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Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.

LECTURAS MIERCOLES OCTAVA SEMANA TIEMPO ORDINARIO. 29 DE JUNIO, 2013

LECTURAS MIERCOLES OCTAVA SEMANA TIEMPO ORDINARIO. 29 DE JUNIO, 2013

Año impar

Que las naciones reconozcan que no hay otro Dios fuera de ti

Lectura del libro del Eclesiástico     36, 1. 4. 5. 10-17
 
    Ten piedad de nosotros,
        Dueño soberano, Dios de todas las cosas, y mira.
        Infunde tu temor a todas las naciones.
    Que ellas te reconozcan, como hemos reconocido nosotros
        que no hay otro Dios fuera de ti, Señor.
    Renueva los signos y repite las maravillas,
        glorifica tu mano y tu brazo derecho.
    Congrega a todas las tribus de Jacob,
        y entrégales su herencia, como al comienzo.
    Ten piedad, Señor, del pueblo que es llamado con tu Nombre,
        de Israel, a quien trataste como a un primogénito.
    Ten compasión de tu Ciudad santa,
        de Jerusalén, el lugar de tu reposo.
    Llena a Sión de alabanzas por tu triunfo,
        y a tu pueblo, cólmalo de tu gloria.
    Da testimonio a favor de los que tú creaste en el principio,
        y cumple las profecías anunciadas en tu Nombre.
    Dales la recompensa a los que te aguardan,
        y que se compruebe la veracidad de tus profetas.
    Escucha, Señor, la oración de los que te suplican,
        conforme a la bendición de Aarón sobre tu pueblo,
    para que todos los que viven en la tierra
        reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno.
 
Palabra de Dios.
 
 
SALMO
   
Sal 78, 8. 9. 11 y 13
 
R.
¡Apiádate de tu pueblo, Señor!
 
No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.
R.
 
Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.
R.
.
Llegue hasta tu presencia
el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte.
R.
 
Y nosotros, que somos tu pueblo y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas
por todas las generaciones.
R.
 
 
ALELUIA    
Mc 10, 45
 
Aleluia.
El Hijo del hombre vino para servir
y dar su vida en rescate por una multitud.
Aleluia.
 
 
EVANGELIO

Subimos a Jerusalén, allí el Hijo del hombre será entregado

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     10, 32-45

    Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
    «Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará.»
    Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.»
    Él les respondió: «¿Qué quieren que haga por ustedes?»
    Ellos le dijeron: «Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria.»
    Jesús le dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?»
    «Podemos», le respondieron.
    Entonces Jesús agregó: «Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados.»
    Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.»

Palabra del Señor.

Comentario:

Hoy, el Señor nos enseña cuál debe ser nuestra actitud ante la Cruz. El amor ardiente a la voluntad de su Padre, para consumar la salvación del género humano —de cada hombre y mujer— le mueve a ir deprisa hacia Jerusalén, donde «será entregado (…), le condenarán a muerte (…), le azotarán y le matarán» (cf. Mc 10,33-34). Aunque a veces no entendamos o, incluso, tengamos miedo ante el dolor, el sufrimiento o las contradicciones de cada jornada, procuremos unirnos —por amor a la voluntad salvífica de Dios— con el ofrecimiento de la cruz de cada día.

La práctica asidua de la oración y los sacramentos, especialmente el de la Confesión personal de los pecados y el de la Eucaristía, acrecentarán en nosotros el amor a Dios y a los demás por Dios de tal modo que seremos capaces de decir «Sí, podemos» (Mc 10,39), a pesar de nuestras miserias, miedos y pecados. Sí, podremos abrazar la cruz de cada día (cf. Lc 9,23) por amor, con una sonrisa; esa cruz que se manifiesta en lo ordinario y cotidiano: la fatiga en el trabajo, las normales dificultades en la vida familia y en las relaciones sociales, etc.

Sólo si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros gustos para servir a los demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que vino «a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Juan Pablo II explicaba que «el servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en Cruz, o sea, con el don total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo, transformando constantemente nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las personas: ricos o pobres, con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin distinciones. Actos de servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.

Fuente: Leccionario Ferial IV (Ferias del Tiempo Ordinario)

Comentario: www.evangeli.net

 

 

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