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Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.

LECTURAS DOMINGO DÉCIMO TIEMPO ORDINARIO. CILCO C. 9 DE JUNIO, 2013

LECTURAS DOMINGO DÉCIMO TIEMPO ORDINARIO. CILCO C. 9 DE JUNIO, 2013

Mira, tu hijo vive.

Lectura del primer libro de los Reyes 17, 17-24

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la viuda que había socorrido al profeta Elías, y su enfermedad se agravó tanto que no quedó en él aliento de vida.Entonces la mujer dijo a Elías: «¿Qué tengo que ver yo contigo, hombre de Dios? ¡Has venido a mi casa para recordar mi culpa y hacer morir a mi hijo!».
«Dame a tu hijo», respondió Elías.
Luego lo tomó del regazo de su madre, lo subió a la habitación alta donde se alojaba y lo acostó sobre su lecho. E invocó al Señor, diciendo: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me ha dado albergue la vas a afligir, haciendo morir a su hijo?»
Después se tendió tres veces sobre el niño, invocó al Señor y dijo: «¡Señor, Dios mío, que vuelva la vida a este niño!.» El Señor escuchó el clamor de Elías: el aliento vital volvió al niño, y éste revivió.
Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación alta de la casa y se lo entregó a su madre. Luego dijo: «Mira, tu hijo vive.» La mujer dijo entonces a Elías: «Ahora sí reconozco que tú eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor está verdaderamente en tu boca».

Palabra de Dios.


SALMO
Sal 29, 2. 4-6. 11-12a. 13b (R.: 2a)

R.
Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste.

Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste
y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí.
Tú, Señor, me levantaste del Abismo y me hiciste revivir,
cuando estaba entre los que bajan al sepulcro.
R.

Canten al Señor, sus fieles;
den gracias a su santo Nombre,
porque su enojo dura un instante, y su bondad, toda la vida:
si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría.
R.

«Escucha, Señor, ten piedad de mí;
ven a ayudarme, Señor».
Tú convertiste mi lamento en júbilo:
¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente!
R.

Se complació en revelarme a su Hijo,
para que yo lo anunciara entre los paganos

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia 1, 11-19

Quiero que sepan, hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué no es cosa de los hombres, porque yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, y cómo aventajaba en el Judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, en mi exceso de celo por las tradiciones paternas. Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, de inmediato, sin consultar a ningún hombre y sin subir a Jerusalén para ver a los que eran Apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y después regresé a Damasco.
Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor.

Palabra de Dios.


ALELUIA
Lc 7, 16

Aleluia.
Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros
y Dios ha visitado a su Pueblo.
Aleluia.


EVANGELIO

Joven, Yo te lo ordeno, levántate

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 7, 11-17

Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores». Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate».
El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo».
El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

Palabra del Señor.

Comentario:

La historia de la viuda de Sarepta y del profeta Elías, según la primera lectura, marcará profundamente la fe de Israel. La generosidad de una mujer, que comparte desde su pobreza lo poco que tiene, conmueve al profeta Elías y al mismo corazón de Dios, hasta el punto de compensarla con el regalo de la vida. Elías por su parte, es recordado como un gran profeta y, como vemos, su misión va más allá de las fronteras del judaísmo. Muchos creyeron que Juan Bautista, e incluso Jesús, eran el nuevo Elías. La historia de este milagro nos invita a confiar profundamente en Dios, pues la confianza traducida en fe posibilitará siempre el cumplimiento de las promesas.

El texto de Gálatas nos advierte que la Buena Nueva anunciada por Pablo viene del propio Jesús. Pablo reconoce sus errores cuando fue perseguidor de la Iglesia cristiana primitiva, pero también agradece el favor de Dios al revelarle a su Hijo Jesús para el anuncio del evangelio en medio de los gentiles. La misión se abre a nuevas fronteras, no hay excusas para seguir cerrados creyendo que la salvación es propiedad exclusiva de los judíos. Jesús insiste en abrir el Reino más allá de las fronteras del judaísmo.

El evangelio de Lucas nos narra hoy un milagro de resurrección por parte de Jesús. Naín era, y continúa siendo, una pequeña aldea cerca de Nazaret. Jesús iba con sus discípulos cuando se cruzaron con el entierro del hijo único de una viuda. Las viudas, según la tradición bíblica, eran vulnerables, y más aún si no tenían en la familia un hijo varón que les garantizara seguridad y dignidad. Sólo el hombre garantizaba para ellas un status dentro de la sociedad, pues eran consideradas objetos de propiedad, primero del padre y luego de su marido. Eran valoradas especialmente por su condición de procreadoras. La viuda de Naín está pasando por una dura prueba. La pérdida de su hijo suponía también la pérdida de dignidad y consideración en la sociedad donde vivía, máxime cuando ya había sufrido la pérdida de su marido, que le aseguraba estabilidad y respeto. El llanto de la viuda es el grito silencioso de una mujer que siente no sólo pérdida de su hijo sino también su destino de vulnerabilidad, exclusión y desigualdad. Es el llanto que denuncia el machismo y la discriminación social.

Jesús se conmueve por la suerte de esta mujer, se solidariza, la mira y la toma en cuenta, le pide que no llore, se acerca al féretro... y ordena al muchacho difunto que se levante. Finalmente, Jesús coloca al muchacho con vida en brazos de su madre. Jesús transgrede de nuevo las reglas excluyentes de aquella sociedad, devolviendo la vida y la dignidad a la mujer.

 

Fuente: Leccionario II

http://www.servicioskoinonia.org(Comentario)



 

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