Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog

Es un Blog de orientación Cristiano/Católico, dirigido a personas de 16 a años en adelante, en el que se publican diariamente las Lecturas del Día, de acuerdo al Calendario Litúrgico Católico, la Lectio Divina, el Santoral del Día, la Liturgia de las Horas (Laudes, Vísperas y Completas, y otros artículos de orientación espiritual y moral.

Ordinario de la Misa: III Semana de Adviento. Ciclo C. 21 de Diciembre, 2012.

Ordinario de la Misa: III Semana de Adviento. Ciclo C. 21 de Diciembre, 2012.

Demos gracias a Dios, al son del arpa

Feria de Adviento: día 21; es permitida la conmemoración de san Pedro Canisio

En el Señor está nuestra esperanza

Antífona de Entrada

Pronto llegará el Señor que  domina los pueblos, y será  llamado Emmanuel, es decir,

Dios-con-nosotros.

Oración Colecta

 Oremos:

Escucha, Señor, las súplicas  de tu pueblo, que se alegra  por la venida de tu Hijo en  nuestra carne mortal; y  concédenos que, cuando  vuelva él revestido de gloria  y majestad, nos llenemos  también de alegría  al recibir de sus manos  la recompensa de la vida eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Cantar de

los Cantares (2, 8-14)

Aquí viene mi amado saltando  por los montes, retozando  por las colinas. Mi amado es  como una gacela, es como un  venadito, que se detiene detrás  de nuestra tapia, espía por las  ventanas y mira a través del enrejado.

Mi amado me habla así:

“Levántate, amada mía,  hermosa mía, y ven. Mira  que el invierno ya pasó;  han terminado las lluvias  y se han ido. Las flores  brotan ya sobre la tierra;  ha llegado la estación de los  cantos; el arrullo de las tórtolas  se escucha en el campo;  ya apuntan los frutos en la  higuera y las viñas en flor exhalan su fragancia.

Levántate, amada mía,  hermosa mía, y ven. Paloma  mía, que anidas en las  hendiduras de las rocas,  en las grietas de las peñas  escarpadas, déjame ver tu  rostro y hazme oír tu voz,  porque tu voz es dulce y tu rostro encantador”.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 32

Demos gracias a Dios,

al son del arpa.

Demos gracias a Dios, al son  del arpa, que la lira acompañe  nuestros cantos; cantemos  en su honor nuevos cantares,  al compás de instrumentos alabémoslo.

Demos gracias a Dios,

al son del arpa.

Los proyectos de Dios duran  por siempre; los planes de su  amor, todos los siglos. Feliz la  nación cuyo Dios es el Señor;  dichoso el pueblo que escogió  por suyo.

Demos gracias a Dios,

al son del arpa.

En el Señor está nuestra  esperanza, pues él es nuestra  ayuda y nuestro amparo; en el  Señor se alegra el corazón y en él hemos confiado.

Demos gracias a Dios,

al son del arpa.

 

Aclamación antes del Evangelio

 Aleluya, aleluya.

Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven, Señor, a salvarnos.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (1, 39-45)

Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, María se  encaminó presurosa a un pueblo  de las montañas de Judea, y  entrando en la casa de Zacarías,  saludó a Isabel. En cuanto  ésta oyó el saludo de María,

la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena  del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó:

“¡Bendita tú  entre las mujeres y bendito el  fruto de tu vientre! ¿ Quién soy  yo, para que la madre de mi  Señor venga a verme? Apenas  llegó tu saludo a mis oídos, el  niño saltó de gozo en mi seno.  Dichosa tú, que has creído,  porque se cumplirá cuanto te fue

anunciado de parte del Señor”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:

María parte presurosa a casa de Zacarías e Isabel para comunicar la buena noticia, cuyo gozo desborda su corazón. Ella ha escuchado la Palaba del ángel, ha aceptado la misión, y engendra la misma “Palabra” en sus entrañas. Pero su elección no es sólo para ser madre pasiva del Salvador, sino que se siente enviada a comunicar la Palabra al pueblo que espera ansioso al Mesías liberador (personificado en Isabel y Zacarías). Por eso el encuentro de María con Isabel es un encuentro maravilloso, que el evangelista ilustra magistralmente con el “salto de gozo” de la criatura en las entrañas de Isabel. María es proclamada como la gran bienaventurada por Isabel, a causa de su plena confianza y disposición para realizar la voluntad de Dios y cooperar en la Historia de Salvación. Por eso María es modelo de creyente, de discípula y de misionera. Abrir el corazón a la Palabra y dejarla crecer en el interior impulsa al creyente a salir a anunciarla por todas las montañas escabrosas del mundo entero. – Que este Adviento sea la oportunidad para escuchar el llamado misionero del Señor, llenarnos de su Palabra y partir presurosos a comunicar y compartir con nuestros hermanos la experiencia de sentirnos amados y salvados por Dios.

Oración sobre las Ofrendas

 Oremos:

Acepta, Señor, de tu Iglesia  las ofrendas que tú mismo  has puesto en nuestras manos  y que tu poder convierte  en sacramento de nuestra salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Prefacio de Adviento IV

María, nueva Eva

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte  gracias, Señor, Padre santo, Dios  todopoderoso y eterno.   Te alabamos, te bendecimos y  te glorificamos por el misterio de  la Virgen Madre.   Porque, si del antiguo  adversario nos vino la ruina, en  el seno virginal de la hija de Sión  ha germinado aquel que nos  nutre con el pan de los ángeles,  y ha brotado para todo el género humano la salvación y la paz.

La gracia que Eva nos arrebató  nos ha sido devuelta en María.   En ella, madre de todos  los hombres, la maternidad,  redimida del pecado y de la  muerte, se abre al don de una

vida nueva.

Así, donde había crecido el  pecado, se ha desbordado tu  misericordia en Cristo, nuestro

salvador.

Por eso nosotros, mientras  esperamos la venida de Cristo,  unidos a los ángeles ya los  santos, cantamos el himno de tu gloria:

 Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

Dichosa, tú, que has creído,  porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.

Oración después de la Comunión

 Oremos:

Que esta comunión, Señor,  proteja siempre a tu pueblo  a fin de que, entregados  plenamente a tu servicio,  alcancemos la salvación del alma y del cuerpo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

Regresar al inicio
Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post