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Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.

Ordinario de la Misa: XXXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Miercoles 28 de noviembre, 2012

Ordinario de la Misa: XXXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Miercoles 28 de noviembre, 2012

Señor, tus obras son maravillosas

Feria de la 34a. semana del Tiempo Ordinario

Cantemos al Señor un canto Nuevo

Antífona de Entrada

 Acuérdate, Señor de tu alianza;  no olvides por más tiempo  la suerte de tus pobres.  Levántate, Señor,  a defender tu causa;  no olvides las voces  de los que te buscan. 

Oración Colecta

 Oremos:

Dios eterno y todopoderoso  a quien confiadamente  podemos llamar ya Padre  nuestro, haz crecer  en nuestros corazones el  espíritu de hijos adoptivos  tuyos, para que podamos  gozar, después de esta vida,  de la herencia que nos has prometido.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del

Apocalipsis del apóstol san

Juan (15, 1-4)

  Yo, Juan, tuve una visión:

Vi en el cielo otra gran señal  maravillosa: Eran siete ángeles,  portadores de las últimas  siete plagas, con las cuales  Dios pondrá fin a su cólera.   Vi también una especie de  mar de cristal, mezclado con  fuego; y los vencedores de  la bestia, de su estatua y  del número simbólico de  su nombre, estaban de pie  junto al mar de cristal, con  las cítaras que Dios les había  dado, y cantaban el cántico  de Moisés, el siervo de Dios,  y el cántico del Cordero, diciendo:

“Grandes y maravillosas  son tus obras, Señor, Dios  todopoderoso; justo y verdadero  tu proceder, rey de las naciones.  ¿Quién no te respetará,  Señor? ¿Quién no te alabará?  Ya que sólo tú eres santo,  y todas las naciones vendrán  a adorarte, porque tus justas  sentencias han quedado patentes”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 97

Señor, tus obras

son maravillosas.

Cantemos al Señor un canto  nuevo, pues ha hecho maravillas.  Su diestra y su santo brazo le  han dado la victoria.

Señor, tus obras

son maravillosas.

El Señor ha dado a conocer  su victoria y ha revelado a  las naciones su justicia.  Una vez más ha demostrado  Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

Señor, tus obras

son maravillosas.

Alégrese el mar y el mundo  submarino, el orbe y todos  los que en él habitan.  Que los ríos estallen en  aplausos y las montañas salten de alegría.

Señor, tus obras

son maravillosas.

Regocíjese todo ante el  Señor, porque ya viene a  gobernar el orbe. Justicia  y rectitud serán las normas  con las que rija a todas las naciones.

Señor, tus obras

son maravillosas.

 

Aclamación antes del Evangelio

 Aleluya, aleluya.

 Sé fiel hasta la muerte y te  daré como premio la vida, dice el Señor.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 12-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Los perseguirán  y los apresarán, los llevarán a  los tribunales y a la cárcel, y los  harán comparecer ante reyes y  gobernantes por causa mía.  Con esto ustedes darán  testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen  que preparar de antemano su  defensa, porque yo les daré  palabras sabias, a las que no  podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus  padres y hermanos, sus parientes  y amigos. Matarán a algunos  de ustedes, y todos los odiarán  por causa mía. Sin embargo,  ni un cabello de su cabeza  perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

La crítica que Jesús dirige contra el Templo de Jerusalén, contra las familias que controlan el sacerdocio de ese templo y contra la peligrosa connivencia entre las autoridades locales y los invasores romanos, se vuelve peligrosa, no sólo para él sino para el grupo que le sigue. En pocos meses se desataría una persecución que habría de prolongarse durante varios siglos más. Ante esta perspectiva, el evangelista recuerda que ese riesgo es un elemento constitutivo del evangelio. No se puede pretender cambiar el mundo, sin que al mismo tiempo ese mundo se vuelva en contra. El mérito del cristianismo, en sus primeros siglos de existencia, fue el de servir de levadura que transformó la situación de millones de personas marginadas; el gran riesgo que corrió fue el de asimilarse a la cultura dominante y terminar siendo parte de lo que quería cambiar. Dicen que hasta la mejor hacha es domesticada por el bosque que pretende cortar, es decir, que el filo con el que comienza ya no lo conserva con el paso del tiempo. – Una buena alternativa para el cristianismo es dejar que Jesús nos dé nuevamente la prudencia y la elocuencia de su Palabra. Volver una y otra vez a la fuente, cuando sintamos que el filo de la espada de la fe ya no llega hasta la médula de la cultura que queremos cambiar.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad,  estos dones que has puesto  en manos de tu Iglesia, y  con tu poder conviértelos  en el sacramento de nuestra  salvación. 

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VII

Cristo, huésped y peregrino en

medio de nosotros.

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte  gracias, Señor, Padre santo,  Dios de la alianza y de la paz.   Porque tú llamaste a Abraham  y le mandaste salir de su tierra,  para constituirlo padre de todas  las naciones.

Tú suscitaste a Moisés para  librar a tu pueblo y guiarlo a la  tierra de promisión.   Tú, en la etapa final de la  historia, has enviado a tu Hijo,  como huésped y peregrino  en medio de nosotros, para  redimirnos del pecado y de la  muerte; y has derramado el  Espíritu, para hacer de todas las  naciones un solo pueblo nuevo,  que tiene como meta, tu reino,  como estado, la libertad de tus  hijos, como ley, el precepto del amor.

Por estos dones de tu  benevolencia, unidos a los  ángeles y a los santos, cantamos

con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Alaba, Jerusalén, al Señor,  porque te alimenta con lo mejor de su trigo. 

Oración después de la Comunión

 Oremos:

Que la recepción de esta  Eucaristía nos confirme, Señor,  en tu amor y nos ayude a

conseguir la vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

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