos tu luz y tu verdad para permanecer atentos a tu voz y dóciles en tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

 

Poscomunión: Señor, protege sin cesar a esta familia tuya, que ha celebrado con gozo la festividad de san José participando en la Eucaristía, y conserva en ella los dones que con tanta bondad le concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Bendición solemne:

 

-       Dios, nuestro Padre, que nos ha congregado para celebrar hoy la fiesta de san José, os bendiga, os proteja y os confirme en su paz.

-       Cristo, el Señor, que ha manifestado en san José la fuerza renovadora del misterio pascual, os haga auténticos testigos de su Evangelio.

-       El Espíritu Santo, que en san José nos ha ofrecido un ejemplo de caridad evangélica, os conceda la gracia de acrecentar en la Iglesia la verdadera comunión de fe y amor.

-       Y la bendición de Dios todopoderoso...

 

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17 marzo 2012 6 17 /03 /marzo /2012 01:07

Ordinario de la Misa: Domingo IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012

Cuarto Domingo de Cuaresma

Tu recuerdo, Señor, es mi alegría

Salva a tu pueblo, Señor

Antífona de Entrada

Alégrate, Jerusalén, y todos los que la amáis, reuníos. Regocijaos con ella todos los que participabais de su duelo y quedaréis saciados con la abundancia de sus consuelos.

No se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fiestas de la Pascua.

Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del segundo libro de

las Crónicas (36, 14-16. 19-23)

En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había consagrado en Jerusalén.

El Señor, Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio.

Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años.

En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en todo su reino, lo siguiente: “Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá.

En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 136

Tu recuerdo, Señor,

es mi alegría.

Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas.

Tu recuerdo, Señor,

es mi alegría.

Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”.

Tu recuerdo, Señor,

es mi alegría.

Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara!

Tu recuerdo, Señor,

es mi alegría.

¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti,

alguna otra alegría yo buscara!

Tu recuerdo, Señor,

es mi alegría.

 

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los Efesios (2, 4-10)

Hermanos:

La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados.

Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.

En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Juan (3, 14-21)

Gloria a ti Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo:

“Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.

La causa de la condenación es ésta:

habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.

En cambio, el que obra, el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

En la primera lectura, el Cronista se limita casi exclusivamente al juicio teológico sobre los hechos. Ante todo constata que el pueblo, empezando por sus jefes, no solamente no dio oídos a los repetidos llamamientos de los profetas, que invitaban a la conversión, sino que se burlaron de ellos, hasta el punto de provocar la ira de Dios, y ya no hubo remedio. Estos repetidos llamamientos hacen pensar sobre todo en Jeremías. Los setenta años de destierro serán una buena ocasión para descansar y restituir al Señor el tiempo que le habían negado. La Biblia hebrea termina con el segundo libro de las Crónicas. Por eso, el autor sagrado ha querido reproducir aquí el decreto de Ciro sobre la restauración posexílica, con el fin de que las últimas palabras de la Biblia fueran no una gota trágica, sino una puerta abierta a la esperanza.

Jn 3,14-21 corresponde a la respuesta que Jesús da a Nicodemo cuando pregunta «¿cómo puede ser eso?», refiriéndose al nuevo nacimiento en el Espíritu. Es también la segunda y última parte del diálogo de Jesús con este “jefe” de los fariseos de Jerusalén.

Nicodemo, cuyo nombre significa “el que vence al pueblo”, aparece varias veces en el evangelio de Juan (3,1-21; 7,50-52; 19,39). No es un cualquiera. Por su filiación religiosa es un fariseo, es decir, un rígido observante de la Ley, considerada como la expresión suprema e indiscutible de la voluntad de Dios para el ser humano. Es el primer rasgo que señala Juan antes del nombre mismo. Nicodemo se define como hombre de la Ley antes que por su misma persona. Juan añade otra precisión sobre el personaje: en la sociedad judía es un “jefe” título que se le aplica particularmente a los miembros del Gran Consejo o Sanedrín, órgano de gobierno de la nación (11,47). En éste, el grupo de los letrados fariseos era el más influyente y dominaba por el miedo a los demás miembros del Consejo (12,42).

