Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog

Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.

Meditación: Viernes de la semana II de Pascua. Ciclo B. 20 de Abril, 2012

Meditación: Viernes de la semana II de Pascua. Ciclo B. 20 de Abril, 2012

«Jesús, al levantar la mirada y ver que venía hacia él una gran muchedumbre, dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para que coman éstos? Lo decía para probarle, pues él sabía lo que iba a hacer. Felipe respondió: Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno coma un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces: pero ¿qué es esto para tantos? Jesús dijo: Haced sentar a la gente. En aquel lugar había mucha hierba. Se sentaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Jesús tomó los panes y, habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban sentados, e igualmente les dio de los peces cuanto quisieron. Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: Recoged los trozos que han sobrado para que nada se pierda. Entonces los recogieron y llenaron doce cestos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.» (Juan  6, 5-13)

1º. Jesús, ¿qué quieres probar en Felipe?

Está claro que no es su capacidad de cálculo, sino su fe.

Se adelanta Andrés con su descubrimiento ingenuo -cinco panes y dos peces- a la vez que reconoce la insuficiencia del hallazgo: «¿qué es esto para tantos?»

Sin embargo, esto era lo que necesitabas: que pusieran primero todos los medios humanos a su alcance.

Jesús, siempre te comportas igual: me pides primero que ponga todo lo que está de mi parte.

Normalmente es poco, y a veces es hasta ridículo, como los panes de hoy frente a cinco mil hombres.

Pero me lo pides todo.

Ese chico no se quedó con ningún pan, por si acaso le faltaba luego para comer él: lo dio todo.

Y entonces vino el milagro, y aún sobraron doce cestos.

«Y como Él no ha de forzar nuestra voluntad, toma lo que le damos; mas no se da a Si mismo del todo hasta que nos damas del todo (esto es cosa cierta, y porque importa tanto os lo acuerdo tantas veces)». (Santa Teresa).

Jesús, a veces cuando te pido algo -superar un defecto, mejorar en una virtud, conseguir un objetivo, aprobar un examen-, parece que no me lo das; y es que me estas probando.

Me pides los medios humanos: la lucha decidida por arrancar ese defecto o adquirir aquella virtud; esas horas de estudio...

Es poco lo que tengo para darte en comparación con lo que te pido, pero lo que importa es que sea todo lo que puedo.

Y entonces Tú pones el resto, y aún más de lo necesario.

2º. «El Señor ha querido hacernos corredentores con Él.

Por eso, para ayudarnos a comprender esta maravilla, mueve a los evangelistas a relatar tantos grandes prodigios. Él podía sacar el pan de donde le pareciera..., ¡pues, no! Busca la cooperación humana: necesita de un niño, de un muchacho, de unos trozos de pan y de unos peces.

- Le hacemos falta tú y yo, ¡y es Dios! - Esto nos ha de urgir a ser generosos, en nuestra correspondencia a sus gracias» (Forja.-674).

Jesús, has querido hacerme corredentor, es decir, has querido que te ayude en la redención de los hombres.

¿Cómo?

Acercando a los demás a Dios y a la gracia que Tú nos has ganado muriendo en la cruz.

Pero ¿quién soy yo para tanta gente?

¿Cómo puedo yo, que soy tan poca cosa, alimentar espiritualmente a los demás?

Lo primero que necesitas es mi ejemplo.

Mi ejemplo de piedad, de trabajo esforzado, de preocupación por los demás.

Con esos pocos panes, Jesús, vuelves a realizar el milagro, un milagro mucho más grande que el de la multiplicación de los panes: la «multiplicación» de la fe, el acercamiento a la fe de otros.

Jesús, que el darme cuenta de que me necesitas, me urja a ser más generoso, a corresponder con mayor fidelidad a tus gracias.

Que no me quede ahí, escondido entre la masa, guardando egoístamente mis panes y mis peces para que nadie se los coma.

Que sepa ser generoso contigo en lo que me pidas, y Tú me devolverás el ciento por uno.

Fuente: www.almudi.org

 

Regresar al inicio
Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post