Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.
Ordinario de la Misa (Formularios para la XI ISemana Tiempo Ordinario). Ciclo C. 23 de junio al 29 de junio, 2013. (2da. Parte)
Ordinario de la Misa
Rito de Conclusion
Bendicion Solemne
Oraciones Misas Dominicales y Cotidianas. (XII Semana)
Prefacios (I y II)
140. Siguen, si es necesario, breves avisos para el pueblo.
141. Después tiene lugar la despedida. El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo, + y el Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
El pueblo responde: Amén.
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142. En algunos días u ocasiones, a ésta fórmula de bendición precede, según las rúbricas, otra fórmula de bendición más solemne o una oración sobre el pueblo.
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143. En la Misa pontifical el celebrante recibe la mitra y, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
El celebrante dice:
Bendito sea el nombre del Señor.
Todos responden:
Desde ahora y para siempre.
El celebrante dice:
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Todos responden:
Que hizo el cielo y la tierra.
Entonces el celebrante, habiendo recibido el báculo, si lo usa, dice:
La bendición de Dios todopoderoso,
Y, haciendo tres veces la señal de la cruz sobre el pueblo, añade:
Padre, + Hijo, + y Espíritu + Santo,
descienda sobre ustedes.
Todos responden: Amén.
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144. Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:
Pueden ir en paz.
O bien:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza.
Pueden ir en paz.
O bien:
Glorifiquen al Señor con su vida.
Pueden ir en paz.
O bien:
En el nombre del Señor, pueden ir en paz.
O bien, especialmente en los domingos de pascua:
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Pueden ir en paz.
El pueblo responde:
Demos gracias a Dios.
145. Después el sacerdote venera el altar con un beso, como al comienzo. Seguidamente, hecha inclinación profunda con los ministros, se retira.
145. Si inmediatamente sigue alguna acción litúrgica, se omite el rito de despedida.
BENDICIONES AL FINAL DE LA MISA
Y ORACIONES SOBRE EL PUEBLO
BENDICIONES SOLEMNES
El diácono o, a falta de éste, el mismo sacerdote, dice:Inclinados, reciban la bendición. Luego el sacerdote, con las manos extendidas sobre el pueblo, dice la bendición y todos responden: Amén.
7. Ascensión del Señor
Dios todopoderoso
los bendiga en este día en que su Hijo subió al cielo
y les abrió la entrada de la gloria
para llegar a estar junto a él.
R. Amén.
Cristo, que se apareció a sus discípulos
después de su Resurrección,
se manifieste también a ustedes lleno de misericordia,
cuando venga para el juicio final.
R. Amén.
Y al proclamarlo glorioso junto al Padre,
les conceda la alegría de experimentar que permanece con ustedes
hasta el fin del mundo, como lo ha prometido.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
R. Amén.
1. El tiempo « durante el año » comprende 34 ó 33 semanas. Comienza el lunes siguiente al domingo después del 6 de enero y continúa hasta el comienzo de la Cuaresma; comienza nuevamente el lunes después del domingo de Pentecostés y termina el sábado anterior al primer domingo de Adviento.
2. Los domingos y las semanas del tiempo « durante el año » se cuentan del modo siguiente:
a) El domingo en que se celebra la fiesta del Bautismo del Señor ocupa el lugar del primer domingo « durante el año »; la semana que le sigue es la primera de este tiempo. Los demás domingos y semanas se enumeran en orden progresivo hasta el comienzo de la Cuaresma.
b) Después de Pentecostés, cuando hay treinta y cuatro semanas « durante el año », la numeración interrumpida por la Cuaresma se continúa en la semana que sigue al domingo de Pentecostés, teniendo en cuenta, sin embargo, que la Misa del domingo de Pentecostés y de la solemnidad de la Santísima Trinidad ocupan el lugar de las misas dominicales. Pero cuando hay treinta y tres semanas « durante el año », se omite la primera semana que debería tomarse después de Pentecostés.
3. Por lo tanto, en el Misal se presentan treinta y cuatro misas para los domingos y ferias de este tiempo, que se utilizan según los principios siguientes:
a) En los domingos, como de costumbre, se utiliza la Misa que corresponde al número del domingo del tiempo « durante el año », a no ser que coincida con una solemnidad o fiesta que corresponda celebrar en ese día.
En las ferias puede decirse cualquiera de las treinta y cuatro Misas, teniendo en cuenta la utilidad pastoral de los fieles.
4. En estos domingos se canta o se dice el Gloria y se dice el Credo, pero se omiten en las ferias.
5. En los domingos se dice alguno de los prefacios dominicales del tiempo «durante el año», a no ser que se elija una Plegaria eucarística con prefacio propio; en las ferias se dice alguno de los prefacios comunes.
6. Para la comunión se proponen dos antífonas, la primera tomada de los salmos y la otra, generalmente, del Evangelio. Puede elegirse cualquiera de las dos, según las circunstancias, prefiriendo, sin embargo, la que mejor concuerde con el Evangelio del día.
MISAS DOMINICALES Y COTIDIANAS
XII DOMINGO «DURANTE EL AÑO»
Antífona de entrada Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo,
el baluarte de salvación para su Ungido.
Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad;
apaciéntalo, y sé su guía para siempre.
Oración colecta
Concédenos, Señor y Dios nuestro,
vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre,
ya que en tu providencia nunca abandonas
a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza,
y concédenos que, purificados por su poder,
sea de tu agrado el afecto de nuestro corazón.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 144, 15
Los ojos de todos esperan en ti, Señor, y tú les das la comida a su tiempo.
O bien: Jn 10, 11. 15
Dice el Señor: Yo soy el buen pastor,
y doy mi vida por mis ovejas.
Oración después de la comunión
Renovados con el sagrado Cuerpo y Sangre de tu Hijo,
imploramos, Señor, tu clemencia;
haz que en la plenitud de la redención
alcancemos lo que celebramos en cada eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO COMÚN I
EL UNIVERSO RESTAURADO POR CRISTO
72. Este prefacio se dice en las Misas del tiempo "durante el año" que carecen de prefacio propio.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
En él has querido restaurar todas las cosas,
y hacernos participar a todos de su plenitud.
Él, que era de condición divina, se anonadó a sí mismo,
y por su Sangre derramada en la cruz pacificó todas las cosas;
y así, constituido Señor del universo,
es fuente de salvación eterna
para cuantos creen en él.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
cantamos el himno a tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO COMÚN II
LA SALVACIÓN POR CRISTO
73. Este prefacio se dice en las Misas del tiempo "durante el año" que carecen de prefacio propio.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú creaste al hombre por amor,
y aunque condenado justamente,
con tu misericordia lo redimiste,
por Cristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles celebran tu gloria,
te adoran las dominaciones, se estremecen las potestades.
En el cielo te aclaman con alegría las virtudes celestiales
y los santos serafines.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Fuentes: Misal Romano
y Leccionario IV (Ferias del Tiempo Ordinario