Nicodemo habla en plural (3,2: sabemos). Es, pues, una figura representativa. La escena va a describir, por tanto, un diálogo de Jesús con representantes del poder y de la Ley. Nicodemo llama a Jesús “Rabbí” (3,2) término usado comúnmente para los letrados o doctores de la Ley que mostraban al pueblo el camino de Dios. Así es como este fariseo adicto ferviente de la Ley, ve a Jesús. Es extraño, porque hasta el momento, Jesús no ha dado pie para semejante interpretación de su persona. En realidad, Nicodemo está proyectando sobre Jesús la idea farisea de Mesías-maestro, avalado por Dios para interpretar la Ley e instaurar el reinado de Dios enseñando al pueblo la perfecta observancia de la Ley de Moisés. Lejos de comprender el cambio radical que propone Jesús. Para los fariseos en la Ley está el porvenir de Israel, para Jesús, el nacimiento en el Espíritu abre el reino de Dios al porvenir humano. El ser humano no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una Ley, sino por la capacidad de amar que completa su ser. Sólo con personas dispuestas a entregarse hasta el fin puede construirse la sociedad verdaderamente justa humana y humanizadora. La Ley no elimina las raíces de la injusticia. Por eso, una sociedad basada sobre la Ley, no sobre el amor, nunca deja de ser opresora, codiciosa e injusta.

La segunda parte del diálogo de Jesús con Nicodemo se centra en el que “bajó del cielo” sin dejar de ser “del cielo” “para que todo el que crea tenga vida eterna”. La reflexión de Jesús resalta la relación que hay entre creer y vivir en las obras de la vida eterna, es decir, en el reino de Dios. “Bajar del cielo” y ser “levantado” es un asunto de amor de Dios.. Veamos los énfasis teológicos propuestos por el discurso:

Frente a la centralidad farisaica de la Ley, el evangelio de Juan propone la dinámica liberadora de la fe en Jesús “levantado” (crucificado), como la serpiente que Moisés levantó en el desierto. Creer es la respuesta al inmenso amor de Dios. Es la reciprocidad del amor. Creer no es un concepto o una doctrina, es un acto de amor por el que adviene el reino de Dios. El juicio sobre la humanidad tiene como criterio la fe como acto de amor recíproco. Nuevamente llegamos a la insistencia de Juan. Una humanidad justa y feliz sólo es posible sobre el amor, no sobre la Ley. Ésta es la fe que proclama Juan.

Pablo, después de agradecer el don de la fe (Ef 1,3-14), contrasta y contrapone dos tiempos: el de la muerte y el de la resurrección. El tiempo de la muerte (Ef 2,1-3) corresponde a “delitos y pecados” según el “proceder de este mundo” bajo la dominación de Satanás. Es tiempo de esclavitud e infrahumanidad. De ese tiempo Dios rescata tanto a judíos como a gentiles, por ser “rico en misericordia”, vivificándolos “juntamente con Cristo”, por su resurrección. Sólo la gracia mediante el don de la fe puede “explicar” tal sobreabundancia de amor divino. El tiempo de la resurrección es tiempo de “nueva creación” en Cristo Jesús, lo que se expresa en las “buenas obras” practicadas por quienes han sido vivificadas y vivificados. No es de extrañar que la “medida” de las buenas obras sea como la medida de Dios: el amor. El tiempo de la resurrección es el tiempo de afirmación de la vida en el amor. Para la fe cristiana, la muerte (la esclavitud) no tiene la última palabra. Vivir a plenitud como nuevas criaturas el tiempo de la resurrección es el llamado que Pablo hace a lo largo de esta carta a la iglesia nacida entre la gentilidad.

Para la revisión de vida 
- Nicodemo se acercó a Jesús. Le movía la curiosidad, el deseo de escuchar una palabra especial, la revelación de algún oscuro secreto. ¿Por qué quiero yo acercarme a Jesús? Pero antes, ¿quiero yo acercarme a Jesús? ¿Deseo encontrarme con él? 
Nicodemo espera la llegada de la noche para buscar a Jesús. Era evidente su miedo a ser visto y delatado a esos judíos que por conveniencia no aceptaban al galileo. ¿Tenemos también el mismo miedo a que se nos descubra como seguidores de Jesús en sentido real y concreto, como luchadores por la justicia y la verdad?

