Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.
Evangelio Martes I Semana de Adviento. Ciclo C. 4 de Diciembre, 2012.
Santoral: San Juan Damasceno
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (10, 21-24)
Gloria a ti, Señor.
En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó:
“¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se
lo quiera revelar”.
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
“Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
exclama con gozo ante la elección hecha por el Padre para revelar a los humildes y sencillos los misterios del Reino. Pero, a su vez, declara que esos mismos misterios se les ha ocultado a los sabios y entendidos. Y Lucas, el evangelista del Espíritu Santo, señala que Jesús está lleno del Espíritu de Dios. Generalmente se suele confundir la sabiduría con la acumulación de conocimientos, que producen poder y prestigio. Este gesto profético de Jesús (lleno del Espíritu) debió molestar a los maestros de la ley, sumos sacerdotes, letrados y demás líderes religiosos. ¿Cómo es posible que Dios elija a lo débil del mundo para revelar su sabiduría? Comenzando por Jesús, cuyo origen humano procede de la marginalidad y la pequeñez. Sin embargo, él es quien revela o comunica la sabiduría de Dios a la humanidad. Una vez más se hace necesario tener la sensibilidad del Espíritu para descubrir en nuestro entorno la sabiduría de Dios. –Tal vez no sea en los grandes centros de formación teológica, sino en las pequeñas comunidades de base o en grupos de oración, donde se muestra la revelación de Dios. Oremos al Señor para que nos conceda la sabiduría del Espíritu para descubrir la presencia del Reino en lo sencillo y pequeño de este mundo.
Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org