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Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.

Ordinario de la Misa: Martes XVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 31 de Julio, 2012

Ordinario de la Misa: Martes XVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 31 de Julio, 2012

San Ignacio de Loyola, presbítero

Memoria

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor

Antífona de Entrada

Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en los cielos, en la tierra, en los abismos, y que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, tú que encendiste en san Ignacio de Loyola un apasionado amor por tu Hijo y por tu Iglesia, concédenos por su intercesión un celo infatigable por la salvación de las almas y una fidelidad inquebrantable al Vicario de Cristo.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta

Jeremías (14, 17-22)

Que mis ojos lloren sin cesar de día y de noche, porque la capital de mi pueblo está afligida por un gran desastre, por una herida gravísima. Si salgo al campo, encuentro gente muerta por la espada; si entro en la ciudad, hallo gente que se muere de hambre.Hasta los profetas y los sacerdotes andan errantes por el país y no saben qué hacer.

¿Acaso has rechazado, Señor, a Judá? ¿O te has cansado ya de Sión? ¿Por qué nos has herido tan gravemente, que ya no tenemos remedio? Esperábamos tranquilidad y sólo hay perturbación; esperábamos la curación y sólo encontramos

miedo.

Reconocemos, Señor, nuestras maldades y las culpas de nuestros padres; hemos pecado contra ti. Por ser tú quien eres, no nos rechaces; no deshonres el trono de tu gloria. Acuérdate, Señor, de tu alianza con nosotros y no la quebrantes.

¿Acaso los ídolos de los paganos pueden hacer llover? ¿Acaso los cielos, por sí solos, pueden darnos la lluvia? Tú solo, Señor y Dios nuestro, haces todas estas cosas, por eso en ti tenemos puesta nuestra esperanza.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 78

Socórrenos, Señor,

y te alabaremos.

No recuerdes, Señor, contra nosotros, las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos.

Socórrenos, Señor,

y te alabaremos.

Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Por el honor de tu nombre, sálvanos y perdona nuestros pecados.

Socórrenos, Señor,

y te alabaremos.

Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos.

Socórrenos, Señor,

y te alabaremos.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra

vivirá para siempre.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (13, 36-43)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron:

“Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo”.

Jesús les contestó:

“El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo,y los segadores son los ángeles.

Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

El evangelista nos da un bello ejemplo de la manera cómo los primeros cristianos interpretaban y actualizaban la enseñanza de Jesús. En la parábola, la prioridad no la recibe la mala hierba, sino la buena semilla. El campesino con sabiduría espera que la maleza se manifieste por sus frutos. La maleza suele ser más robusta y más eficaz en su crecimiento y, con frecuencia, se camufla de tal manera que a duras penas se le distingue. Pero esa misma exuberancia es su tragedia. Es tan eficiente en su tarea que le da tiempo al campesino de poner a salvo la mayor parte de su cosecha. – La vida cristiana se debate también entre la buena semilla y la maleza. El elemento que nos ayuda a discernir esto es precisamente ‘la eficacia’. Algunas personas son asombrosamente eficaces para conseguir riqueza, prestigio y poder a través de ideas, instituciones o, incluso, conocimientos religiosos. Sus pretensiones riñen abiertamente con el evangelio, pero aprenden a camuflarlas. Es decir, nos dan “gato por liebre”. El evangelio nos da criterios para eliminar esas prácticas en nosotros, en nuestras comunidades y en las instituciones a las que servimos. La eficacia sin caridad sólo es malicia.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos y por intercesión de san Ignacio de Loyola, concédenos que este sacrificio, fuente de toda santidad, nos santifique también a nosotros.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos

Pastores

Los santos pastores siguen

presentes en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Ignacio de Loyola, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.

Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

He venido a traer fuego a la tierra, y cuánto desearía que ya estuviese ardiendo, dice el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Que esta Eucaristía, que te hemos ofrecido en la festividad de san Ignacio de Loyola, nos dé tu gracia, Señor, para buscar en todo tu mayor gloria.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Fuente: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

 

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