 

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante:

Oremos a Dios, que es rico en misericordia, y que en Jesucristo nos ha llamado a

obrar según la ley del amor.

Digámosle:

Salva a tu pueblo, Señor.

Para que Jesús, que murió en la cruz para conseguirnos la reconciliación con Dios, ayude a su Iglesia a mantenerse fiel y a dispensar su misericordia y su perdón. Oremos.

Salva a tu pueblo, Señor.

Para que el Hijo de Dios, que dio su vida para reunir en un solo pueblo a quienes antes estaban distanciados por el odio, consiga de nuestro mundo el don de la Paz, la unidad y el amor.

Oremos.

Salva a tu pueblo, Señor.

Para que nuestro Mesías Salvador, que quiso acoger en su cuerpo todas las dolencias de la humanidad, las reciba hoy, las sane, las santifique, y haga brotar en los corazones de todos sentimientos de bondad y solidaridad.

Oremos.

Salva a tu pueblo, Señor.

Para que el Señor que fue colgado de un madero para enseñarnos la locura del amor de Dios Padre, alcance a los consagrados una entrega radical, un espíritu sin fronteras y un corazón nuevo.

Oremos.

Salva a tu pueblo, Señor.

Para que quien nos abrió el camino hacia la Vida, introduzca en ella a quienes hoy morirán.

Oremos.

Salva a tu pueblo, Señor.

Para que Jesús, que quiso darse en alimento a sus amigos, ayude a los que hoy celebramos esta Eucaristía a ser ofrenda generosa para los que tienen hambre de amor y esperanza.

Oremos.

Salva a tu pueblo, Señor.

 

Celebrante:

Señor Dios, que tanto amas al mundo que nos diste a tu Hijo para que nos salvara de la muerte y del pecado, escucha las súplicas que en nombre de todos los hombres te hemos presentado, y haz que un día gocemos de tu luz y de tu verdad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma III

Los frutos de la penitencia

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al darnos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad.

Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Jerusalén es una ciudad armónicamente construida. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Dios nuestro, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que nuestros pensamientos te sean agradables y te amemos con toda sinceridad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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16 marzo 2012 5 16 /03 /marzo /2012 22:25

Ordinario de la Misa: Sábado III Semana de Cuaresma. Ciclo B.  17 de Marzo, 2012

Bendice, alma mía, al Señor

Feria de la 3a. semana de Cuaresma

Señor, ten piedad de mí porque soy un pecador

Antífona de Entrada

Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios: El perdona todas tus culpas.

Oración Colecta

Oremos:

Concédenos, Señor, que celebrando con alegría esta Cuaresma, de tal modo penetremos el significado del misterio pascual, que obtengamos la plenitud de sus frutos.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Oseas (6, 1-6)

Esto dice el Señor:

“En su aflicción, mi pueblo me buscará y se dirán unos a otros: ‘Vengan, volvámonos al Señor; él nos ha desgarrado y él nos curará; él nos ha herido y él nos vendará. En dos días nos devolverá la vida, y al tercero, nos levantará y viviremos en su presencia.

Esforcémonos por conocer al Señor; tan cierta como la aurora es su aparición y su juicio surge como la luz; bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como lluvia de primavera que empapa la tierra’.

¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy a hacer contigo, Judá? Su amor es nube mañanera, es rocío matinal que se evapora. Por eso los he azotado por medio de los profetas y les he dado muerte con mis palabras. Porque yo quiero misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 50

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor.

Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos, y purifícame de mis pecados.

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor.

Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito,tú nunca lo desprecias.

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor.

Señor, por tu bondad, apiádate de Sión, edifica de nuevo sus murallas. Te agradarán entonces los sacrificios justos, ofrendas y holocaustos.

Misericordia quiero,

no sacrificios, dice el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Hagámosle caso al Señor que nos dice: “No endurezcan su corazón”.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (18, 9-14)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por buenos y despreciaban a los demás:

“Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias’.

