Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.
Ordinario de la Misa: Lunes XVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 30 de Julio, 2012.
EL LENGUAJE DE LAS PARÁBOLAS
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hch 12, 5)
Mientras custodiaban a Pedro en la cárcel, la comunidad oraba a Dios por él insistentemente.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu misteriosa providencia has querido asociar tu Iglesia a los sufrimientos de tu Hijo, concede el don de la paciencia y de la caridad a los fieles que sufren persecución a causa de tu nombre, para que puedan dar testimonio fiel y creíble de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Este pueblo será como este cinturón, que no sirve para nada.
Del libro del profeta Jeremías: 13, 1-11
El Señor me dijo: "Ve a comprar un cinturón de lino y póntelo en la cintura, pero no lo metas en el agua". Compré el cinturón y me lo puse en la cintura, según la orden del Señor. Entonces el Señor me habló por segunda vez y me dijo: "Toma el cinturón que compraste y que llevas puesto en la cintura, levántate y vete al río Éufrates y escóndelo ahí, en el agujero de una roca". Fui y lo escondí en el Éufrates, como me había ordenado el Señor.
Al cabo de mucho tiempo, me dijo el Señor: "Levántate, vete al Éufrates y recoge el cinturón que te mandé que escondieras ahí". Fui al Éufrates, escarbé y recogí el cinturón del sitio donde lo había escondido; pero el cinturón se había podrido: no servía para nada. Entonces el Señor me habló y me dijo: "Esto dice el Señor: 'Del mismo modo haré yo que se pudra la gran soberbia de Judá y de Jerusalén. Ese pueblo malvado se ha negado a obedecerme, se porta obstinadamente, ha seguido a otros dioses para servirlos y adorarlos, y será como este cinturón, que ya no sirve para nada. Porque así como el cinturón va adherido al cuerpo, así quise llevar unidas a mí a la casa de Israel y a la casa de Judá para que fueran mi pueblo, mi fama, mi gloria y mi honor; pero ellos no me escucharon'".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Deuteronomio 32
R/. Abandonaron a Dios, que les dio la vida.
Abandonaron a Dios, que los creó, y olvidaron al Señor, que les dio la vida. Lo vio el Señor, y encolerizado, rechazó a sus hijos y a sus hijas. R/.
El Señor pensó: "Me les voy a esconder y voy a ver en qué acaban, porque son una generación depravada, unos hijos infieles. R/.
Ellos me han dado celos con un dios que no es Dios y me han encolerizado con sus ídolos; yo también les voy a dar celos con un pueblo que no es pueblo y los voy a encolerizar con una nación insensata". R/.
ACLAMACIÓN (St 1, 18) R/. Aleluya, aleluya.
Por su propia voluntad el Padre nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R/.
El grano de mostaza se convierte en un arbusto y los pájaros hacen su nido en las ramas.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en su huerto.
Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Hoy, el Evangelio nos presenta a Jesús predicando a sus discípulos. Y lo hace, tal como en Él es habitual, en parábolas, es decir, empleando imágenes sencillas y corrientes para explicar los grandes misterios escondidos del Reino. Así podía entender todo el mundo, desde la gente más formada hasta la que tenía menos luces.
«El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza...» (Mt 13,31). Los granitos de mostaza casi no se ven, son muy pequeños, pero si tenemos de ellos buen cuidado y se riegan... acaban formando un gran árbol. «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina...» (Mt 13,33). La levadura no se ve, pero si no estuviera ahí, la pasta no subiría. Así también es la vida cristiana, la vida de la gracia: no se ve exteriormente, no hace ruido, pero... si uno deja que se introduzca en su corazón, la gracia divina va haciendo fructificar la semilla y convierte a las personas de pecadoras en santas.
Esta gracia divina se nos da por la fe, por la oración, por los sacramentos, por la caridad. Pero esta vida de la gracia es sobre todo un don que hay que esperar y desear con humildad. Un don que los sabios y entendidos de este mundo no saben apreciar, pero que Dios Nuestro Señor quiere hacer llegar a los humildes y sencillos.
Ojalá que cuando nos busque a nosotros, nos encuentre no en el grupo de los orgullosos, sino en el de los humildes, que se reconocen débiles y pecadores, pero muy agradecidos y confiados en la bondad del Señor. Así, el grano de mostaza llegará a ser un árbol grande; así la levadura de la Palabra de Dios obrará en nosotros frutos de vida eterna. Porque, «cuanto más se abaja el corazón por la humildad, más se levanta hacia la perfección» (San Agustín).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y concede, a cuantos padecen persecución por servirte con fidelidad, el gozo de verse asociados al sacrificio de tu Hijo Jesucristo y la íntima certeza de que se hallan escritos sus nombres en el libro de los elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio común I
Restauración universal en Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 10, 32)
A quien me reconozca delante de los hombres yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Con la fuerza de este sacramento, confírmanos, Señor, en la verdad y concede a nuestros hermanos perseguidos la fuerza y la alegría que da al cristiano el ir con su cruz detrás de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Fuente: www.laverdadcatolica.org
Comentario: www.evangelit.net