Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.
Evangelio del Martes XVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 31 de Julio, 2012.
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (13, 36-43)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
“Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo”.
Jesús les contestó:
“El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo,y los segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
El evangelista nos da un bello ejemplo de la manera cómo los primeros cristianos interpretaban y actualizaban la enseñanza de Jesús. En la parábola, la prioridad no la recibe la mala hierba, sino la buena semilla. El campesino con sabiduría espera que la maleza se manifieste por sus frutos. La maleza suele ser más robusta y más eficaz en su crecimiento y, con frecuencia, se camufla de tal manera que a duras penas se le distingue. Pero esa misma exuberancia es su tragedia. Es tan eficiente en su tarea que le da tiempo al campesino de poner a salvo la mayor parte de su cosecha. – La vida cristiana se debate también entre la buena semilla y la maleza. El elemento que nos ayuda a discernir esto es precisamente ‘la eficacia’. Algunas personas son asombrosamente eficaces para conseguir riqueza, prestigio y poder a través de ideas, instituciones o, incluso, conocimientos religiosos. Sus pretensiones riñen abiertamente con el evangelio, pero aprenden a camuflarlas. Es decir, nos dan “gato por liebre”. El evangelio nos da criterios para eliminar esas prácticas en nosotros, en nuestras comunidades y en las instituciones a las que servimos. La eficacia sin caridad sólo es malicia.
Fuente: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org