El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’.

Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

La persona humana tiende a justificarse y auto-elogiarse. Este es el sentido de esta parábola, en la que la actitud prepotente y autosuficiente del fariseo contrasta con la actitud humilde y arrepentida del publicano. Los fariseos se consideraban personas sumamente religiosas, mientras que los publicanos -como recaudadores de impuestos- eran considerados pecadores e impuros; eran odiados y rechazados por la gente del común. El hecho de comprar los derechos para cobrar impuestos y luego colocar cargas arancelarias sumamente pesadas sobre la gente los hacía doblemente despreciables. Jesús no justifica la injusticia y la codicia del publicano de ninguna manera, sino que hace ver la actitud de arrepentimiento y el deseo de conversión que muestra el publicano. Éste sólo se limita a reconocer su pequeñez y su miseria delante de Dios; mientras el fariseo, embelesado en su prepotencia y soberbia religiosa, no es capaz de reconocer su realidad también pecadora. – Puede ser que estos dos modos de vida se den cita en nosotros: a veces nos creemos superiores a los demás. Pensamos que ya tenemos ganada la salvación porque practicamos ritos y cumplimos normas. Tal vez la actitud del publicano nos enseñe la humildad y la necesidad de la gracia de Dios para poder vivir la fidelidad al evangelio.

 

Oración sobre las Ofrendas

Tú que nos purificas con tu gracia para que nos acerquemos dignamente a tu Eucaristía, concédenos, Señor, celebrarla de tal modo, que podamos rendirte una alabanza perfecta.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma II

La penitencia de Espíritu

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque misericordiosamente estableciste este tiempo especial de gracia para que tus hijos busquen de nuevo la pureza del corazón y así, libres de todo afecto desordenado, de tal manera se apliquen a las realidades transitorias, que más bien pongan su corazón en las que duran para siempre.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

El publicano, manteniéndose a distancia, se golpeaba el pecho y decía: Señor, ten piedad de mí porque soy un pecador.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Dios de misericordia, que no cesas de alimentarnos con tu santa Eucaristía, concédenos venerarla siempre con respeto y recibirla con fe profunda.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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15 marzo 2012 4 15 /03 /marzo /2012 15:34

Ordinario de la Misa: Viernes III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 16 de Marzo, 2012

Tercer Viernes de Cuaresma

Yo soy tu Dios, escúchame

Antífona de Entrada

Señor, no hay otro dios igual a ti, porque sólo tú eres grande y haces maravillas; porque sólo tú eres Dios.

Oración Colecta

Oremos:

Infunde Señor, en nosotros tu gracia para que podamos dominar nuestras pasiones y permanecer fieles a tus palabras de vida eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Oseas (14, 2-10)

Esto dice el Señor Dios:

“Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo, pues tu maldad te ha hecho sucumbir. Arrepiéntanse y acérquense al Señor para decirle: ‘Perdona todas nuestras maldades, acepta nuestro arrepentimiento sincero, que solemnemente te prometemos.

Ya no nos salvará Asiria, ya no confiaremos en nuestro ejército, ni volveremos a llamar “dios nuestro” a las obras de nuestras manos, pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano’.

Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor; los amaré aunque no lo merezcan, porque mi cólera se ha apartado de ellos. Seré para Israel como rocío; mi pueblo florecerá como el lirio, hundirá profundamente sus raíces, como el álamo, y sus renuevos se propagarán; su esplendor será como el del olivo y tendrá la fragancia de los cedros del Líbano.

Volverán a vivir bajo mi sombra, cultivarán los trigales y las viñas, que serán tan famosas como las del Líbano. Ya nada tendrá que ver Efraín con los ídolos.

Yo te he castigado, pero yo también te voy a restaurar, pues soy como un ciprés, siempre verde, y gracias a mí, tú das frutos. Quien sea sabio, que comprenda estas cosas y quien sea prudente, que las conozca. Los mandamientos del Señor son rectos y los justos los cumplen; los pecadores, en cambio, tropiezan en ellos y caen”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 80

Yo soy tu Dios, escúchame.

