Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.
Evangelio del Sábado XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 18 de junio 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6, 24-34)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento? ¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan.
Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en todo el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos.
Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones.
A cada día le bastan sus propios problemas”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Ayer hablábamos de la consecuencia que ocasiona el estar apegado a lo material: la esclavitud. No queremos decir que lo material sea malo en sí; simplemente que, cuando eso material esclaviza a la persona, se vuelve alienante y dañino. Lo material, y, en el caso del evangelio de hoy, el dinero, es un medio para nuestra subsistencia; no es el fin último de nuestra existencia, como muchas veces se toma. “No pueden estar ustedes al servicio de Dios y del dinero”, nos dice el Señor. Un siervo de Dios no tiene amor al dinero, sino a su proyecto de vida, en el que el dinero juega un papel importante, pero no fundamental. “No anden angustiados por la comida para conservar la vida o por la ropa para cubrir el cuerpo”. Pareciera que Jesús estuviera promoviendo el no hacer nada, porque el Padre nos lo dará todo. La bien llamada providencia de Dios significa abandonarse con plena confianza a las manos del Padre. Y la actitud del discípulo ante esa providencia no es quedarse quieto y esperar a ver qué pasa, sino buscar ante todo el Reino de Dios y su justicia, que se traduce en trabajar por un mundo mejor.