Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.
Evangelio Tiempo de Navidad. Ciclo C., Jueves 3 de Enero,. 2013.
Santoral del día: Santa Genoveva
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 29-34)
Gloria a ti Señor.
En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacía él, y exclamó:
“Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea
dado a conocer a Israel”.
Entonces Juan dio este testimonio:
“Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es
el Hijo de Dios”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Al ver que Jesús se acerca, Juan el Bautista dice: “He aquí el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo”. Esta frase abre un mar de preguntas: ¿Por qué se llama a Cristo el Cordero de Dios? ¿En qué sentido quita el pecado del mundo; por su inocencia, por su sacrificio? El Bautista se refiere al cordero pascual como símbolo de liberación del pueblo de Israel. El cordero era la víctima común en todo sacrificio oficial o particular. De ahí que Juan considera al cordero como un símbolo de redención y sacrificio por los pecados. También puede hacer referencia al Siervo de Yahvé de Isaías, que va como cordero llevado al matadero cargando sobre sí los pecados de la humanidad. En la celebración eucarística escuchamos: “Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, haciendo memoria perenne de la opción de Jesús de ofrecer su vida, como Cordero “degollado”, en sacrificio solidario para alcanzar una vida plena para la humanidad.
Realizar acciones que proporcionen vida a los más necesitados es nuestra manera de agradecer a Jesús su sacrificio por la humanidad Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org