Oyó Israel palabras nunca oídas: “He quitado la carga de tus hombros y el pesado canasto de tus manos. Clamaste en la aflicción y te libré.

Yo soy tu Dios, escúchame.

Te respondí, oculto entre los truenos, y te probé en Meribá, junto a la fuente. Escucha, pueblo mío, mi advertencia. ¡Israel, si quisieras escucharme!

Yo soy tu Dios, escúchame.

No tendrás otro Dios, fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros, porque yo el Señor, soy el Dios tuyo, que te sacó de Egipto, tu destierro.

Yo soy tu Dios, escúchame.

¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel mis mandamientos! Comería de lo mejor de mi trigo y yo lo saciaría con miel silvestre”.

Yo soy tu Dios, escúchame.

 

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca el Reino de los cielos.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Marcos (12, 28-34)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó:

“¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”

Jesús le respondió:

“El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”.

El escriba replicó:

“Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.

Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

El amor es el fundamento de la ley antigua. La pregunta del maestro de la ley por el mandamiento más importante da pie para que Jesús pueda confirmar este principio fundamental de la ley. El amor a Dios implica la totalidad de la persona. Nada puede sustituir al amor de Dios. El amor a Dios trae consecuencias directas para las relaciones de las personas: el amor al próximo guarda estrecha coherencia con el amor a Dios. El amor a Dios pasa, necesariamente, por el amor a las personas que están cerca, sin importar quiénes sean. Y el amor a sí mismo está relacionado con el respeto por la dignidad personal; implica valorarse a sí mismo. Hoy hemos creado muchos diosecillos que desplazan al verdadero Dios: el mercado, el internet, el deporte, etc. Son verdaderos ídolos que nos “engañan” y nos sacan de la realidad. Por otra parte, ¡cuánto nos cuesta reconocer en el rostro de las demás personas el mismo rostro de Dios! Tampoco la persona humana se autovalora: la droga, el alcohol, la prostitución, la promiscuidad, la guerra, la violencia intrafamiliar, etc. Esto demuestra que el amor, como principio de humanización, es el permanente ausente de nuestro mundo.

 

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con benevolencia los dones que te presentamos; que te sean agradables y se conviertan para nosotros en fuente de salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma I

Significado espiritual

de la Cuaresma

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.

Por Él concedes a tus hijos anhelar, año tras año, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los sacrificios.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que la fuerza de tu espíritu vigorice, Señor, todo nuestro ser para que podamos obtener plenamente la salvación, cuya prenda hemos recibido en esta

Eucaristía.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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13 marzo 2012 2 13 /03 /marzo /2012 22:01

Ordinario de la Misa: Jueves III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 15 de Marzo, 2012

Señor, que no seamos sordos a tu voz

Feria de la 3a. semana de Cuaresma

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor

Antífona de Entrada

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.

Oración Colecta

Oremos:

Te pedimos, Señor, humildemente, que conforme se acerca la fiesta de nuestra redención, crezca en nosotros el fervor para celebrar santamente la Pascua de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Jeremías (7, 23-28)

Esto dice el Señor: “Esta es la orden que di a mi pueblo:

‘Escuchen mi voz, y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que yo les mostraré, para que les vaya bien’.

Pero ellos no escucharon ni prestaron oído. Caminaron según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, y en vez de darme la cara, me dieron la espalda, desde que sus padres salieron del país de Egipto hasta hoy.

Yo les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero ellos no los escucharon ni les prestaron oído. Endurecieron su cabeza y fueron peores que sus padres. Tú les dirás, pues, todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán.

Entonces les dirás:

‘Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección. Ya no existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca’ ”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 94

Señor, que no seamos sordos

a tu voz.

Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo,y démosle gracias.

Señor, que no seamos sordos

a tu voz.

Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, porque él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.

Señor, que no seamos sordos

a tu voz.

Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”.

Señor, que no seamos sordos

a tu voz.

 

Aclamación

antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mi, que soy compasivo y misericordioso.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 14-23)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada.

Pero algunos decían:

“Este expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo:

“Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás.

Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo desparrama”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

Jesús realiza acciones que liberan a las personas oprimidas por muchas afecciones y opresiones. De esta forma, su palabra queda ratificada por sus hechos. Hay coherencia entre el decir y el hacer de Jesús. Las gentes de su tiempo tenían que callar forzosamente ante tanta corrupción y represión por parte de los gobernantes nacionales e imperiales. Jesús devuelve la palabra a los enmudecidos. La palabra significa visualización-revelación de la interioridad de la persona. Al devolverles la palabra, Jesús está desencadenando a las personas de la esclavitud del silencio y del anonimato. Esta acción de Jesús es un desafío para los dirigentes políticos y religiosos de entonces. Por eso, tratan de acallar también a Jesús, desacreditándolo y descalificándolo. Si realiza acciones prodigiosas, liberadoras, dicen que es por la acción del demonio (Belcebú); pero Jesús los confronta y cuestiona: Él combate el espíritu del mal en nombre del Dios de la vida, el Dios del Reino. Por eso, toda acción que implica liberar al ser humano de cualquier tipo de opresión o esclavitud es signo tangible de la presencia activa del Reino en medio de la humanidad. –Devolver la palabra a los acallados de la historia es también nuestra misión de seguidores de Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Preserva, Señor, a tu pueblo de toda maldad para que sus ofrendas te sean agradables; no permitas que nos entreguemos a los falsos placeres, para que podamos alcanzar la recompensa prometida.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma V

El camino del éxodo

en el desierto cuaresmal

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.

Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus maravillas.

Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que la gracia de tu salvación, que hemos recibido en este sacramento, transforme, Señor, toda nuestra vida.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

 

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13 marzo 2012 2 13 /03 /marzo /2012 21:13

Ordinario de la Misa: Miércoles III Semana de Cuaresma. Ciclo B.  14 de Marzo, 2012

Demos gloria a nuestro Dios

Feria de la 3a. semana de Cuaresma

Haz, Señor, que siga con firmeza tu palabra

Antífona de Entrada

Haz, Señor, que siga con firmeza tu palabra, para que no se apodere de mí ningún pecado.

Oración Colecta

Oremos:

Te pedimos, Señor, que purificados por las practicas cuaresmales y alimentados con tu palabra, podamos entregarnos enteramente a tu servicio y perseverar unidos en la oración.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del

Deuteronomio (4, 1. 5-9)

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo:

“Ahora, Israel, escucha los mandatos y preceptos que te enseño, para que los pongas en práctica y puedas así vivir y entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.

Yo les enseño mandatos y preceptos, como me ordena el Señor, mi Dios, para que se ajusten a ellos en la tierra en que van a entrar y que van a tomar en posesión. Guárdenlos y cúmplanlos, porque ellos son su sabiduría y su prudencia a los ojos de los pueblos.

Cuando tengan noticia de todos estos preceptos, se dirán:

‘En verdad esta gran nación es un pueblo sabio y prudente’. Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos? ¿Cuál es la gran nación cuyos mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les doy?

Pero ten cuidado y atiende bien: No vayas a olvidarte de estos hechos que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; al contrario, transmíteselos a tus hijos y a los hijos de tus hijos”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 147

Demos gloria a nuestro Dios.

Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa.

Demos gloria a nuestro Dios.

El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. El envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.

Demos gloria a nuestro Dios.

Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.

Demos gloria a nuestro Dios.

 

Aclamación

antes del Evangelio

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna.

Honor y gloria a ti,

Señor Jesús.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (5, 17-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.

Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Comentario:

Jesús declara que no ha venido a abolir la ley, sino a llevarla a su plenitud. La ley surgió en el pueblo de Israel como garantía de su libertad y de su identidad como pueblo. Por lo tanto, el espíritu de la ley es liberador, dignificador y garante de unas relaciones justas para todo el pueblo. Pero con el trascurrir del tiempo este espíritu se fue perdiendo. Vinieron las instituciones religiosas (el templo) y políticas (la monarquía) que reprodujeron las estructuras opresoras de los otros pueblos. Entonces el espíritu igualitario y justo que caracterizó los orígenes tribales de Israel se fue ahogando en medio de tanto precepto minucioso y deshumanizante. La ley que fundamentaba la justicia se convirtió en un instrumento de dominación y deshumanización. Tal vez lo mismo ha pasado con la propuesta de Jesús: el Reino. La excesiva institucionalización del mensaje evangélico fue opacando poco a poco la fuerza liberadora de la Buena Noticia de la salvación anunciada y testimoniada por Jesús. No se trata de acabar con las leyes o las instituciones, sino hacer que éstas vuelvan a ser garantía de libertad y de la dignidad para todos los seres humanos, preferencialmente para los empobrecidos y excluidos de nuestra sociedad.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, las ofrendas y oraciones que te presentamos y protege de todo mal a quienes celebramos tu Eucaristía.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Cuaresma IV

Los frutos del ayuno

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,Dios todopoderoso y eterno.

Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor.

Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciaras de gozo en tu presencia.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Santifícanos, Señor, con el pan del cielo que acabamos de recibir para que, libres de nuestras faltas, podamos alcanzar tus promesas eternas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

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11 marzo 2012 7 11 /03 /marzo /2012 19:59

 

ORDINARIO DE LA MISA: MARTES DE LA III SEMANA DE CUARESMA. CICLO B. 13 DE MARZO, 2012

 

Antífona de entrada

 

Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. Protégeme como a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas. (Cf. Sal. 16,6.8)

 

Oración colecta

 

Dios, salvador nuestro,

te pedimos que tu gracia nunca nos abandone,

nos haga vivir entregados a tu servicio

y nos proteja siempre.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Primera Lectura

Daniel 3,25.34-43

Acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde

En aquellos días, Azarías se detuvo a orar y, abriendo los labios en medio del fuego, dijo: "Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo; por Israel, tu consagrado; a quienes prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios, ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar misericordia.

Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados. Que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que en ti confían no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro, no nos defraudes, Señor. Trátanos según tu piedad, según tu gran misericordia. Líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor."

 

Palabra de Dios

Te Alabamos Señor

 

Salmo responsorial: 24

R. Señor, recuerda tu misericordia.

 

Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

R. Señor, recuerda tu misericordia.

 

Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas; / acuérdate de mí con misericordia, / por tu bondad, Señor.

R. Señor, recuerda tu misericordia.

 

El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes.

R. Señor, recuerda tu misericordia.

 

Evangelio

Lectura del Santo Evangelio, según San Mateo 18,21-35

Gloria a ti, Señor

Si cada cual no perdona de corazón a su hermano, tampoco el Padre os perdonará

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?"

Jesús le contesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.

Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano."

 

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor, Jesús

 

 

Oración sobre las ofrendas

 

Concédenos, Padre, que este sacrificio salvador

nos purifique de nuestros pecados

y atraiga sobre nosotros tu poderosa ayuda.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PREFACIO DE CUARESMA I:

Significado espiritual de la Cuaresma

 

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación 

darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,

Dios todopoderoso y eterno,

por Cristo Señor nuestro.

 

Por Él reanimas en tus hijos

la confianza de ser el pueblo de tu elección,

para que dedicados con mayor entrega 

a la alabanza divina y al amor fraterno, 

por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, 

participemos con plenitud de los dones del Espíritu

y del gozo de tu Reino.

 

Por eso, con los ángeles y los arcángeles 

y con todos los coros celestiales,

cantamos sin cesar el himno de tu gloria.

 

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de comunión

Señor, ¿quién se hospedará en tu carpa? ¿quién habitará en tu santa montaña? El que procede rectamente y practica la justicia. (Cf. Sal. 14,1-2)

 

Oración después de la comunión

 

Te pedimos, Padre,

que la sagrada participación en este sacramento

renueve nuestra vida,

nos purifique de nuestros pecados

y nos otorgue tu protección.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración sobre el pueblo

 

Dios nuestro, maestro y guía de tu pueblo,

aleja de él los pecados que le asaltan:

para que siempre te sea grato

y viva seguro con tu protección.

Por Cristo, nuestro Señor.

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11 marzo 2012 7 11 /03 /marzo /2012 19:10

ORDINARIO DE LA MISA: LUNES DE LA III SEMANA DE CUARESMA.CICLO B. 12 DE MARZO, 2012

 

Antífona de entrada

Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente. (Sal 83,3)

 

Oración colecta

Dios omnipotente,

purifica y protege a tu Iglesia

con tu constante misericordia

y ya que sin ti no puede vivir segura,

dirígela siempre con tu protección.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Primera Lectura

 

2Reyes 5,1-15a

Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio

En aquellos días, Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues por su medio el Señor había dado la victoria a Siria. Era un hombre muy valiente, pero estaba enfermo de lepra. En una incursión, una banda de sirios llevó de Israel a una muchacha, que quedó como criada de la mujer de Naamán, y dijo a su señora: "Ojalá mi señor fuera a ver al profeta de Samaría: él lo libraría de su enfermedad." Naamán fue a informar a su señor: "La muchacha israelita ha dicho esto y esto." El rey de Siria le dijo: "Ven, que te doy una carta para el rey de Israel." Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas de oro y diez trajes. Presentó al rey de Israel la carta, que decía así: "Cuando recibas esta carta, verás que te envío a mi ministro Naamán para que lo libres de su enfermedad."

Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las vestiduras, exclamando: "¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me encargue de librar a un hombre de su enfermedad? Fijaos bien, y veréis cómo está buscando un pretexto contra mí." El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras y le envió este recado: "¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel. Naamán llegó con sus caballos y su carroza y se detuvo ante la puerta de Eliseo. Eliseo le mandó uno a decirle: "Ve a bañarte siete veces en el Jordán, y tu carne quedará limpia." Naamán se enfadó y decidió irse, comentando: "Yo me imaginaba que saldría en persona a verme, y que, puesto en pie, invocaría al Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me libraría de mi enfermedad. ¿Es que los ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, no valen más que toda el agua de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y quedar limpio?" Dio media vuelta y se marchaba furioso. Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: "Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, lo harías. Cuanto más si lo que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes."

Entonces Naamán bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: "Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel."

 

Salmo responsorial: 41

R. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?

 

Como busca la cierva / corrientes de agua, / así mi alma te busca / a ti, Dios mío.

R. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?

 

Tiene sed de Dios, / del Dios vivo: / ¿cuándo entraré a ver / el rostro de Dios?

R. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?

 

Envía tu luz y tu verdad: / que ellas me guíen / y me conduzcan hasta tu monte santo, / hasta tu morada.

R. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?

 

Que yo me acerque al altar de Dios, / al Dios de mi alegría; / que te dé gracias al son de la cítara, / Dios, Dios mío.  

R. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?

 

Evangelio, Lucas 4,24-30

Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas

Gloria a ti, Señor

Jesús, igual que Elías y Eliseo, no ha sido enviado únicamente a los judíos

En aquel tiempo, dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio."

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

 

Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor, Jesús

 

Oración sobre las ofrendas

Te ofrecemos, Señor, estos dones

como expresión de nuestro servicio;

conviértelos para nosotros

en sacramento de salvación.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PREFACIO DE CUARESMA I:

Significado espiritual de la Cuaresma

 

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación 

darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,

Dios todopoderoso y eterno,

por Cristo Señor nuestro.

 

Por Él reanimas en tus hijos

la confianza de ser el pueblo de tu elección,

para que dedicados con mayor entrega 

a la alabanza divina y al amor fraterno, 

por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, 

participemos con plenitud de los dones del Espíritu

y del gozo de tu Reino.

 

Por eso, con los ángeles y los arcángeles 

y con todos los coros celestiales,

cantamos sin cesar el himno de tu gloria.

 

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de comunión

¡Alaben al Señor, todas las naciones, porque es inquebrantable su amor por nosotros! (Sal. 116,1-2)

 

Oración después de la comunión

Te rogamos, Señor,

que la comunión de tu sacramento

nos purifique de nuestras faltas

y nos congregue en la unidad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración sobre el pueblo

Te pedimos, Padre, que tu diestra defienda al pueblo que te invoca,

purifícalo e instrúyelo,

para que animado con el consuelo presente,

se encamine hacia los bienes futuros.

Por Cristo, nuestro Señor.

 

 

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